Hola, mis amigos. Un saludo para todos. Hoy me uno a la iniciativa de @marpasifico ¿Qué tienes para contar?. Gracias a @kpoulout por la invitación. Es para mi un placer compartir con ustedes una de las mejores anécdotas que tengo. Espero disfruten mi historia. Me complace invitar a @yaslenysofia y a @psicologopoeta
Mi madre siempre ha sido amante de la literatura. Desde que tengo uso de razón, la recuerdo entre libros y poesías. Yo he tenido la fortuna de ser parte de todo su proceso como escritora, ella no será famosa para el mundo, pero sí para mí y todos sus amigos.
Por ser ese el mundo que la apasiona tanto, trabajó muchos años como promotora cultural de la Casa de la Cultura de Punta Brava. Mi hermano y yo, casi todas las tardes, la ayudábamos a pegar los pósters y anuncios promocionales para actividades culturales, tanto en nuestro pueblo como en otras localidades. Muchas veces, ella me animaba para que asistiera a talleres que impartían en su trabajo y nos llevaba a casi todas las actividades que se realizaban.
En mi pueblo, a mi hermano menor y a mí nos conocían por ser los hijos de Kenia, la promotora. Nunca nos dio vergüenza, al contrario, con mucho orgullo participábamos en las actividades que se llevaban a cabo en mi barrio. Yo soy fiel testigo de lo mucho que ella disfruta hacer lo que le apasiona y, para mí, ese es el mejor regalo del mundo.
Tengo muy buenos recuerdos de muchos de los encuentros culturales a los que asistimos, pero hay uno en especial que no he olvidado con el paso de los años. Fue en 2012, hace más de 10 años, cuando yo apenas tenía 9 años, que asistimos a un Festival Internacional de la Poesía en La Habana. Ese día, fui con mi mamá a un evento literario en un sitio llamado "El Toldito", en el Bulevar de San Rafael.
En este evento se encontraban muchos autores reconocidos que yo, la verdad, no conocía, ya que sus obras eran en mayor parte para adultos. Eso no fue un impedimento para mí. En este evento, los escritores presumían sus más recientes obras, regalando libros y autógrafos.
A mí, quien me llamó la atención fue Lina Zerón, una escritora mexicana cuya poesía es conocida por su estilo erótico. Me gustó su forma de tratar al público y cómo nos habló a mi hermano y a mí en un breve momento. Mi madre me contó que la llaman la Carilda de México, por eso ha comprado otros libros escritos por ella, es que mí madre es una mujer apasionada y también ama escribir sobre temas eróticos. En aquel entonces, ese suceso no tuvo mucho significado para mí, pero por esas casualidades de la vida, hoy estoy viviendo en México. La poesía de Lina, por su contenido, no era apropiada para una niña, pero eso no impidió que me atreviera a hacer lo que hice.
Casi terminando el encuentro, todos los presentes nos sentamos en un círculo, nosotros nos sentamos junto a mi madre. A mi lado se sentó Lina y no pude evitar hablarle, así que me atreví a pedirle un ejemplar de su libro "Liberen a los delfines". Ella me lo dio con mucho gusto y se asombró por mi osadía. El libro lleva una dedicatoria que describe esta anécdota claramente: "Para Melissa, que aunque no tiene edad para estos poemas, sí el valor de pedirme este libro. Con todo mi cariño, su firma."
A mí, ese gesto de su parte me hizo la niña más feliz del mundo y pude haber olvidado otros encuentros, pero ese jamás. Hasta el día de hoy sigue siendo un grato recuerdo que comparto con mi madre y que siempre revivimos con mucho cariño. Actualmente estoy escribiendo y creando gracias a la herencia que me ha dado mi madre querida. Me alegro muchísimo de estar presente en lo que ella ama hacer y que yo, su primogénita, sea quien lo lleva en la sangre.
TEXTO DE MI AUTORÍA E IMAGENES DE MI PROPIEDAD.
Hello, my friends. Greetings to all. Today I join the initiative by @marpasifico ¿Qué tienes para contar?. Thanks to @kpoulout for the invitation. It is a pleasure for me to share one of my best anecdotes with you. I hope you enjoy my story.
I am pleased to invite @yaslenysofia and @psicologopoeta
My mother has always been a lover of literature. For as long as I can remember, I recall her surrounded by books and poetry. I've been fortunate to be a part of her entire process as a writer. She may not be famous to the world, but she is to me and all her friends.
Because this is the world she is so passionate about, she worked for many years as a cultural promoter for the House of Culture in Punta Brava. My brother and I would help her almost every afternoon to paste posters and promotional announcements for cultural activities, both in our town and in other locations. Many times, she encouraged me to attend workshops offered at her job and she took us to almost all the activities that were held.
In my town, my younger brother and I were known for being the children of Kenia, the promoter. We were never ashamed; on the contrary, we proudly participated in the activities that took place in our neighborhood. I am a faithful witness to how much she enjoys doing what she is passionate about, and for me, that is the best gift in the world.
I have very fond memories of many of the cultural gatherings we attended, but there is one in particular that I haven't forgotten over the years. It was in 2012, more than 10 years ago, when I was barely 9 years old, that we attended an International Poetry Festival in Havana. That day, I went with my mom to a literary event at a place called "El Toldito," on San Rafael Boulevard.
At this event, there were many recognized authors whom, truth be told, I didn't know, since their works were mostly for adults. That was not an impediment for me. At this event, the writers showed off their most recent works, giving away books and autographs.
The person who caught my attention was Lina Zerón, a Mexican writer whose poetry is known for its erotic style. I liked the way she treated the audience and how she spoke to my brother and me in a brief moment. My mother told me they call her the Carilda of Mexico, which is why she has bought other books written by her. My mother is a passionate woman and she also loves writing about erotic themes. At the time, that event didn't mean much to me, but due to those coincidences in life, today I am living in Mexico. Lina's poetry, because of its content, wasn't appropriate for a girl, but that didn't stop me from daring to do what I did.
Almost at the end of the gathering, everyone present sat in a circle; we sat next to my mother. Lina sat next to me and I couldn't help but talk to her, so I dared to ask her for a copy of her book, "Liberen a los delfines" (Free the Dolphins). She gladly gave it to me and was amazed by my boldness. The book carries a dedication that clearly describes this anecdote: "For Melissa, who, although she is not old enough for these poems, does have the courage to ask me for this book. With all my affection, her signature."
That gesture on her part made me the happiest girl in the world, and I may have forgotten other gatherings, but never that one. To this day, it remains a pleasant memory that I share with my mother and that we always relive with much affection. I am currently writing and creating thanks to the legacy my dear mother has given me. I am very happy to be present in what she loves to do and that I, her firstborn, carry it in my blood.
TEXT WRITTEN BY ME AND IMAGES OWNED BY ME.
