After I finished school, I felt like a ship adrift in the middle of the vast ocean. While my acquaintances began to shape their futures, I, on the other hand, remained stagnant, floundering in an endless whirlwind of uncertainty.
I hadn't drawn a map; I hadn't planned concrete goals, because I believe that determinism robs us of freedom.
Without any direction, I spent two years in a long state of lethargy, exploring new experiences but without finding a clear direction.
—"This isn't for me"— I thought over and over again.
I still remember the day I enrolled in a university program almost at random. I decided to venture into the world of physical therapy without thinking too much about the implications.
The idea of helping others regain their mobility seemed like a noble endeavor. However, before long, I realized that college was like a voracious monster devouring my time and my confidence: The classes were intense, and I couldn't learn anything from them; it was a torture filled with confusing terms about bone mobility. I felt like a fish out of water, struggling to breathe. And it was only a matter of time before I was fried.
Dropping out of college was a severe blow to my self-esteem; it was devastating and desolate. The feeling of mediocrity settled over me like a dark shadow.
—"I'm a failure..."— I told myself when I was alone.
My friends seemed to be moving forward in their lives, while I remained stuck in a hole. Every night I wondered if I'd ever find my way.
One cold night, I decided to leave my house for a walk near a park. I looked up at the sky, where millions of stars shone endlessly. I became lost in the vastness of the universe that enveloped me, and I felt a wave of despair mixed with a strange hope.
It was at that moment that I noticed something unusual. In the middle of the park, I came across a group of college students celebrating their graduation. Their laughter and joy were contagious, illuminating the darkness of the night like a star.
As I watched them, I had an epiphany: The path I had taken by chance had led me to that place under the stars to reveal that sign. I found the answer I was looking for...
I understood that life is a mosaic of possibilities and that every decision, no matter how small, can lead us to greatness.
After meditating on it for a few days, a spark had ignited within me. I launched myself determinedly into the search for a new purpose. I decided to enroll in the Faculty of Social Sciences to study a degree in communications.
At first, the idea terrified me. I had many doubts about it: —"What if this isn't for me either?"—
But there was a difference. This time, I acted with my heart, driven by that hunch I felt that starry night. Somehow, those stars showed me that there is light even in the darkest moments.
The first day of school was overwhelming. The faces of my new classmates generated a mixture of anxiety and excitement. As the weeks progressed, each lesson became a discovery. I learned new things that are very useful to me, such as writing articles and producing audiovisuals, an art that can move mountains, change perspectives, and unite hearts.
I have faced obstacles, of course. There were days when the burden of studying tried to break me down. However, every time I looked up at the sky, I remembered that starry night. The difficulties began to seem less impossible because I knew I was in the right place at the right time.
Today, I look back and am surprised to realize how much progress I have made. I can say it, I have overcome. Those days of uncertainty and despair led me to that moment of self-discovery and determination.
And here I am, following my heart, facing the world with renewed fervor. I've learned that difficult paths often lead to wonderful destinations, and that each of us has the power to become the star in our own story.
Today, I continue following my path. It's not perfect, but it's mine. I no longer feel lonely; I feel profound gratitude for every experience I've had, for every decision, and for every star that guided me to where I am. I'm on my way to becoming a great person, a brilliant person made from the light I found in the midst of darkness.
