Durante mi recorrido por los caminos de El Retiro, Antioquia, un lugar de clima templado frío con temperaturas que oscilan entre 14 °C y 18 °C, quedé sorprendida con la belleza del paisaje. Este municipio, rodeado de montañas, riachuelos y bosques, invita a respirar aire puro y a conectarse profundamente con la naturaleza.
Mientras avanzaba por los senderos, descubrí una gran diversidad de flores que parecían saludarme en cada paso. Entre ellas se encontraban:
Margarita silvestre (Bellis perennis): símbolo de pureza y sencillez, muy usada en infusiones suaves.
Diente de león (Taraxacum officinale): depurativo natural, famoso por sus semillas que vuelan con el viento y se asocian a los deseos.
Dormilona (Mimosa pudica): de flores rosadas y hojas sensibles al tacto, con propiedades calmantes.
Centradenia floribunda: de flores rojas estrelladas, apreciada por su valor ornamental.
Árnica silvestre (Arnica montana): ideal para aliviar golpes e inflamaciones.
Musgo de pantano (Sphagnum): regulador natural de agua, esencial para los páramos.
Botón de oro (Cuphea sp.): de flores naranjas en forma de campana, que atraen colibríes y abejas. Más allá de caminar y observar, aprendí que detenerse a tomar fotografías de estas plantas transforma por completo la experiencia. La cámara se convierte en una herramienta de exploración:
Al acercar el lente, los detalles ocultos se revelan: la textura de los pétalos, las gotas de rocío en las hojas, los tonos que a simple vista pasan desapercibidos. La fotografía enseña a mirar con calma y paciencia, a encontrar belleza en lo pequeño y a valorar la diversidad del entorno. Además, permite guardar un registro personal de cada caminata, para luego identificar las especies, aprender sobre ellas y compartir su encanto con los demás.
Caminar por El Retiro no solo es un ejercicio físico y un respiro para el alma, también es una oportunidad de aprendizaje. Cada planta, cada flor y cada fotografía tomada se convierte en un recuerdo vivo de la riqueza natural de Antioquia.
English
During my walk through the trails of El Retiro, Antioquia, a place with a cool temperate climate and temperatures ranging between 14 °C and 18 °C, I was amazed by the beauty of the landscape. This municipality, surrounded by mountains, streams, and forests, invites you to breathe fresh air and connect deeply with nature.
As I made my way along the paths, I discovered a wide variety of flowers that seemed to greet me at every step. Among them were:
Wild daisy (Bellis perennis): a symbol of purity and simplicity, often used in gentle infusions.
Dandelion (Taraxacum officinale): a natural detoxifier, famous for its windborne seeds that are linked to wishes.
Sensitive plant (Mimosa pudica): with pink flowers and touch-sensitive leaves, known for its calming properties.
Centradenia floribunda: with star-shaped red flowers, highly valued for its ornamental beauty.
Wild arnica (Arnica montana): traditionally used to relieve bruises and inflammation.
Peat moss (Sphagnum): a natural water regulator, essential for páramo ecosystems.
Buttercup or gold button (Cuphea sp.): with orange bell-shaped flowers that attract hummingbirds and bees.
Beyond walking and observing, I learned that pausing to take photographs of these plants completely transforms the experience. The camera becomes a tool for exploration:
When you bring the lens closer, hidden details are revealed—the texture of petals, dew drops on leaves, the subtle shades often overlooked by the naked eye. Photography teaches you to look with calmness and patience, to find beauty in small things, and to appreciate the diversity of the environment. It also allows you to keep a personal record of each hike, to later identify the species, learn about them, and share their charm with others.
Walking through El Retiro is not only physical exercise and nourishment for the soul; it is also an opportunity for learning. Each plant, each flower, and each photograph becomes a living memory of Antioquia’s natural richness.
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