Warm greetings to all the wonderful women in this community 🤗. This initiative stirred something in me, because both questions reflect realities that many of us live every day. Today, I want to share how I’ve navigated these paths—with their challenges and lessons. Thank you for opening this space for expression and connection. # ##### 1️⃣ Mental Health: only around half of people describe their mental health as good, unable to switch off from work, etc. How do you cope in an ever-changing world? # 🌿 Taking Care of My Mental Health in a World That Never Stops We live in a time where everything moves fast. The noise, the expectations, the constant changes—it can all feel overwhelming. I don’t have a formal job, but that doesn’t mean my days are free of responsibilities. As a woman, a mother, and the one who holds my home together, there’s an invisible weight I carry that often goes unnoticed.

I have learned that my emotional well-being does not depend on having a full schedule, but on how I treat myself in the midst of everything I do. I give myself space to breathe, to be with myself, to reconnect. Sometimes it's a walk, other times it's writing down what I feel, or simply sitting quietly in my garden, drinking coffee and enjoying the sunset. It’s not always easy. There are days when I feel overwhelmed, when the outside noise and my inner voice collide. But I’ve learned not to demand perfection from myself, not to compare, and not to punish myself for needing rest. I allow myself to feel, to cry, to laugh for no reason. Because taking care of my mental health also means embracing my humanity. Spirituality has been a powerful ally—not in a dogmatic way, but in a personal, intimate one. I believe in energy, in intention, in the power of visualizing and expressing gratitude. I connect with what brings me peace, with what reminds me that I’m alive and worthy of wellness. Above all, I have learned not to remain silent. To talk about what hurts me, what worries me, what moves me. Because when we share, we free ourselves. And when we free ourselves, we heal. I have also learned to distance myself from what takes away from me, from what hurts me, to not stay in a place or with people, even if they are my own family, out of obligation, trying to justify, to understand... No, I don't do that anymore. I got tired of those situations that wore me down mentally.

##### 2️⃣ Household responsibilities and care: in many homes, partner/spouse statistics reveal the woman continues with cleaning, childcare, assisting aged relatives, shopping for the home, with partner/spouse happy sharing finances. All except last-mentioned category run "50%-and-above," where women tend to remain home makers. How are things structured in your home? # 🏡 Being a Mother and the Heart of My Home I’m divorced, and that has meant taking on many responsibilities on my own. Since my son was little, I knew I couldn’t—and shouldn’t—carry everything by myself. So I started teaching him, little by little, tasks that were appropriate for his age. Not as a burden, but as a way to build a home together, where both of us have a voice and a role. Now he’s 15, and we organize things between us. We divide the chores based on what each of us can do and what needs to be done. Some days he cooks, other days I clean, and often we work as a team. It’s not perfect, but it’s real. And most of all, it’s fair.

It hasn’t always been easy. There are moments when exhaustion takes over, when I wish I had someone else to share the load. But there’s also deep satisfaction in seeing how my son has grown with awareness, empathy, and a sense of responsibility. In our home, there are no fixed roles. There are agreements, conversations, and flexibility. And to me, that’s a form of love. Because it’s not just about having a clean house or a meal ready—it’s about creating a space where both of us can rest, grow, and feel safe. I know many women live similar realities, and that’s why I believe it’s so important to talk about this. Because when we share our experiences, we realize we’re not alone. There’s strength in our vulnerability, and every day we manage to hold it all together, we’re doing something deeply valuable.

Saludos a todas las mujeres maravillosas de esta comunidad 🤗. Esta iniciativa me removió un poco, porque ambas preguntas reflejan realidades que muchas vivimos día a día. Hoy quiero compartir cómo he transitado estos caminos, con sus retos y aprendizajes. Gracias por abrir este espacio de expresión y conexión. # ##### 1️⃣ Salud mental: solo alrededor de la mitad de las personas describen su salud mental como buena, son incapaces de desconectar del trabajo, etc. ¿Cómo te las arreglas en un mundo en constante cambio? # 🌿 Cuidar mi salud mental en medio del caos En este mundo que parece girar cada vez más rápido, cuidar de mi salud mental se ha convertido en una necesidad profunda. No tengo un empleo formal, pero eso no significa que mis días estén libres de responsabilidades. Al contrario, como mujer, madre y cuidadora de mi hogar, hay una carga invisible que muchas veces no se reconoce, pero que pesa y agota.

