

Después de una carrera, el cuerpo pide descanso, pero el alma que corre sabe que el verdadero impulso viene después. Hoy volví a entrenar, con el calor abrazando cada paso y la humedad haciendo que el aire se sintiera más denso. No fue fácil, pero tampoco lo esperaba. La ruta que correspondía eran subidas, porque en las pendientes se fortalece no solo el cuerpo, sino también la mente.
Fueron aproximadamente 7 km, aunque Strava parece haber perdido un tramo. No importa. Lo que cuenta es lo que se sintió, lo que se vivió. Cada gota de sudor fue un recordatorio de que sigo aquí, comprometida con mi proceso, con mis metas, con esa versión de mí que se construye paso a paso.
Correr después de una carrera es reafirmar que esto no es solo un evento, es un estilo de vida. Es entender que el entrenamiento no se detiene, que cada día suma, incluso cuando el clima desafía. Hoy no fue un día cómodo, pero fue un día valioso. Porque en medio del calor, la humedad y las subidas, volví a elegir correr. Y esa elección, repetida una y otra vez, es la que me transforma.
Ahora lo que viene es la preparación para mi primer maratón, se oye fácil, pero es un trabajo de mente y cuerpo. Vamos por más!
For the best experience view this post on Liketu