Sentado en el estrado frente a los jueces espejo les escucho como me gritan y escupen.
Un deseo sin cumplir el amor a medio hacer; "te odio" podría pensar a diario pero hay días en los que me canso de pelear
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Lucho con la idea de quererte
porque siempre te he estorbado;
de tu sonrisa de dientes perfectos
me quejo
y lloro.
Lloro, pequeño, viendo como dejas mi mano estirada para irte a caminar.
Risas llenas de sinsabor me cuesta fingir que existe algo salvable entre nosotros.
En el juego de la vida me has puesto como el que hace la falta y sale librado. A pesar de estar en el juego te quieres ver en la banca, siempre.
Exploto en ese punto entre el desprecio y el afecto y finalmente grito mientras te abrazo:
"TE QUIERO, TE ODIO
QUÉDATE CONMIGO POR FAVOR NO TE VAYAS QUÉDATE... CONMIGO."
Acaricio este poema porque no puedo acariciarte
Es incómodo.
Si la incomodidad se materializara sería como niebla densa, no permitiría ni siquiera vernos a pesar de estar a cinco centímetros de distancia.
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"Un abrazo cálido a todos los @mosqueteros y todos sus abrazos para mí"
¿O cómo iba el refrán?