RetoTop10 - Algo que compartir │El mundo.

@psi1826 · 2019-02-02 06:39 · spanish
Mucho se ha hablado de la escritura y de su uso para fines terapéuticos. Inconmensurables libros abundan en el mercado queriendo vender dicha idea. Pero a mi parecer, nadie las vende mejor que quien escribe y ha escrito desde la infancia, debido a la relación tan íntima que mantiene con la literatura. Porque más allá de que esta publicación vaya sobre un escritor español de renombre, daré a conocer —para quien lo desconozca— a un lector del cual aprendo cada vez más siempre que me acercó a sus obras. ![](https://ellibrodurmiente.org/wp-content/uploads/2014/03/El_mundo-683x1024.jpg) [Fuente](https://ellibrodurmiente.org/el-mundo-juan-jose-millas/) [Juan José Millás](https://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Jos%C3%A9_Mill%C3%A1s) nació lleno de conflictos… Sí, creo que eso sería lo ideal para comenzar, poco importa el día en cual lloró por primera vez. De sus obras existe un repertorio admirable y bastante peculiar. Sin embargo, hoy solo hablaré de su novela El mundo, ganadora del premio Planeta 2007 en España. La novela va sobre la vida del autor y el nacimiento de esa relación casi envidiable que posee con la escritura. Al momento de comenzar a leer, nos conseguimos con el siguiente párrafo: >Hay libros que forman parte de un plan y libros que, al modo del automóvil que se salta un semáforo, se cruzan violentamente en tu existencia. Éste es de los que se saltan el semáforo. Me habían encargado un reportaje sobre mí mismo, de modo que comencé a seguirme para estudiar mis hábitos. En ésas, un día me dije: «Mi padre tenía un taller de aparatos de electromedicina.» Entonces se me apareció el taller, conmigo y con mi padre dentro. Él estaba probando un bisturí eléctrico sobre un filete de vaca. De súbito, me dijo: «Fíjate, Juanjo, cauteriza la herida en el momento mismo de producirla.» Comprendí que la escritura, como el bisturí de mi padre, cicatrizaba las heridas en el instante de abrirlas e intuí por qué era escritor. No fui capaz de hacer el reportaje: acababa de ser arrollado por una novela. En efecto, la historia comienza con un Millás que nos relata un poco de su infancia y de cómo era su vida por aquel entonces. Cualquiera diría que es aburrida con tales referencias, pero quien se atreve a leerla abre las puertas a un universo interior sumamente enriquecedor e impactante. La mentalidad de un infante en situaciones precarias es: un completo enigma para quien convive con él. Sin embargo, Millás da a conocer entre las líneas una serie de pensamientos que pueden resultar desde cómicos hasta vergonzosos, e incluso conmovedores para el lector. Entre ellos, uno de los que más captó mi atención era su manera de percibir el frío en cada cosa, como por ejemplo: >En el principio fue el frío. El que ha tenido frío de pequeño, tendrá frío el resto de su vida, porque el frío de la infancia no se va nunca (…) Recuerdo sobre todo que el frío no venía de ningún lugar, por lo que tampoco había forma de detenerlo. Formaba parte de la atmósfera, de la vida, porque la condición de la existencia era la frialdad como la de la noche es la oscuridad. Estaba frío el suelo, el techo, el pasamanos de la escalera, estaban frías las paredes, estaba frío el colchón, estaban fríos los hierros de la cama, estaba helado el borde de la taza del retrete y el grifo del lavabo, con frecuencia estaban heladas las caricias. ![SEPARADORCORTO.png](https://cdn.steemitimages.com/DQmeXEMi34yTqTPeX16DytKF6N53wfQ6Hma2w6ubvYfA46i/SEPARADORCORTO.png) Honestamente, quedé reflexionando durante largo rato tras leer esas líneas. Supongo que más de uno se identificará. Aparte del frío, Millás también nos habla un poco de la fiebre y de cómo y por qué se volvió adicto a ella. Pero para evitar contar demás, solo traeré a colación otro párrafo que indudablemente atraerá a lectores empedernidos. >He tenido, en ocasiones, una experiencia rara: la de detectar la fiebre en la realidad. No hace mucho, una mañana, a los cinco minutos de sentarme a trabajar, me pareció que la habitación tenía fiebre. Y no sólo la habitación, sino cada uno de los objetos que había en ella. Toqué los libros y tenían fiebre, toqué mis fetiches y tenían fiebre, acaricié el respaldo de la silla y tenía fiebre. Me puse a escribir un artículo y me salió, claro, un artículo con fiebre. A medida que la novela avanza, Millás también relata sobre la calle en cual vivía y la amistad que tuvo con un chico apodado como El Vitaminas. Es increíble lo que logra a raíz de contar esa experiencia, puesto que, más adelante la novela sufre un giro emocionante debido a la realidad