Voy hacia allí, donde nadie espera, y las flores evitan su estación. Me acompañan nubes sagradas deseosas de libertad. Aún no descubro si voy en mis pensamientos o sobre mis maltrechos pies. El olor a incienso siembra verdades en el camino, rodeadas de silencio y amaneceres.
Alguien me advierte que no hay luz en el horizonte. Allá el bosque se vuelve tan espeso que no queda espacio para el llanto. El Sol viene y después se oculta en ese juego incesante que él nombra: Días...
Elijo la quietud para sanar mis venas y desprendo mis raíces cada atardecer. El alma tiende a atarse a las tiernas melodías del destino y es preciso comprender que somos aves de paso. Nuestro destino es habitar los instantes y aunque siento que sigo avanzando hacia allí, las estrellas me dicen que estoy en todas partes, en el negro infinito de la noche....
La imagen fue tomada con mi celular Motog82. Traducido con deepl.com
I go there, where no one waits, and the flowers avoid their station. I am accompanied by sacred clouds desirous of freedom. I still do not discover if I go in my thoughts or on my battered feet. The smell of incense sows truths on the road, surrounded by silence and dawns.
Someone warns me that there is no light on the horizon. There the forest becomes so thick that there is no room left for crying. The sun comes and then hides in that incessant game that he names: Days...
I choose stillness to heal my veins and I detach my roots every evening. The soul tends to be tied to the tender melodies of destiny and it is necessary to understand that we are birds of passage. Our destiny is to inhabit the instants and although I feel that I keep moving towards there, the stars tell me that I am everywhere, in the infinite black of the night.....
The image was taken with my Motog82 cell phone. Translated with deepl.com