The India I Carry Within, Through the Ramayana || Review [Eng/Esp]

Today, I arrive at #hivebookclub 📚 with a confession: there are countries you travel to with your feet and others you explore with your soul. For me, India is that second kind of territory. I discovered it through its stories, tales of dancing gods, sages meditating in caves, brave princesses, and wandering monks. A fanatical friend, with an impressive collection of books on Hindu culture, introduced me to this world, and since then, I haven’t been able to leave. That’s why every book, every movie, every image feels like picking up a pebble from the Ganges and storing it in the pocket of my heart.

I dream of one day setting foot on that sacred land, standing before the Taj Mahal, or feeling the sun’s warmth on my feet as I walk along the ghats of Varanasi. In the meantime, I continue building my own personal India, and one of my trophies is this copy of the Ramayana, which I not only devoured in one sitting but also hope my little daughter will love as much as I do.

The Ramayana is attributed to the sage Valmiki, who supposedly composed it over two millennia ago as an epic poem. Since then, it has been the literary soul of India. More than a poem, it is a treatise on moral philosophy and a mirror of human virtues and contradictions, with its approximately 24,000 Sanskrit verses.

To understand it, one must approach it with the caution of a lover tracing every inch of their beloved’s skin. The work is divided into seven books, narrating the life of Rama, an incarnation of the god Vishnu. This epic tells of his exile, the abduction of his wife Sita by the demon Ravana, and the war to rescue her. But beneath this seemingly simple plot lies a masterpiece of symbolic depth, where every character, episode, and dialogue holds lessons about duty, love, power, and redemption.

The first book sets the mythical tone of the text, recounting Rama’s birth as the son of King Dasaratha, the result of a sacred ritual, and highlighting his divine nature as an avatar of Vishnu. The second book shows Rama facing human tragedy: he is exiled for 14 years and accepts it without complaint.

In the third book, the forest becomes the stage for the central conflict when Ravana, the ten-headed scholar-demon, tricks Sita and abducts her in his flying chariot. The fourth and fifth books narrate the quest to find her, introducing characters like the monkey king Hanuman, a symbol of pure devotion.

The sixth and seventh books contain unforgettable passages: Rama’s victory and Sita’s suffering, as she is subjected to a test of purity after her rescue. This is one of the most controversial moments in the story, which I won’t reveal so you can judge for yourselves when reading it.

Throughout the Ramayana, Rama embodies duty in every act: as an obedient son, a protective husband, and a just ruler. His exile and harshness toward Sita are seen as necessary sacrifices in classical Hindu thought.

The truth is, the work transcends its historical context to offer a universal reflection on power, love, and ethics. Its characters are archetypes that continue to resonate, and though some teachings clash with modern values, its symbolic and narrative richness keeps it as a foundational work, not just for India, but for world literature.

Perhaps this is why it’s so hard not to fall hopelessly in love with this culture. Maybe this review is part of that dream: a love letter to a land I haven’t yet visited but that has already transformed me.

