Antónimo
Benditos muros
que insisten en apresarme
bendito el vacío
que ronda está habitación.
Benditas lágrimas
luchando por desbordarse,
bendita la noche
que de mi se burló.
Bendito reloj
que se niega a detenerse,
benditos recuerdos
bailando con el dolor.
Bendito el día que te marchaste
sin siquiera decir adiós,
¡Benditos, benditos sean!
Sin opuesto ni contrario.
Bendita nuestra historia
negada a olvidar lo vivido,
a enrarecer el aire
que aún compartimos.
¡Bendita sea!
Esto no es más que el lamento
de un ego malherido,
de un amor cobarde
incapaz de un antónimo
o de otro adjetivo …
@oscarina
Si llegaste hasta aquí, gracias por la lectura.
Te invito a hacer el siguiente ejercicio:
Lee de nuevo cambiando las palabras bendita (as), bendito (os) por su opuesto y observarás el cambio de connotación y de sentido, la nueva dirección que toma transformándose en otro poema.
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