Original version in Spanish
---  [Fuente](https://pixabay.com/es/photos/faro-cielo-estrellado-universo-6785763/) Después de que terminé la escuela, me sentí como un barco a la deriva en medio del inmenso océano. A medida que mis conocidos comenzaban a darle forma a su futuro, yo por el contrario, permanecí estancado, me debatía en un incesante torbellino de incertidumbres. No había trazado un mapa; no había planificado metas concretas, porque creo que el determinismo nos despoja de la libertad. Sin rumbo alguno, pasé dos años en un largo estado de letargo, en el cual me la pase explorando experiencias nuevas, pero sin encontrar una dirección clara. —Esto no es para mi— pensaba una y otra vez Aun recuerdo el día en que me inscribí en una carrera universitaria de forma casi al azar. Decidí aventurarme en el mundo de la fisioterapia sin pensar demasiado en las implicaciones. La idea de ayudar a otros a recuperar su movilidad parecía un noble significado. Sin embargo, al poco tiempo, me di cuenta de que la carrera era como un monstruo voraz que devoraba mi tiempo junto a mi confianza: Las clases eran intensas y no lograba aprender nada de ellas, era una tortura llena de términos confusos sobre la movilidad de los huesos. Me sentí como un pez fuera del agua, luchando por respirar. Y solo fue cuestión de tiempo para quedar frito. Abandonar la universidad fue un golpe duro para mi autoestima, fue devastador y desolador. La sensación de mediocridad se apoderó de mí como una sombra oscura. —Soy un fracaso...— me decía a mi mismo cuando estaba solo. Mis amigos parecían avanzar en sus vidas, mientras yo permanecía estancado en un agujero. Todas las noches me preguntaba si alguna vez encontraría mi camino. Una fría noche, decidí salir de mi casa para caminar cerca de un parque. Miré al cielo, donde las millones de estrellas brillaban sin cesar. Me perdí en la inmensidad del universo me envolvió, sentí una oleada de desesperación mezclada con una extraña esperanza. Fue en ese instante que note algo inusual, en medio del parque, me encontré con un grupo de universitarios celebrando su graduación. Sus risas y su alegría eran contagiosas, iluminando la oscuridad de la noche como una estrella. Mientras los observaba, Tuve la epifanía: El camino que había recorrido por el azar del destino me llevo hasta ese lugar bajo las estrellas para mostrarse esa señal. Encontré la respuesta que estaba buscando... Comprendí que la vida es un mosaico de posibilidades y que cada decisión, por muy pequeña que sea, puede conducirnos hacia la grandeza. Luego de meditarlo unos días, se había encendido una chispa dentro de mí. Me lancé con determinación en la búsqueda de un nuevo propósito. Decidí inscribirme en la facultad de ciencias sociales para estudiar una carrera en comunicación. En un principio, la idea me aterraba. Tenia muchas dudas al respecto: —¿Y si esto tampoco es para mi?— Pero había una diferencia. Esta vez, actuaba guiado por el corazón, impulsado por esa corazonada que sentí aquella noche estrellada, de alguna manera, esas estrellas me mostraron que hay luz incluso en los momentos más oscuros. El primer día de clases fue abrumador. Los rostros de mis nuevos compañeros me generaban una mezcla de ansiedad y emoción. A medida que avanzaban las semanas, cada lección se convertía en un descubrimiento. Aprendí cosas nuevas que me son muy útiles como escribir artículos y producir audiovisuales, un arte que puede mover montañas, cambiar perspectivas y unir corazones. He afrontado obstáculos, por supuesto. Hubo días en que la carga del estudio han intentado derrumbarme. Sin embargo, cada vez que miraba al cielo, recordaba aquella noche estrellada. Las dificultades comenzaron a parecer menos imposibles porque sabía que estaba en el lugar correcto en el momento correcto. Hoy miro hacia atrás y me sorprendo al notar cuánto he avanzado, puedo decirlo, me he superado. Aquellos días de incertidumbre y desesperación me llevaron a ese momento de autodescubrimiento y determinación. Y aquí estoy, siguiendo mi corazón, enfrentándome al mundo con un renovado fervor. He aprendido que los caminos difíciles a menudo llevan a destinos maravillosos, y que cada uno de nosotros tiene el poder de convertirse en la estrella en su propia historia. Actualmente continua siguiendo mi camino, no es perfecto, pero es mio. Ya no siento soledad, siento un profundo agradecimiento por cada experiencia que he vivido, por cada decisión, y por cada estrella que me guió hasta donde estoy. Estoy en camino a convertirme en una gran persona, una brillante persona hecha con la luz encontré en medio de la oscuridad.
Translation by deepl.com