He aprendido que mi bienestar emocional no depende de tener una agenda llena, sino de cómo me trato a mí misma en medio de todo lo que hago. Me doy espacios para respirar, para estar conmigo, para reconectar. A veces es un paseo a pie, otras veces es escribir lo que siento, o simplemente quedarme en silencio en el jardín de mi casa, mientras tomo un café, mientras disfruto del atardecer. Pero no siempre es fácil. Hay días en los que me siento abrumada, en los que el ruido externo y el interno se mezclan. Pero he aprendido a no exigirme perfección, a no compararme con nadie, a no castigarme por necesitar descanso. Me permito sentir, me permito llorar, me permito reír sin razón. Porque cuidar mi salud mental también es abrazar mi humanidad. La espiritualidad ha sido una gran aliada. No desde lo religioso, sino desde lo íntimo. Creo fuertemente en la energía, en el poder de visualizar y agradecer. Me conecto con lo que me da paz, con lo que me recuerda que estoy viva y que merezco bienestar. Y sobre todo, he aprendido a no callar. A hablar de lo que me duele, de lo que me inquieta, de lo que me mueve. Porque cuando compartimos, nos liberamos. Y cuando nos liberamos, sanamos. También he aprendido a alejarme de lo que me resta, de lo que me hace daño, a no permanecer en un lugar o con personas, así sean mi propia familia, por compromiso, tratando de justificar, de entender... No, eso ya no lo hago. Me cansé de esas situaciones en las que me desgastaba mentalmente.

##### 2️⃣ Responsabilidades domésticas y cuidados: en muchos hogares, las estadísticas sobre parejas/cónyuges revelan que la mujer sigue encargándose de la limpieza, el cuidado de los niños, la asistencia a familiares mayores y las compras para el hogar, mientras que la pareja/cónyuge se encarga de las finanzas. Todas las categorías, excepto la última, superan el 50 %, donde las mujeres tienden a seguir siendo amas de casa. ¿Cómo están estructuradas las cosas en tu hogar? # 🏡 Ser madre, ser el corazón de mi hogar Soy divorciada, y eso ha significado asumir muchas responsabilidades sola. Desde que mi hijo era pequeño, entendí que no podía —ni debía— cargar con todo. Así que empecé a enseñarle, poco a poco, tareas que fueran adecuadas para su edad. No como una obligación, sino como una forma de construir juntos un hogar donde ambos tuviéramos voz y participación. Hoy él tiene 15 años, y entre los dos nos organizamos. Repartimos las tareas según lo que cada uno puede y necesita hacer. Hay días en los que él cocina, otros en los que yo limpio, y muchas veces trabajamos en equipo. No es perfecto, pero es real. Y sobre todo, es justo.

No ha sido fácil. Hay momentos en los que el cansancio me supera, en los que quisiera tener a alguien más que compartiera esta carga. Pero también hay una enorme satisfacción en ver cómo mi hijo ha crecido con conciencia, con empatía, con sentido de responsabilidad. En mi hogar, no hay roles fijos. Hay acuerdos, hay diálogo, hay flexibilidad. Y eso, para mí, es una forma de amor. Porque no se trata solo de tener una casa limpia o una comida lista, sino de construir un espacio donde ambos podamos descansar, crecer y sentirnos seguros. Sé que muchas mujeres viven situaciones similares, y por eso creo que es importante hablar de esto. Porque cuando compartimos nuestras experiencias, nos damos cuenta de que no estamos solas. Que hay fuerza en nuestra vulnerabilidad, y que cada día que logramos sostenernos, estamos haciendo algo profundamente valioso.