ACTO I
Dicen que cuando vas a morir, ves toda tu vida pasar no creía en eso hasta nosotros me despierto y me duermo con tu imagen estrellada en toda la cara fue como si hubiese estallado una bomba en el pedazo de mi cerebro que ocupas y parece que mientras intento llevar mi vida, fueses una aplicación que se ejecuta en segundo plano silenciosa e invasora
Destapaste a la rota y trastornada que debo cuidar para mantener la compostura diaria me hace rabieta y me estampa en el consciente todo lo que le da la gana "¡mírame!" me grita desesperada la dejo ahí casi siempre, le soy indiferente pero a veces se hace presente a la fuerza y no me queda de otra que arroparla abrazarla cuidarla
Así, en el desayuno, en un paciente, en el baño, en la caminata, en el mercado, en la gente apareces en los libros, en las notas, en el teclado, en las lámparas, en las paredes apareces y escucho nuestras voces nuestras conversaciones nuestros apodos nuestro lenguaje
A veces, intento no mirar intento esconderte "tengo muchas cosas que hacer, no estoy para esto" pero la rota llega y me cae a coñazos me muestra todas las historias que vivimos de la forma incorrecta ambas nos quedamos jugando un rato a su juego hasta que ya no hay diferencia entre ella y yo y me río pensando en esas historias que no vivimos me río pensando en esos lugares a los que no fuimos me río dándole una palmadita a orgullo y rabia: "¡ganaron!" me río pensando en cómo vivimos lo que realmente queríamos en otro planeta me río pensando "¿qué hubiese pasado si...?" si quizá hubiésemos sido más gentiles me río porque no me quedan más lágrimas para llorar
ACTO II
Se siente como ese silencio tranquilo cuando un niño se fatiga después de hacer una rabieta incontrolable después de que todo lo destruye, después de que todo lo rompe, después de que a todos altera hasta que se cansa de llorar y chillar a los gritos y queda flácido en el suelo o en los brazos de mamá quien lo alza y lo lleva a su cama, ya dormido exhausto, de hecho
Se siente como ese silencio que queda luego de tanto estruendo como un pitido sutil en el fondo de la cabeza te conviertes en fantasma apareces y desapareces a tu antojo en los detalles más tontos supongo a eso se referían con el diablo se esconde en los detalles y me sorprendo con la capacidad que tiene mi cerebro de encontrarte en los rincones más absurdos y a veces te miro con media sonrisa resignada como los elefantes que arrastran a sus muertos
Así, a veces me toca dormirme utilizando cada recuerdo sensorial que pueda para sentirme contigo me toca abrazarme sola pero está bien, ya no lo evito lo miro de frente y entiendo que así son las muertes lentas que a veces el amor con dolor se paga y de ambos se aprende aprendo a mirar los huecos del piso de mi casa aprendo a entender de dónde vienen aprendo que hay partes de mí que no tienen que ser un problema aprendo a ver las que sí aprendo que no todo soy yo aprendo a estar conmigo y sí, es amargo no es como quise nada es como quise pero todo lo que dejé de tener, es todo lo que ahora tengo
ACTO III
No te reconozco todo lo que una vez hubo, todo lo bonito que alguna vez tuve, ya no está hace mucho tiempo ya no está en ocasiones veo nuestra vida pasar ahora con nostalgia reconociendo lo bonito que fue vivir preguntándome qué nos pasó qué nos mató cuál fue la bala de dónde vino quién la disparó no quiero castigar quiero entender
Llego a casa y el silencio me inunda y de repente, sin avisar, vuelve tu voz de repente me consigo con algo tuyo que olvidé borrar de repente todo sangra otra vez y volvemos, al menos por un momento, al acto I, y me entrego
Te siento te abrazo otra vez aprieto los ojos como para que no te vayas de nuevo y en eso nos veo pasar otra vez a mil imágenes por segundo escucho un barullo de nuestras voces, nuestras risas, nuestro idioma siento tu cuerpo otra vez siento tu olor estás conmigo de nuevo, todo a la vez y entonces el consciente me toca la puerta "uy, perdón por interrumpir" y se ríe, cínico "no te engañes" me dice me aterriza de nuevo y de repente, sin quererlo, abro los ojos solo veo la pared en blanco y el silencio me susurra, suave:
morimos.