✍️ Inventariarme, reconociendo que no debemos vibrar desde la carencia (Reflexión) ✨🫵

@restaurador · 2025-08-31 19:49 · Holos&Lotus

Saludos Hivers, feliz domingo ✨

La última vez que estuve por ésta maravillosa comunidad fue a propósito de una invitación de @damarysvibra hace ya 5 meses, porque prefiero venir a asomarme para leer, apreciar las experiencias provechosas de otros que, por lo general, nos resultan enriquecedoras y muy útiles para sobrellevar el peso de nuestras existencias.

Hoy regreso, motivado a presentarles una breve reflexión muy a tono con el momento que vivo, y porque la amiga @iriswrite me ha abierto, sin saberlo, una puerta espiritual que me facilitó el reencuentro no solo con ustedes, también conmigo ⬇️

Tendría unos 6 años, la primera vez que sentí una sensación de pérdida: había visto caer de un nido en los pinos a un pichón de paloma rabiche y corrí a salvarlo de unos puercos que ya le iban encima, abandonando su hartazgo de mangos podridos. Los espanté con una bara y me llené de fango. Cuando mi abuelo Uve salió del Templo, observó en un silencio inquisidor lo que tenía en mis manos. Durante el viaje en el carretón de regreso a Ojo de Agua, le hice el cuento, y sólo me respondió:

-Te sientes como un Salvador y esa sensación es digna, pero lo Inevitable siempre termina aconteciendo.

En ése momento aprecié que era severo y que mi abuelo no me comprendía. Al llegar a casa, después de bañarme, alimenté al pichón con pan y leche, luego para donde quiera que yo me movía me seguía bajo los ojos aún inquisidores de mi abuelo, y mi abuela sólo se reía. Yo me sentía feliz y me consideraba el Protector del Ave.

Nos fuimos juntos a la cama, y al despertar al día siguiente, estaba bañado en sangre, con el pichón debajo de mí 🥹 Llorando a todo meter, lo enterré bajo el ciruelo del patio y pasé horas allí, mientras mi abuela lavaba la sábana y la funda de la almohada.

Cuando mi abuela me llamó para almorzar, encontré a mi abuelo con su tabaco, sentado en el taburete junto a la puerta de la cocina, al pasar junto a él me puso una mano cordial sobre la cabeza, y mirándome fijo a los ojos aseveró:

-No intentes nunca más cambiar el curso de las cosas, o vivirás sufriendo. Acepta lo inevitable, tú no eres el Salvador del Mundo, no sacrifiques tu paz y tranquilidad. Eso no te hace Héroe.

Sin olvidar sus palabras de aquel día, dos semanas después, sufrí y enfrenté el suicidio de una tía, hermana de mi papá. La noche de su entierro, me levanté de madrugada para ir al baño, y escuché a mi papá decirle a mi mamá en su cuarto:

-Me preocupa Ian, de los 3 fue el único al que no vi llorar a Ivón.

Recuerdo, sin embargo, cómo tuve que abrazar entonces a mi hermano más pequeño. Me pidió varias noches incluso que dormiera a su lado y no olvido cómo se abrazaba a mí. Yo me dormía con una mano sobre su cabeza, pensando en aquellas palabras de mi abuelo y diciéndome: "Menos mal que Ichi no es tan chiquito como el pichón de paloma".

Recientemente, hace apenas un año, volví a recordar aquellas palabras de mi abuelo, tras el suicidio de Ichi, que al parecer quedó muy marcado desde entonces por aquel triste acontecimiento de nuestra infancia (de los 3, era el más apegado a ésa tía nuestra).

Yo tengo tendencia a la depresión, pero aquel consejo de mi abuelo materno y ése incidente con el pichoncito de rabiche, creo que me dieron una fortaleza espiritual inobjetable. Y ello no significa que no sufra o que no llore una pérdida. Es sólo que consigo reponerme con rapidez, porque suelo refugiarme de inmediato en actividades que me ayuden a desviar la atención mental hacia lo que pudiera convertirse en una malsana obsesión: escribir, leer y sobre todo escuchar música, siempre han sido mi salida a cuánto contratiempo se me presenta.

