Thank you for taking the time to read.
Entry for “World Mental Health Day 2025” initiative. I invite my friend @graciadegenios .
All Images are mine.
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Límites, Amabilidad y el Viaje Compartido de la Salud Mental
La salud mental no es algo de lo que la gente hable a menudo, especialmente en mi país. Todo el mundo sabe lo importante que es cuidar el cuerpo: comer bien, descansar bien, hacer ejercicio, pero no muchos comprenden que la mente también necesita cuidados y atención.

He visto a personas que sufren profundamente, pero se niegan a admitir que necesitan ayuda. Quizás sea por vergüenza, quizás sea por miedo a ser juzgados. Sea como sea, me hace querer seguir hablando de salud mental siempre que tengo la oportunidad y por eso me encanta esta comunidad. Aquí, las conversaciones son abiertas, amables y reales.
En mi país, la vida puede ser dura. Más allá del calor y las largas jornadas laborales, hay desempleo, salarios bajos y una sensación general de agotamiento que mucha gente lleva en silencio. He visto cómo estas cosas afectan a la salud mental de las personas, a menudo sin que se den cuenta.
No hace mucho, mi vecina tuvo una fuerte discusión con su casera. El asunto se complicó tanto que tuvo que intervenir la policía. Más tarde, nos enteramos de que había perdido a su único familiar y había estado actuando por el dolor. Me rompió el corazón porque era evidente que necesitaba ayuda, quizás un terapeuta, pero la terapia sigue siendo algo poco habitual por aquí. La falta de concienciación y de recursos dice mucho sobre la poca prioridad que se le da a la salud mental.
De todos los eslóganes compartidos para esta iniciativa, el que más me llama la atención es «Comienzos saludables, futuros esperanzadores».—OPS.
Creo que si a los niños se les enseña desde pequeños sobre las emociones, la empatía y la amabilidad, la sociedad sería mucho más saludable.
A veces, me doy cuenta de lo mucho que pueden decir los pequeños gestos de los niños: acabarse todos los chocolates sin compartir, negarse a decir «por favor» o «lo siento». Estas cosas pueden parecer insignificantes, pero reflejan lo importante que es enseñar la empatía desde una edad temprana. Los padres y tutores pueden aprovechar esos momentos para mostrar que es importante preocuparse por los demás.
El mundo necesita más amor, amabilidad y empatía, porque estos aspectos desempeñan un papel muy importante en nuestra salud mental, especialmente en un país como el mío, donde el estrés diario puede hacer que las personas se vuelvan amargadas, desconectadas y olvidadizas de su verdadero yo.
Esto me lleva a la pregunta: ¿qué significa para mí la frase «cuidar de los demás es cuidar de uno mismo»? Creo que cuando mostramos amabilidad hacia los demás, todos salimos ganando. Nos sentimos felices cuando hacemos feliz a otra persona. Cuando ayudamos a alguien y esa persona nos expresa su gratitud, nos da una sensación de satisfacción y propósito. Al mismo tiempo, cuidar de nosotros mismos nos ayuda a vivir en paz con los demás. Me he dado cuenta de que, muchas veces, nuestra ira hacia los demás proviene de nuestros propios conflictos internos. La forma en que reaccionamos ante las situaciones a menudo refleja nuestro estado mental. Por lo tanto, cuando cuidamos de nosotros mismos, somos más capaces de cuidar de los demás y, cuando cuidamos de los demás, indirectamente cuidamos de nosotros mismos.
Aquí hay algunas pequeñas cosas que hago para cuidar a los demás (y a mí misma) todos los días:
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Sonreír a menudo. Les dedico mi mejor sonrisa a mis amigos, vecinos e incluso a desconocidos. Sé lo relajante que es que alguien me sonría cuando estoy estresada, así que trato de transmitirles a los demás esa misma sensación.
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Escuchar más que hablar. Las personas llevan mucho dentro. A veces, lo que más necesitan no es un consejo, sino alguien que las escuche sin juzgarlas.
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Hacer cumplidos. Hay un hombre al que suelo felicitar por su trabajo. Un día me dijo lo mucho que significaba para él, porque nadie, ni siquiera su padre, le había dicho nunca que lo estaba haciendo bien. Ese día aprendí lo poderosas que pueden ser las palabras de ánimo. Desde entonces, he adquirido el hábito de felicitar y animar a los demás.
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Ser amable y sensible a las necesidades de las personas. También he aprendido a no tomarme las cosas demasiado a pecho. Si alguien es grosero conmigo, intento verlo como un problema suyo, no mío. Me recuerdo a mí misma que quizá esté pasando por algo difícil. Elegir no enfadarme fácilmente ha mejorado mucho mi salud mental.
Puede que parezcan gestos pequeños, pero crean ondas expansivas. Hacen que las personas se sientan vistas y valoradas.

Al fin y al cabo, la salud mental no es un lujo, es una necesidad para vivir bien. Cada acto de bondad, cada sonrisa, cada momento en el que decidimos escuchar o mostrar comprensión se convierte en una semilla de sanación en nuestras comunidades. La verdad es que no podemos construir una sociedad sana si nuestras mentes no están bien. Cuando nos cuidamos a nosotros mismos, nos volvemos más pacientes, más compasivos y más capaces de cuidar a los demás. Y cuando extendemos ese mismo cuidado hacia el exterior, la paz que compartimos siempre encuentra el camino de vuelta a nosotros.
Gracias por tomarse el tiempo de leer esto.
Entrada para la iniciativa «Día Mundial de la Salud Mental 2025»
Todas las imágenes son mías.
Traducido con DeepL