Alguna vez alguien con su forma de actuar casi me hace creer que el islam es una religión de maltrato y desdén hacia la mujer.
Fue tan intensa la experiencia que tuve que procesarla en 21124124 maneras. Y como soy una investigadora, antes que todo, decidí indagar sobre ese aspecto de los países de Medio Oriente y Asia occidental que en mis trabajos periodísticos no había tocado: La religión. El Islam.
Pasado un tiempo, exactamente, hace dos años, un martes de fuerza en el box de CrossFit donde entrenaba en Caracas. Para entonces mi día favorito de la semana, pocos minutos antes de salir del trabajo rumbo al entrenamiento, tuve un presentimiento, algo dentro de mí me dijo:
> “No vayas. Anda a la feria del libro hoy”.
Yo podía ir cualquier día, pero fue tan intenso lo que sentí, que decidí hacerle (¿hacerme🤔?) caso y le pedí a mi amigo Jonatán que, al salir de la grabación de mi programa, en vez de llevarme al Box, me llevara a la feria que se celebraba en el Laguito, en el círculo militar de Caracas.
Recuerdo que lo registré, porque siempre registro en fotos o en notas, cuando siento algo potente y "fuera de lugar" o especial.
Pasé por el stand de Egipto, por el de medicina alternativa, y luego pregunté por el Corán en español en el stand de Irán. No les dije nada, pero quería ver en qué parte del Corán está escrito que la mujer es un ser inferior y que no tiene derechos. O que los musulmanes tenían derecho a maltratar y mirar mal a una mujer occidental. Quería saber dónde estaba escrito eso que alguna vez me hicieron sentir y que tantas personas se empeñan en asegurar.
Con mi falda, mis botas negras y mi boca roja me acerqué a los que hablaban español. No tenían el Corán. Entonces vi unos libros de pasta dura con esos decorados y caligrafías hermosas que los caracteriza. Luego me anotaron en una lista para avisarme vía WhatsApp cuando llegara el Corán en español.
Antes de irme, un hombre vestido de negro que estaba a mi lado empezó a hablar en farsi (persa) con quienes me habían atendido, y señalaba los libros que yo había ojeado. Segundos después se voltearon hacia mí y uno me dijo:
>“El secretario de Cultura de la República Islámica de Irán le dice, con la mano en el corazón, que si esos son los libros que desea, se los lleve, que son un regalo para usted”.
¡Es que son unos poetas 😅!
Quedé estupefacta. Miré al señor y les pregunté si se referían a el. Me dijeron que sí, y todos soltamos una sonrisa de ojos y boca amplia.
Me fui con tres libros grandes de tapa dura que, al parecer, me esperaban.
I stopped by the Egyptian booth, the alternative medicine booth, and then I asked about the Quran in Spanish at the Iranian booth.
I didn't tell them anything, but I wanted to see where in the Koran it is written that women are inferior beings and have no rights. Or that Muslims had the right to mistreat and look down on a Western woman. I wanted to know where it was written that I was once made to feel and that so many people insist on assuring.
With my skirt, my black boots and my red mouth I approached those who spoke Spanish. They did not have the Koran. Then I saw some hardback books with those beautiful decorations and calligraphy that characterizes them. Then they put me on a list to let me know via WhatsApp when the Quran in Spanish arrived.
Before I left, a man dressed in black next to me began to speak in Farsi (Persian) with those who had served me, and pointed to the books I had looked at. Seconds later they turned to me and one said,
>“The Secretary of Culture of the Islamic Republic of Iran tells you, with his hand on his heart, that if these are the books you want, take them, they are a gift for you”.
They are poets😅!
I was dumbfounded. I looked at the gentleman and asked “is that him?”, they said “yes”, and we all let out a wide-eyed, wide-mouthed grin. I left with three large hardcover books that were apparently waiting for me.


**Pasó el tiempo**.
Tras anotarme en esa lista ese día, me sumaron a un grupo de WhatsApp de pensamiento y cultura Islámica y me apunté a un curso online de Historia del Islam que terminé mientras estaba presentando unos exámenes y de vacaciones en España, en marzo de 2024.
Al retornar a mi país, me recibieron dos propuestas: la primera, un trabajo por contrato de tres meses en un gran canal internacional, y, la segunda, el padre de mi hija me consulta si puede vivir con ella. Algo que también le ilusionaba a ella. No me quedó otra que aceptarlo, pero pensé:
>¿Y ahora qué haré? Si todo lo que yo he querido hacer, lo he hecho con ella y por ella?