_{✨ 𝑻𝒉𝒂𝒏𝒌𝒔 𝒇𝒐𝒓 𝒓𝒆𝒂𝒅𝒊𝒏𝒈! ✨
𝑰𝒇 𝒚𝒐𝒖 𝒅𝒐𝒏’𝒕 𝒌𝒏𝒐𝒘 𝒎𝒆 𝒚𝒆𝒕, 𝑰’𝒎 𝒂 𝑪𝒖𝒃𝒂𝒏 𝒏𝒆𝒖𝒓𝒐𝒍𝒐𝒈𝒊𝒔𝒕 𝒂𝒏𝒅 𝒘𝒓𝒊𝒕𝒆𝒓, 𝒂 𝒎𝒐𝒕𝒉𝒆𝒓, 𝒂 𝒘𝒐𝒎𝒂𝒏, 𝒂𝒏𝒅 𝒂 𝒅𝒓𝒆𝒂𝒎𝒆𝒓 𝒘𝒉𝒐’𝒔 𝒇𝒐𝒖𝒏𝒅 𝒊𝒏 𝑯𝒊𝒗𝒆 𝒂 𝒃𝒆𝒂𝒖𝒕𝒊𝒇𝒖𝒍 𝒔𝒑𝒂𝒄𝒆 𝒕𝒐 𝒔𝒐𝒂𝒓.
𝑨𝒍𝒍 𝒕𝒆𝒙𝒕 𝒂𝒏𝒅 𝒊𝒎𝒂𝒈𝒆𝒔 𝒂𝒓𝒆 𝒎𝒚 𝒐𝒓𝒊𝒈𝒊𝒏𝒂𝒍 𝒄𝒓𝒆𝒂𝒕𝒊𝒐𝒏𝒔, 100% 𝒉𝒖𝒎𝒂𝒏-𝒎𝒂𝒅𝒆 (𝒏𝒐 𝑨𝑰).
𝑩𝒂𝒏𝒏𝒆𝒓 𝒅𝒆𝒔𝒊𝒈𝒏𝒆𝒅 𝒃𝒚 𝑳𝒖𝒎𝒊𝒊.
𝑳𝒐𝒗𝒆𝒅 𝒕𝒉𝒊𝒔 𝒑𝒐𝒔𝒕? 𝑼𝒑𝒗𝒐𝒕𝒆, 𝒄𝒐𝒎𝒎𝒆𝒏𝒕, 𝒐𝒓 𝒓𝒆𝒃𝒍𝒐𝒈 𝒕𝒐 𝒔𝒑𝒓𝒆𝒂𝒅 𝒕𝒉𝒆 𝒘𝒊𝒏𝒈𝒔 𝒐𝒇 𝒄𝒓𝒆𝒂𝒕𝒊𝒗𝒊𝒕𝒚! 💛}

VERSIÓN EN ESPAÑOL

La India que llevo dentro a través del Ramayana || Reseña

Hoy llego a #hivebookclub 📚 con una confesión: hay países que se viajan con los pies y otros que se exploran con el alma. La India, para mí, es ese segundo tipo de territorio. La descubrí a través de sus historias , esas que hablan de dioses que bailan, de sabios que meditan en cuevas, de princesas valientes y monjes errantes. Un fanático amigo, con una colección impresionante de libros sobre la cultura hindú, me introdujo en ese mundo, y desde entonces no he podido salir. Por eso, cada libro, cada película, cada imagen es como recoger una piedrecita del Ganges y guardarla en el bolsillo del corazón.

Sueño con algún día pisar esa tierra sagrada, pararme frente al Taj Mahal o sentir el calor del sol sobre mis pies mientras camino por los ghats de Varanasi. Mientras tanto, sigo construyéndome una India particular, y uno de mis trofeos es este ejemplar del Ramayana, que no solo me leí de un tirón, sino que intento que mi pequeña hija lo ame tanto como yo.

El Ramayana se atribuye al sabio Valmiki, quien supuestamente lo compuso hace más de dos milenios como un poema épico. Desde entonces, es el alma literaria de la India. Más que un poema, es un tratado de filosofía moral y un espejo de las virtudes y contradicciones humanas, con sus cerca de 24,000 versos en sánscrito.

Para comprenderlo, hay que abordarlo con la cautela del amante que recorre palmo a palmo la piel del ser amado. La obra se divide en siete libros, donde se narra la vida de Rama, encarnación del dios Vishnu. Este canto épico relata su exilio, el rapto de su esposa Sita por el demonio Ravana y la guerra para rescatarla. Pero bajo esta trama aparentemente simple yace una obra maestra de profundidad simbólica, donde cada personaje, episodio y diálogo encierra enseñanzas sobre el deber, el amor, el poder y la redención.

El primer libro establece el tono mítico del texto y narra el nacimiento de Rama como hijo del rey Dasaratha, fruto de un ritual sagrado, destacando su naturaleza divina como avatar de Vishnu. El segundo libro muestra a Rama enfrentándose a la tragedia humana: es desterrado durante 14 años, y lo acepta sin quejas.

