De que dependes para Ser Feliz? - Filosofia Moderna

@mole5852 · 2025-09-25 16:53 · Holos&Lotus

"Imagen generada por IA y modificada por mi persona"

En mis tiempos actuales debo admitir que, a pesar de comparar mi vida con la de muchas otras personas, no estoy ni cerca de lo que alguna vez creí tener a esta edad… Pero tampoco estoy donde alguna vez me sentí y pensé: vaya, estoy estancado…

Actualmente he logrado muchas cosas y me siento capaz de seguir cumpliendo metas y objetivos. Siento que disfruto mi vida, disfruto lo que tengo, y no me mortifica lo que quisiera tener. Siento que esa es la mayor ganancia y esto es un pensamiento completamente personal: la mayor ganancia es saber que tienes la posibilidad de hacer cosas todavía.

Sin embargo, en mi vida hay personas que no piensan así… y es aquí donde quiero abordar el título de esto.

¿Qué es realmente la felicidad?

¿Realmente alguien es capaz de hacernos felices?

¿Dependemos de otro ser para sentir felicidad?

¿Dependemos de un trabajo que nos guste?

¿O de la casa de nuestros sueños?

¿O el simple hecho de tener un techo seguro basta?

No todos pensamos igual. Si me refiero a mí: soy un ser sencillo; no deseo cosas lujosas. Me conformo con un techo bonito. Aunque sí tengo un prototipo de hogar que me gustaría; si eso está dentro de las posibilidades, por supuesto lo haré, lo llevaré a cabo. Pero si no… me conformo con lo que tengo. Es más: AMO lo que tengo. Soy capaz de amar mis logros, sean pequeños o grandes.

Pero hay personas en mi vida que no piensan así. Las escucho y, de verdad, mi corazón lo intenta pero no logra comprender esos sentimientos dañinos que expresan. No se sienten conformes con su hogar, con su carrera, con sus decisiones… a pesar de que, como yo lo veo, tienen todo para cambiarlo y mejorarlo. Ven su vida con tristeza o frustración.

Y ojo: no me refiero a personas que tengan realmente una condición precaria o un problema mayúsculo —dígase una enfermedad, una deuda impagable—; son personas que, al igual que tú y yo, tienen problemas del día a día como cualquier otro ser vivo.

A mí me gusta llamarle: Lo duro de vivir.

Porque vivir es difícil. Vivir es duro. Para vivir hay que esforzarse; si no, pregúntale a la madre naturaleza: un pájaro, ¿contra cuántos pajaritos debe competir para tener alimento o un nido? Así mismo, la vida requiere esfuerzo. Y si nos cansamos… al menos yo lo veo así: no mereces vivir. Si tienes todo para moverte y actuar y no quieres porque no te gusta, entonces estás cansado de vivir.

Y es por eso que no logro concebir estas ideas.

No los juzgo: la salud mental no es solo temas de locos claramente visibles de película; la salud mental es más profunda. La depresión está tan arraigada a sentimientos ocultos de la infancia, de la crianza, que sinceramente, si no se abordan profundamente, quizás jamás sepamos por qué sentimos estos vacíos que nos llevan a hacer cosas que no entendemos.

Los llamados impulsos: estos actos, a modo de caricia al alma, nos hacen sentir llenos, nos tranquilizan, y luego —así mismo— esa subida baja y necesitamos otra dosis para sentirnos bien.

El problema de estos impulsos es que, por lo general, nos llevan al desgaste físico o económico y no son sostenibles. Sea comer en exceso, placer, compras impulsivas, peleas, etc. Todos tenemos cierto grado de impulsos; el problema es cuando tu sentido de felicidad solo equivale a mantener este tipo de comportamientos impulsivos que drenan tu economía, tu salud, tu físico.

Y si no tienes la oportunidad de hacerlo en un tiempo prudente, tu estado de ánimo cambia a amargura, depresión, una búsqueda de cosas que llenen de igual manera ese vacío, ese impulso…

Entonces…

¿De qué depende la felicidad?

Yo creo que la felicidad está adornada con conceptos personales, hasta cierto punto vanos. Tenemos arraigada la idea de que la felicidad es lograr todo lo que uno desea, lo que se propone… como quien dice: la felicidad es ganar la carrera. Pero creo que esa es una de las mayores causas de sentimientos depresivos.

¿Por qué?

Pongamos el siguiente ejemplo: amamos a nuestros padres, hijos, mascotas, cosas.

¿Qué pasa si algo tan incontrolable como la vida entra en acción y perdemos una de esas valiosas razones de felicidad? ¿Se acabó la vida? ¿Se acabó la felicidad? Es más que claro que la muerte es un hecho de la vida; más aún, si eres hijo, verás (si tienes la suerte) fallecer a tu progenitor; verás fallecer a tu mascota.

Entonces, ¿por qué es causal de depresión este hecho, siendo además un hecho conocido y seguro?

Es como saber toda la vida que algo va a ocurrir y decidir que, el día que eso ocurra, ya no deseas vivir. Creo que la idea de que la felicidad está de la mano de nuestras metas y deseos está MAL. La felicidad no puede depender de una variable impredecible.

La felicidad debe ser la capacidad de aceptación: aceptar las cosas, valorarlas, aprender de ellas; saber que ese acontecimiento te permite tomar decisiones; entender que la vida va a seguir y que tú, estando completo o incompleto, tienes toda la capacidad de decisión para seguir adelante con lo que tienes.

Yo padecí un año con falla renal aguda sin saber si necesitaría un trasplante de riñón. Viví un año al margen, sin saber si… y recuerdo claramente que me senté, medité, hablé con Dios a través de mi alma —sin religiones, sin misas—; simplemente conecté con esa energía dentro de mí y me dije: si esto es lo que me toca, entonces viviré plenamente con lo que me toca.