de los hechos. Cabe resaltar que este autor se caracteriza por tener un grave problema con el lenguaje. Y habrá quien se preguntará por qué, pero eso es algo que no me compete responder. En cambio, dejaré otro de párrafo por acá para que se hagan una idea de lo que les hablo. >Las palabras adquirieron algunas cualidades de los objetos sólidos, de las cosas macizas. Podía tomar una palabra y darle vueltas dentro de la boca, como a un caramelo, antes de tragármela o escupirla. Me hacía preguntas locas sobre el lenguaje. ¿Por qué, por ejemplo, todo el mundo comía lentejas, cuando lo lógico era que los hombres comieran lentejos? Estoy hablando de un mundo en el que la frontera entre lo masculino y lo femenino era brutal (quizá sigue siéndolo). No es que no hubiera educación mixta, es que no había nada mixto. En un mundo así, resultaba contradictorio que ellas comieran garbanzos, en vez de garbanzas; que ellos se sentaran en sillas, en vez de en sillos; que ellas tuvieran cabello, o pelo, en vez de cabella, o pela; que ellos usaran camisas, en vez de camisos… A través de sus obras, las peculiaridades y fetiches de este escritor hacen mella en los personajes, como por ejemplo, en la protagonista de su novela [La mujer loca](https://books.google.co.ve/books/about/La_mujer_loca.html?id=k67xAgAAQBAJ&printsec=frontcover&source=kp_read_button&redir_esc=y#v=onepage&q&f=false). O en el personaje principal de [El orden alfabético](https://books.google.co.ve/books/about/El_orden_alfab%C3%A9tico.html?id=cmtVLIzcLoIC&printsec=frontcover&source=kp_read_button&redir_esc=y#v=onepage&q&f=false). Ambas novelas las recomiendo, puesto que más allá de idolatrar o admirar ciegamente a este escritor, estoy fascinado con su manera de ver el mundo. Y, además, con su capacidad de poder percibir y ser parte de esa otra realidad que está a simple vista y muy pocos logran divisar. La misma a cual Millás accede cuando es presa de la fiebre o en otros determinados momentos como bien constata en su novela. ![SEPARADORCORTO.png](https://cdn.steemitimages.com/DQmeXEMi34yTqTPeX16DytKF6N53wfQ6Hma2w6ubvYfA46i/SEPARADORCORTO.png) Es impresionante lo que se puede lograr al colocar una coma, eso lo aprendí al leer este libro. Si alguien me preguntara qué beneficio tendría embarcarse en la lectura de esta obra, solo podría responder que si es como yo —que de cierta forma ando medio roto por la vida—, hallará consuelo y un poco de paz en cada uno de sus párrafos. Existen libros que llegan para quedarse, pero no por ser fantásticos, menos por la calidad de narrativa o la magnificencia de la historia contada. No, ese tipo de libros a cuales me refiero, son aquellos que te hablan sobre la muerte desde un punto de vista tan humano que llegan a sacar lágrimas. Los mismos que no se cohíben al hablar de una familia disfuncional, ni de la relación, a veces incomoda, que un individuo puede llegar a tener con sus padres. Libros sobre la verdadera amistad, que hablan de amor; pero también de odio y desesperanza, del sentido y de lo absurdo, puesto que así es la vida. Hay realidades alternas, tienen lugar en el fuero interno de cada quien, unas más ricas que otras, y otras, tan pobres que entristecen. También están las calles, como la tuya y la mía, llenas de situaciones adversas y repletas de anécdotas. Y es, en una de esas calles que la historia de esta novela nace, titulada El mundo por parecerse a la calle de muchos, llena de altibajos y rarezas que nos vuelven inevitablemente humanos. ![SEPARADORCORTO.png](https://cdn.steemitimages.com/DQmeXEMi34yTqTPeX16DytKF6N53wfQ6Hma2w6ubvYfA46i/SEPARADORCORTO.png)

Notas al pie de página:

* Pude haberme extendido ya que me he quedado corto al abordar el tema, pero no es la idea. Por lo que te invito a leer la novela. Yo lo hice en digital tras haberla descargado desde [Lectulandia.com](https://www.lectulandia.com/), sitio web que a mi parecer es muy bueno y que también recomiendo si necesitas algún eBook, tanto en PDF como en formato ePUB. * La manera en cual fue estructurada este artículo, podría decirse que importa poco, pero no es así, puesto que prácticamente me copié de la publicación de @irvinc. No obstante, quiero agradecerle por animarme —inconscientemente— a participar en este [reto](https://steemit.com/spanish/@radiosteemit/retotop10algoquecompartir-consigueturecompensa-567p2bma64) organizado por la comunidad de @radiosteemit.

Referencias:

* Millás, J. J. (2007). El mundo. Barcelona, España: Planeta, S. A. ![Psicodélico.png](https://cdn.steemitimages.com/DQmPLnCPuSjT1HZU2cjNKXVgs33nLkatuzdgwpXnVukUzCh/Psicod%C3%A9lico.png)
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