En el tercer libro, el bosque se convierte en escenario del conflicto central cuando Ravana, el erudito-demonio de diez cabezas, engaña a Sita y la secuestra en su carro volador. El cuarto y quinto libro narran las peripecias para encontrarla, introduciendo personajes como el rey mono Hanuman, símbolo de la más pura devoción.

Los libros sexto y séptimo contienen pasajes indelebles: la victoria de Rama y el sufrimiento de Sita, a quien se le exige una prueba de pureza tras ser rescatada. Este es uno de los momentos más polémicos de la historia, que no revelaré para que juzguen al leerla.

En todo el Ramayana, Rama encarna el deber en cada acto: como hijo obediente, esposo protector y gobernante justo. Su exilio y su dureza con Sita se interpretan como sacrificios necesarios en la cosmovisión hindú clásica.

Lo cierto es que la obra trasciende su contexto histórico para ofrecer una reflexión universal sobre el poder, el amor y la ética. Sus personajes son arquetipos que siguen resonando, y aunque algunas enseñanzas chocan con valores modernos, su riqueza simbólica y narrativa lo mantienen como una obra fundamental, no solo para la India, sino para la literatura mundial.

Quizás por todo esto es tan difícil no enamorarse perdidamente de esa cultura. Tal vez esta reseña sea parte de ese sueño: una carta de amor a una tierra que aún no he pisado, pero que ya me ha transformado.

_{✨ ¡𝑮𝒓𝒂𝒄𝒊𝒂𝒔 𝒑𝒐𝒓 𝒍𝒆𝒆𝒓! ✨
𝑺𝒊 𝒂ú𝒏 𝒏𝒐 𝒎𝒆 𝒄𝒐𝒏𝒐𝒄𝒆𝒔: 𝒔𝒐𝒚 𝒏𝒆𝒖𝒓ó𝒍𝒐𝒈𝒂 𝒚 𝒆𝒔𝒄𝒓𝒊𝒕𝒐𝒓𝒂 𝒄𝒖𝒃𝒂𝒏𝒂, 𝒎𝒂𝒅𝒓𝒆, 𝒎𝒖𝒋𝒆𝒓 𝒚 𝒔𝒐ñ𝒂𝒅𝒐𝒓𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒏𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓ó 𝒆𝒏 𝑯𝒊𝒗𝒆 𝒖𝒏 𝒉𝒆𝒓𝒎𝒐𝒔𝒐 𝒆𝒔𝒑𝒂𝒄𝒊𝒐 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒗𝒐𝒍𝒂𝒓.
𝑬𝒍 𝒕𝒆𝒙𝒕𝒐 𝒚 𝒍𝒂𝒔 𝒊𝒎á𝒈𝒆𝒏𝒆𝒔 𝒔𝒐𝒏 𝒅𝒆 𝒎𝒊 𝒂𝒖𝒕𝒐𝒓í𝒂, 100% 𝒉𝒖𝒎𝒂𝒏𝒐𝒔 (𝒔𝒊𝒏 𝑰𝑨).
𝑩𝒂𝒏𝒏𝒆𝒓 𝒅𝒊𝒔𝒆ñ𝒂𝒅𝒐 𝒑𝒐𝒓 𝑳𝒖𝒎𝒊𝒊.
¿𝑻𝒆 𝒈𝒖𝒔𝒕ó 𝒆𝒔𝒕𝒂 𝒑𝒖𝒃𝒍𝒊𝒄𝒂𝒄𝒊ó𝒏? 𝑽𝒐𝒕𝒂, 𝒄𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒂 𝒐 𝒓𝒆𝒃𝒍𝒐𝒈𝒖𝒆𝒂 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒂𝒚𝒖𝒅𝒂𝒓 𝒂 𝒅𝒆𝒔𝒑𝒍𝒆𝒈𝒂𝒓 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒔 𝒂𝒍𝒂𝒔. 💛}