Primera Parte: Puentes Subrepticios
Se necesita ser un ignorante cabal, como salen tantos de las Universidades y Academias, para no reconocer la identidad del Mundo. -dictaminó José Martí.
Mucho antes, Homagno ya había opinado:
El hombre, dondequiera que nazca, es semejante a sí mismo; y puesto en igual época, o en iguales condiciones, ante la Naturaleza, produce obras espontáneas, necesarias y aisladamente semejantes.
Una de esas obras es el Folklore (saber del pueblo), que se escribe con K y no como vemos se propone desde hace algún tiempo, escrita por rimbombantes estudiosos, doctorados en las variantes folclor y folclore que, así escritas, hasta a la vista nos resultan molestas.
Yo abogo por conservar la grafía que tradicionalmente han empleado autores cuya soberanísima voluntad respetamos, y que vivo consultando para mi ensanchamiento espiritual, me refiero a los racimos cosechados de Fernando Ortiz, de Lydia Cabrera, de Samuel Feijóo, René Batista Moreno y Jesús Fuentes Guerra, todos ellos respetaron siempre esa grafía.
Al último, para incentivar sus malas pulgas en un evento de investigación, durante un panel le pregunté por la persistencia de esa K y me contestó ante el público asistente:
-Iancito, mijo, tú no querrás que yo me ponga cachondo como el humorista español Jardiel Poncela, que mostró en un show suyo que "amor se escribe sin H" 😅
Claro, yo estoy convencido de que Fuentes Guerra respondió así, considerando los más de 10 años de trabajo, buró contra buró, con bromas de un lado al otro; si la pregunta la hubiese planteado otro, el insigne etnólogo cienfueguero, Premio Catauro, se habría embestido del buen academicismo que lo caracteriza, y apelando a los amplios conocimientos de sus estudios lingüísticos, habría ofrecido otra explicación, nada jocosa, y sí muy bien fundamentada.
A los que folclor o folclore proponen y defienden, pues entonces hoy yo les diría: bueno para ser consecuentes con las formas castellanizadas que estamos adoptando, vamos a dejar de escribir ballet, si puede ser entonces balé, supongo 🤭
No lo hago porque, seguramente, mi propuesta recibirá el acostumbrado bostezo académico, y si alguien se pronuncia y decide debatir, es más probable que lo haga de manera acalorada, más que convincente.
He realizado ésta pertinente introducción para quienes por la acogedora 💚 #greenzone 🌳 de vez en vez nos reencontramos asistidos por la bondad del 📪 BUZÓN de #ecency ✨ porque tengo el propósito de mostrar en ésta ocasión la riqueza de ése natural entramado de conocimiento popular, con algunos ejemplitos estimulantes y algo graciosos 😏
Es probable que, en muchas de sus casas, si ya no lo hacen sus abuelitas, aún alguien de la familia, con toda la ingenuidad que nos asiste debajo de la bóveda celeste, clava detrás de la puerta, en función de amuleto, una herradura.
Si es así 😅 no se me acomplejen, y comprueben el aserto descomunal de las frases citadas anteriormente (tanto la de Martí como la de Homagno) cuando les presente éstos recién leídos datos históricos:
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El almirante Nelson (muy inglés y muy "civilizado") efectuó el mismo método, tenía la práctica antes de salir con su flota, de clavar una herradura en el palo mayor de su nave capitana, como método propiciatorio de la buena fortuna.
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Napoleón, por su parte, muy europeo y muy señor de su tiempo, creía fervientemente que una buena estrella había precedido su nacimiento, y que la misma se le había hecho visible en la víspera de la batalla de Austerlitz.
Estas coincidencias, que detectamos examinando la riqueza del FOLKLORE en los más diversos pueblos, son, sin abusar del adjetivo, realmente "asombrosas" y me recuerdan una expresión del historiador y cosmógrafo José de Acosta cuando en su diario apunta:
Si alguno se maravillare de algunos ritos y costumbres de los indios, y los despreciara por incipientes y necios, o los detestare por parecerle inhumanos o diabólicos, revise bien la historia de griegos y romanos que alguna vez dominaron buena parte del mundo y verán como se hallan, los mismos y otros semejantes, y en ocasiones, hasta peores.
Las coincidencias afloran, menudean, son profusas, y al parecer se nos presentan para ratificar aquella sabia frase del Sancho, compañero de avatares quijotescos:
Puedo jurar que imagino que el mundo es uno. 👀⬇️
✍️ La idea del Jardín del Edén se desarrolla no sólo dentro del acervo de varias culturas, la encontramos en ambos hemisferios.
✍️ Helena no es sólo de Troya, sino también de Molokai y de California.
✍️ En el Perú, corre el mito de una vacilante compañera de Lot, que como ella, devino estatua por mirar hacia atrás.
✍️ En la Amazonia, el héroe Tamandaré, viene siendo una suerte de Noé que sobrevive al diluvio, trepado en una palmera, en compañía de su esposa.
✍️ El Niño Cojo, entre los carabalíes, viene siendo y se presenta como una suerte de Prometeo subsahariano: roba el fuego envolviendo unos tizones en hojas de plátano y sufre el castigo de los dioses por entregarlo a los hombres.
✍️ Ése mismo pueblo tiene su Moisés: similar a lo que ocurre en el pasaje del Mar Rojo, el legendario cazador Wasanga Atikawat, burla a sus perseguidores haciendo que las aguas de un río se abran a su paso, cerrándose detrás de él.
✍️ Afrodita-Venus no es sólo mediterránea, es también yoruba: donde tienen a la sensual Ochún rezumando miel.
✍️ Las cavernas de los chichimecas, son menos conocidas, pero tienen prácticamente las mismas escenas de cacería que pintarrajearon los protoeuropeos de Altamira y Lascaux en un hermoso alarde de magia homeopática.
✍️ Hoy el pene de la tortuga, reducido a polvo, se aconseja como un remedio infalible para varones decaídos 🤭 pero sucede que el quelonio, desde la antigüedad, fue símbolo de potencia engendradora: lo mismo en la mitología hindú como entre los pieles rojas.
Inventariar todos estos puntos de contacto, es un proceso muy similar al que instrumentamos cuando miramos al cielo y nos ponemos a contar las estrellas: nos revelan los puentes de un saber identitario que a través de milenios la humanidad ha tendido de manera subrepticia 🤩
Y ésto lo digo, sin experimentar el asombro de Parker, al comprobar que unos dibujos, de niños contemporáneos, eran muy parecidos a ciertos grabados del Templo de Ramsés I, catorce siglos antes de nuestra era. (Imbelloni, J. y otros: Folklore argentino, Buenos Aires, 1959, pág. 21-22)
En la 2da Parte de éste Post quiero detenerme en otras dos coincidencias muy folklóricas 🫵 que espero resulten de vuestro disfrute; hasta entonces, me despido deseándoles muchísimo éxito en todo y cuánto se propongan en sus vidas ✨
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