Parece que me hubieran dicho *“pues ahora harás algo por ti”.*
Y fue por ese grupo de WhatsApp al que me sumaron después de esa visita al stand de la feria del libro en 2023, por donde llegó en mayo de 2024 la primera convocatoria de becas para América latina de la universidad iraní donde estoy hoy ❤️🩹. El trámite fue directamente con ella. Sin intermediarios en Venezuela.
Es la única vez que ha valido la pena faltar a un martes de fuerza.
**Time passed**.
After signing up for that list that day, I was added to a WhatsApp group on Islamic thought and culture and signed up for an online course in Islamic History which I finished while sitting for some exams and vacationing in Madrid on March 2024.
When I arrived from that trip, I received two proposals: the first one, a three-month contract job in a big international channel and, the second one, my daughter's father asks me if he can live with her. Something she was also looking forward to. I had no choice but to accept it. But I thought:
>What am I going to do now, if everything I have wanted to do, I have done it with her and for her.
It seems as if I had been told: "*now you will do something just for you*".
And it was through that WhatsApp group that I joined after that visit to the stand at the book fair in 2023, where in May 2024 I received the first call for scholarships for Latin America from the Iranian university where I am today ❤️🩹. The process was directly with her. Without intermediaries in Venezuela.
It is the only time it has been worthwhile to miss a Tuesday of strength.

PD: Hoy reflexiono mucho porque siento (y eso es importante) que esas oportunidades no se hubieran manifestado si previamente no hubiera sacrificado deseos inmediatos y distracciones que me deslumbraban, para que prevaleciera lo correcto o elegir mi bienestar.
No es religiosidad, es espiritualidad. Aunque, también curiosamente, me acabo de despertar y leo en mi edición del Corán en español:
>“Di: No seguiré vuestras pasiones pues me extraviaría y no sería de los guiados”. y “Aquel que renuncia a (los placeres de) este mundo, se libera a sí mismo”.
Y quizás sí tiene todo que ver con esto.
**La vida te testea**. Te presenta pruebas para ver si de verdad estás dispuesta a hacer de todo por tu alma sin hacerte daño ni ser el rostro del dolor de los demás. Como se diría popularmente “sin vendérsela al Diablo a cambio de pan”.
Se pueden presentar esas conchitas en forma de fama, de dinero, de ilusiones amorosas que muchas veces derivan en estafa emocional, en deseos, en todo eso que alimenta de forma muy efímera al ego.
Pero hay un momento, después de muchos dolores y tropiezos, en el que las ves. Las miras a los ojos y las reconoces a tiempo y por más que una parte importante de ti las desea con todo, y creen que es lo más bello que ha podido suceder. Te vas en dirección contraria. Te abstienes. Te niegas. Porque te percatas dolorosamente que se trata de algo que te pide el cuerpo, disfrazado de lo que anhela tu **Ser.**
Y, en ese momento, algo dentro te dice: "*no, espera” o “no, suelta”; o “no es el momento”* o "no es lo mejor que tenemos para ti”.
Y prestar atención a esa voz interna determina tu futuro.
Hay cosas que seguramente no hubieran llegado como llegaron, si hubiera dicho “Sí”, sin más, a cada cosa que se me ofreció, antes de venir aquí.
En retrospectiva es fácil contarlo, pero en el momento hay que ir a ciegas. Confiar que caminarás sobre las aguas. Y **¡claro que da miedo**! Pero para que algo nuevo surja, lo anterior debe morir. Debe desaparecer. Una vida se paga por el precio de otra, y no de otros, la tuya misma.
Y **duele**, porque uno quisiera tenerlo todo. Quisieras que fuera mentira, que puedes darte todos los gustos sin medir consecuencias, que no tienes que renunciar a lo que has sido por elegirte a ti, a una nueva versión de ti. Confiando en que vendrá algo mejor. **Cuesta mucho no soltar lo seguro antes de saltar al porvenir.**
Y aunque esto parezca drama, sé que muchos me pueden entender, lo puedo sentir. Porque pagar ese precio por ser nosotros mismos y hacer lo que nos pide el alma, es algo que - sin ánimo de emitir juicios- muy pocos están dispuestos a hacer.
Peeero esta vez me atreví, y no sé cómo terminará, pero ya ha sido un regalo todo el camino recorrido hasta aquí.
**PDD**: Lo del maltrato a la mujer y de no respetar sus derechos es una actitud personal de cualquier macho promedio en Oriente u Occidente. No está escrita en el Corán. Ni hace parte de las leyes del verdadero Islam. En los países islámicos (no hipócritas) donde se acata correctamente la ley, las mujeres tienen acceso a un tribunal al que pueden llevar a los hombres por incumplimiento de sus deberes como esposo: **esto incluye afecto, sexo, dinero, cuidado y respeto.**
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