¿Qué es la amistad?
Sí, como has leído, ¿qué es la amistad para ti? En este mundo tecnológico, es fácil afirmar que se tiene amigos, como arroz, expresión criolla venezolana para comunicar abundancia, gran cantidad. ¿Realmente es así? Alguien una vez dijo “estoy rodeada de amigos, pero no tengo amigos.” Hay quienes confunden tener conocidos con poseer verdaderas amistades, llegando a desarrollar mayormente relaciones superficiales y frágiles. Este es un tema muy amplio, que no pretendo agotar en esta presentación, y que de seguro abordaré en futuras entregas. Por ahora, te invito a pensar en tu propia definición de la amistad, compárala con la que te ofrezco a continuación y te invito a reflexionar sobre la clase de amigo que eres y puedes ser…
Amistad
Es buscar una sonrisa y hallarla, abierta, generosa, profunda.
Sentir frío y encontrar cobijo de una voz cálida, un abrazo tierno, manos de consuelo.
Es compartir una lágrima, un pan, el silencio, un camino.
Querer aún más al yo ajeno, fiel compañero.
Es querer dar un obsequio, travieso, poderoso, impulsivo.
Saber que si otros te dejan, estará ahí, inamovible, dispuesto.
Es recibir un mundo al darlo todo, es alegría, reciprocidad, perdón. Excusa perfecta para seguir la vida
Si me has acompañado hasta aquí, lo celebro. El tema de la amistad en mi opinión está vigente, es necesario, oportuno. Como dice la biblia: “Un compañero verdadero ama en todo tiempo” (Proverbios 17:17). Todos necesitamos tener amigos genuinos, verdaderos compañeros, sobre todo al pasar por malos momentos. Estas auténticas amistades están allí, dispuestas al sacrificio por apoyarnos, nos ayudan a ser mejores personas, a desarrollar nuestro potencial y nos confrontan si perciben que estamos a puntos de tomar una mala decisión. Un amigo genuino nos escuchará, podemos abrirle nuestro corazón en momentos de alegría o tristeza, con plena confianza. ¿Somos nosotros así?