Este fue mi caso.

Me atrevería a decir que, antes de eso, mi mentalidad era un poco más pesimista. Esto marcó un antes y un después en cuanto a la aceptación de situaciones en mi vida.

He tenido trabajos durísimos; siempre he visto lo bueno de todo, aun así me quejé de factores que consideré injustos. Creo que soy una persona conformista y adaptable. ¿Pero eso me hace ser feliz?

Si les debo decir algo… si me siento feliz.

No tengo ni la mitad de lo que creí tener a estas alturas, pero amo y valoro tanto lo que tengo —y digo lo que tengo y no no lo poco que tengo—: si tienes un techo bonito, comida y la mínima posibilidad de ahorrar, así sea un dólar, tienes demasiado en esta vida.

Gente moriría por tener una de esas cosas.

Por eso mi corazón no comprende cómo algunos tienen todo y solo ven lo malo; se sienten infelices sin razones aparentes para vivir.

Algunos dicen: creo que si tengo un hijo eso me llenaría;

creo que necesito una mascota;

si tuviera una casa diferente, ahí sí;

si tuviera un trabajo que me llene…

¿Saben qué pasa en todos estos escenarios? En todos dependes de variables que no tienes ni idea si serán como tú esperas o no.

otros dicen: Si fuera independiente y trabajara para mí,

Aun asi, esto no te garantiza que sea fácil, que no te robe el sueño, que no te cueste incluso más.

Porque las personas viven pensando en lo que no tienen y no aprenden a amar lo que ya tienen:

su vida, su futuro, su techo.

Tienes la vida hecha… no la vida que te gustaría. Pero tienes la opción de tener o añadir más cosas.

Pero no lo logran porque, en vez de vivir y amar, dejan que, como agua entre las manos, se les vaya la vida y el tiempo pensando en lo que no tienen: comparándose, celando, soñando…

Ojo: soñar no es malo. Pero soñar y no hacer nada es una ancla que te estancará. Por qué no sales del lamento y solo vives amargándote de por qué otros sí y tú no.

Que hay personas privilegiadas, claro que sí; eso es una realidad. Pero hasta los privilegiados con la vida resuelta cometen errores y a veces terminan mal.

No es cuestión de ser privilegiado o no; es cuestión de entender dónde estás y qué puedes hacer con lo que tienes. Si eres privilegiado, posiblemente no tendrás una sola preocupación el resto de tus días; posiblemente tengas hijos y pagues para que los cuiden y así vivas una vida sin esfuerzo.

Pero en algún momento alguien meterá la pata… y, ¿quién desarrolló esas bases? Nadie. Es cuando el pilar se viene abajo. Otros, posiblemente, sí inculcan esos valores: personas que se preocupan por enseñar a amar lo que tienen, el valor del trabajo; somos privilegiados pero aprendemos a vivir correctamente, sin excesos.

¿Sino por qué hay tantos ricos y famosos más miserables que el que no tiene ni bicicleta para moverse? No todo lo que brilla es oro; pero tú puedes pulir lo que tienes para que brille como si fuera.

La felicidad es aceptar que, posiblemente en esta vida, no logres todo lo que deseas, y saber eso no debe ser motivo de infelicidad.

El simple hecho de vivir día a día y hacer las pequeñas cosas que te lleven poco a poco más cerca de esos objetivos debe ser suficiente para no vivir amargado ni angustiado. Valorar a las personas que valen la pena en tu vida.

Intentar sacar espacios para romper el molde: la vida no puede ser solo esperar que se cumplan tus deseos o culpar al destino o a Dios porque estos no se cumplan.

Si algo no resulta, lo vuelvo a intentar o pruebo otra cosa; no simplemente encerrarse y acumular sentimientos de enojo porque las cosas no van como queremos.

Dicen tranquilamente: no soy feliz; nada me llena.

Esas palabras para mí causan un enorme rechazo y muchas veces me he sentado a expresar todas estas ideas que he compartido con ustedes, y el resultado ha sido rechazo, molestia.

Es que simplemente no pensamos igual. Aquí es donde quiero aterrizar: quizás algunas personas no han recibido un impacto lo suficientemente fuerte para que aprecien la vida que tienen, o padecen algún sentimiento guardado muy profundo que no son capaces de entender.

La salud mental no es solo tema de padecimientos extremos. Estos pensamientos de “nada me llena”, para mí, son una razón válida para darse la oportunidad de ir con un especialista.

Quiero dejar este pensamiento aquí porque no soy una persona profesional que pueda brindar las palabras necesarias para aliviar ese sentimiento agobiante; créanme, a mí me da mucho dolor.

Veo todo lo que tienen y, aun así, escuchar que no sienten felicidad y que nada los motiva en la vida es preocupante.

Ya tuve la amarga experiencia de que una amistad —sin ningún tipo de razón visible aparente— decidió quitarse la vida, a una edad temprana, menos de 25 años.

Por eso esa frase: nada me llena… me causa rechazo, me causa ira, pero me da impotencia por no tener las herramientas para ayudarlo a salir de ese hueco.

Por eso, por favor:

si sientes que caminas sin rumbo; si sientes que nada te llena; si sientes que no eres feliz teniendo lo que tienes, date la oportunidad, solo una oportunidad, de ir con un especialista y mira lo que te puede dar el porvenir. Eso sí puedo ser capaz de hacer, y lo hago con mis seres queridos.

Dense esa oportunidad; quizás sea ese antes y después que necesitan para salir de ese terrible lugar que es la mente.

Un abrazo enorme.

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