One more recommendation

The sun was shining brightly on that day, October 29, 20 years ago, when they received their university degrees. The future looked promising for José, Ana, and Berta. However, as the years passed, the distance between them widened. While Ana and Berta climbed the ladder of success, José found himself trapped in a destructive cycle. The bottle of whiskey became his only companion, his faithful friend. His marriage faded into the shadows of the night. Time had not passed in vain.

On that day of professional reunion, Ana and Berta, their hearts full of excitement, longed to sit down with a coffee and tell all their stories. At the same time, a halo of sadness appeared in their hearts. Caught between loyalty and reality, they knew that José would approach them with a message of supplication, saying only, “One more recommendation, please.” José had lost all work ethic. But in their hearts was the memory of the boy full of dreams they had known in their youth.

That day, Ana and Berta contemplated their achievements and reflected on the cost and effort they had devoted to their professional careers. All the sacrifice of working hard to fulfill their responsibilities; if they had succeeded, why hadn't José? Ana dared to suggest to her friend: I think it's time to stop supporting someone who no longer deserves it! Berta nodded, although she felt like a traitor for denying a recommendation to an old friend, but she realized that sometimes the best way to help someone is to let their decisions shape their own destiny. So they both decided to end the cycle, closing the door on the past and not giving him another recommendation.

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Una recomendación más

El sol brillaba con fuerza ese día 29 de Octubre, 20 años atrás, habían recibido su título universitario. El futuro parecía prometedor para: José, Ana y Berta. Sin embargo con el paso de los años, la distancia entre ellos se amplió. Mientras Ana y Berta ascendían en el espiral del éxito, José se encontraba atrapado en un ciclo destructivo. La botella de whisky se convirtió en su única compañía, en su amigo fiel. Su matrimonio se desvaneció entre las sombras de la noche. El tiempo no había pasado en vano.

Ese día de reencuentro profesional, Ana y Berta con sus corazones llenos de emoción, anhelaban sentarse con un café a contar todas sus anécdotas y al mismo tiempo un halo de tristeza se aparecía en su corazón, atrapadas entre la lealtad y la realidad, sabían que José se les acercaría pidiendo, con un mensaje de súplica, diciéndole solo: “una recomendación más” por favor. José había perdido toda ética laboral. Pero en sus corazones estaba el recuerdo del chico lleno de sueños que habían conocido en su juventud.

Ese día, Ana y Berta contemplaban sus logros, reflexionaban sobre el costo y el esfuerzo que habían dedicado a sus carreras profesionales. Todo el sacrificio del trabajo que implicaba cumplir a cabalidad; si ellas lo lograron ¿porque josé no lo había hecho?. Ana se atrevió a plantearle a su amiga: ¡Creo que es tiempo de dejar de seguir apoyando a alguien que ya no lo merece!. Berta asintió con la cabeza, aunque se sentía traidora a la idea de negarle una recomendación a un viejo amigo, pero se dio cuenta que a veces la mejor forma de ayudar a alguien es dejar que las decisiones de cada uno forme su propio destino. Así que ambas decidieron poner fin al ciclo, cerrando la puerta del pasado y no le dieron una recomendación más.

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