Me desvanezco en la noche de tu mirada.
Estoy sintiendo tus cálidos dedos acariciando
Mis desabrigadas caderas.
El recorrido de tus suaves Labios hasta mi cuello, Hacen de mi alma un estallido De pasiones.
Tus gemidos saborean mis oídos Y abrazan mi corazón Que perece ante ti.
En un resoplo nuestras pieles se besan Por primera vez.
Éramos nosotros…
Exiliados de nuestro nirvana. Maldecidos a sufrir por toda la eternidad. Digeridos hasta el hueso.
Al fin éramos nosotros…
Ya no importaba Si el mundo era un maldito caos. Cada momento era único. … En ese jodido momento, Habíamos renacido en uno solo.