Ayúdame a olvidarte. Ayúdeme a no pensar más en ti, a vivir a andar la vida como antes sin sentir este dolor que ahoga este pecho ufano y adolorido.
Ayúdame a no extrañarte, ni a sentir más nada por ti, que tus besos no se me apretujen en la boca, esta boca tantas veces tuya, y que ahora no te olvida.
Mis manos ya no son mis manos, son alas que ya no vuelan, todo se ha convertido en un pesado y horrible invierno donde solo palpita un pobre corazón moribundo.
Vacía y ciega quedó mi alma sin ese amor que siempre quiso ser mío. Nada será fácil en adelante, antes de ti no conocía el rostro del dolor, ese rostro que me apabulla cada noche en punzadas y en olvido
Nunca mi piel había conocido tal placer, ese placer que me daban tus manos y la caricia de tu melodiosa voz ¿cómo olvidarte tesoro mío si estás en todas partes y en cada olvido?
Ya los dos no cabemos en este mundo poseído de frialdad y olvido
Fuimos y seremos dos gotas de rocío que no se extinguirán nunca, a pesar del letal y placentero amor vivido.
Ayúdame a olvidarte. Cielo, es que sola no podré con tanto peso
Amor, no soy débil ante tus dilatados ojos, menos antes tus labios de color carmesí
Mi alma cuando duerme pronuncia cada noche ¡un te amo en un grito y un quejido...!