Hello, dear Green Zone residents.
I'm here to participate in the @marpasifico initiative and tell you a story.
https://pixabay.com/photos/to-cook-stew-stove-atmosphere-4422946/
I'll tell you the story of the first time I ate pork tongue and heart. And not just me, but also my oldest son, who never knew about it and to this day says he's never tried it and finds it disgusting.
https://pixabay.com/photos/chile-en-nogada-mexican-food-carne-7730150/
That event took place in my hometown of Pinar del Río. Abel (@abelarte, whom I invited to participate in the initiative) told me he'd be passing through the province to visit the publishing house, and I invited him to lunch at my house. It was then that he agreed if I let him cook, and since I liked the idea, I accepted without hesitation. We agreed to meet in front of the publishing house and set out in search of the butcher shop. I was immensely surprised when Abel asked the butcher if he had a tongue or a heart. I swear I didn't like that at all, but out of embarrassment, I kept quiet. I'd never seen anything like that in a butcher shop, so I told myself it wouldn't matter. However, the butcher had them stored in a refrigerator and took out two huge pig tongues and two hearts. He weighed them, and Abel paid for them.
He was happy, but I think my face showed him I wasn't so happy. He said to me: Open your mind, my brother, and think that I'm going to do something to you that you'll never forget. I tried, I swear, but I couldn't help thinking that I wouldn't like it, and that my son wouldn't either. To cover it up, I told him that my son wasn't the one who wouldn't like it. But he had an answer for everything: My stepfather doesn't either, and he's been eating it for years without knowing it. He couldn't argue with me, so I put myself in the hands of fate. Worst case scenario, he'd buy me some pizzas. I handed the kitchen over to Abel and started reading the manuscripts he'd brought me. Back then, he was working as a senior editor. I don't know much about the process, since I didn't want to look. I only know that he put the stuff in the pressure cooker and made a nice pot with a very spicy, delicious tomato sauce.
At lunchtime, when I saw the finished dish, it truly didn't look like the disgusting thing I'd seen at the butcher shop. The tongue was shredded, and it looked like a "ropa vieja" dish. And the heart was diced into small pieces, with plenty of green pepper and onion. The whole thing looked delicious. And when I tasted it (which I did, quite skeptically), with that sauce, I confirmed it. It didn't look like that: it was delicious.
https://pixabay.com/photos/food-stew-chili-con-carne-meal-2112302/
My son arrived later, and we served him. He didn't ask what it was; he simply ate it without complaint and even got seconds. It's like they say: out of sight, out of mind. It was hard for me because I saw the raw product, but my son, who had never seen it before, ate it with tremendous gusto. I confess, I haven't eaten it again. However, that was a lesson for me. I've never been closed to trying new things in this rich world of cooking again.
En español
Hola, estimados en Green Zone.
Llego hasta ustedes para participar en la iniciativa de @marpasifico y hacerles un cuento.
https://pixabay.com/photos/to-cook-stew-stove-atmosphere-4422946/
Les haré la historia de cómo fue la primera vez que comí lengua y corazón de puerco. Y no solo yo, también mi hijo mayor, quien nunca se enteró y hasta el día de hoy, dice que nunca lo ha probado y que le da asco.
https://pixabay.com/photos/chile-en-nogada-mexican-food-carne-7730150/
Aquel suceso tuvo lugar en mi natal Pinar del Río. Abel (@abelarte, a quien invito a participar en la iniciativa) me dijo que pasaría por la provincia para ir a la editorial y lo invité a almorzar a la casa. Fue entonces que me dijo que aceptaba si lo dejaba cocinar y, a mí que me gustó la idea, acepté sin miramientos. Nos pusimos de acuerdo en encontrarnos al frente de la editorial y salimos en busca de la carnicería. Inmensa fue mi sorpresa cuando Abel preguntó al carnicero si tenía lengua o corazón. Les juro que aquello no me gustó nada, pero por pena, me quedé callado. Nunca había visto nada de eso en la carnicería, así que me dije que no pasaría nada. Sin embargo, el carnicero las tenía guardadas en una nevera y sacó dos lenguas inmensas y dos corazones de puerco. Las pesó y Abel las pagó.
Él estaba feliz, pero creo que mi cara le hizo ver que yo no tanto. Me dijo: Abre la mente, hermano mío, y piensa que te voy a hacer algo que jamás vas a olvidar. Yo traté, se los juro, pero no podía evitar pensar en que no me gustaría y que a mi hijo tampoco. Para disimular, le dije que a mi hijo es a quien no le gustaría. Pero él tenía respuesta para todo A mi padrastro tampoco, y lleva años comiéndolo sin saberlo. No puede rebatirle, así que me puse en manos del destino. En el peor de los casos, me compraría unas pizzas. Le entregué la cocina a Abel y me puse a leer los manuscritos que me había llevado. Cuando aquello trabajaba de jefe editor. Del proceso no sé mucho, puesto que no quería mirar. Solo sé que puso aquello en la olla de presión y preparó una buena cazuela con una salsa de tomate bien picante, exquisita.
A la hora de almuerzo, cuando vi el plato terminado, de veras que no parecía nada de aquello desagradable que vi en la carnicería. Había desmenuzado la lengua y parecía un plato de ropa vieja. Y el corazón aparecía troceado en pequeños dados, con bastante pimiento verde y cebolla. El conjunto se veía delicioso. Y al probarlo (cosa que hice bastante escéptico), con aquella salsa, lo corroboré. No lo parecía: estaba delicioso.
https://pixabay.com/photos/food-stew-chili-con-carne-meal-2112302/
Mi hijo llegó luego y le servimos. No preguntó lo que era, sencillamente se lo comió sin chistar y hasta repitió. Es así como dicen: ojos que no ven, corazón que no siente. A mí me costó trabajo porque vi el producto crudo, pero mi hijo que nunca lo vio, se lo comió con tremendo gusto. No lo he vuelto a comer, se lo confieso. Sin embargo, aquello fue una lección para mí. Jamás he vuelto a cerrarme a probar cosas nuevas en este rico mundo de la culinaria.