Veo la lluvia caer en diversos colores, las nubes aunque truenen y rompan el silencio con algarabía, para mí llueven sonrisas con el sol muy dentro mío, sensación de haber barrido sombras de trasnochados silencios que ahora se escabullen por las baldosas flojas y en el húmedo suelo por donde camino.
Los momentos tienen autonomía propia y los cambios sólo los escriben los cielos, no es la lluvia que ha determinado cuando uno siente cascabeles en el corazón o cuando los ojos le piden prestadas sus gotas, no es ella quien determina el destino que tomamos, solo los observa.
Veo a la lluvia como cae por mis hombros, atrevida quiere atrapar mis sueños corriendo por el pecho y en diversos ademanes unta mis cabellos solicitando permiso para borrar los viejos pensamientos, arrojarlos por las alcantarillas como barquitos de papel antes que algún niño los detenga, extirparlos para que desaparezcan y dejen de causar dolor.
Veo la lluvia caer... hoy cambió su sonido y descubro con qué dulzura acaricia los recuerdos porque sonrío ante ellos, ante el olvido que se ha hecho presente, mientras se cierra la puerta de ese tiempo por eso hoy la veo con el arcoíris entremezclada y la luz irradiando.