Es triste vivir con la sensación de pérdida, creo que de ésa manera la vida nos va poniendo a prueba para que podamos comprender que La Carencia es una ilusión que nace, en primer lugar, de la comparación (pretender ser o tener lo que otros poseen nos enferma) y en segundo lugar puede originarse por un deseo desmedido de controlarlo todo.

Cuando una persona cree que “le falta algo”, termina en realidad sumergida y encerrada en un estado de insatisfacción que la convierte en esclavo de lo externo, y es dominada por el complejo de sentirse inferior o poco valorado.

Por el contrario, si logramos sentirnos plenos, aunque sea con poco, si vivimos a plenitud pequeños detalles que te brindan satisfacción, tienes la posibilidad de reconocer la riqueza de ser y existir, y te conviertes en un imán natural para atraer experiencias útiles, personas que te valoran y las circunstancias te enriquecen aún más la vida. Pasar horas frente al mar o en soliloquio silencioso te reconfortan: no necesitas absolutamente nada que provenga fuera de ti. La soledad, lejos de inquietarte, se transforma en compañera.

Vives en ese proceso llamado ataraxia (la serenidad de los sabios griegos) y puedes cultivar la autarquía (autosuficiencia del alma). Cuando no necesitas nada, paradójicamente lo tienes todo, porque nada te falta, puedes enfrentarlo todo con parsimonia, aún la experiencia más dolorosa se te hace sobrellevable, porque asimilas con agilidad un cambio, algo que te saque del paso o robe tu tranquilidad y felicidad.

Ésa sensación de plenitud es un estado de muy alta vibración que te abre el corazón, que te facilita pedir perdón si te has equivocado y genera gratitud (que como sabemos es una de las fuerzas más poderosas de atracción).

Si tu alma se experimenta abundante, el Universo “responde” reflejando esa abundancia y llenando con agilidad aquello que de pronto careces. No, no estamos hablando de un trueque ni de pedir con desesperación, sino de reconocer que ya eres parte de la totalidad y estás completo, no necesitas nada, ni siquiera amor ajeno. En esa unidad, lo que necesitas va a fluir hacia ti sin esfuerzo. Cuando uno deja de mendigar luz, se descubre portador de ella.

Lamentablemente muchas personas no conseguirán percibirlo porque aún están vibrando desde la carencia, y su capacidad de percepción sólo filtra la realidad en términos de “lo que falta”, y por ello comenzarán a exigirte, sin comprender con claridad y precisión que ya le has dado lo más valioso de ti, tu tiempo.

La peor decisión en ése momento será persistir, debes soltar y dejar ir a todo aquel que no sepa decir: -Quédate, que ya siento que lo que me faltaba ha sido completado.

Aquello que no resuena en tu frecuencia interna jamás va a pedirte tu compañía, en cambio como tú reconoces que, error tras error, has llegado a alcanzar la plenitud interna (filosófica y espiritual), tu conciencia ya no crea una realidad de falta y vive abierta a otras infinitas posibilidades de satisfacción; incluso bajo el dolor de lo perdido, partirás con serenidad y encontrarás cómo reponerte, más tarde o más temprano, reencuentras tu centro, sumergido nuevamente en la metanoia, proceso en que una persona, tras un hecho (esperado o no) cambia la forma de pensar, de sentir o ser, o incluso de vivir, reproyectando sus metas. Se consigue con mayor rapidez en tanto el espíritu se encuentre más fortalecido, curtido por perdidas sucesivas, que jamás dejarán de acontecer.


©️ Contenido Original Las 📷 Fotografías son de mi propiedad. Portada & Banner diseñados en plantillas de Fluer.


Al no sentirte carente de nada, lo atraes todo. Robert Von Löwe

#hive-131951 #consciencia #ecency #entropia #hivecuba #spanish #enlace #humanitas #pob #archon
Payout: 0.000 HBD
Votes: 179
More interactions (upvote, reblog, reply) coming soon.