Resignification in Life - Columnist Initiative for a Day / Resignificación en la vida - Iniciativa de columnista por un día (eng-esp)

@riblaeditores · 2025-09-29 04:30 · Holos&Lotus

Hello, friends of Holos & Lotus:

I would like to participate in @apineda's initiative with a very personal reflection on resignification.

Five years ago, I made the most difficult decision of my life: to leave my country and move to Pamplona with my wife and our two children. It was a rational choice, seeking stability and a better future, but the practical reality turned out to be one of the toughest tests I've ever faced.

source

The first obstacle, and the most daunting, was finding a job. I was over forty years old and had a solid professional career in my country. Here, however, that resume seemed to lose value. I became "an over-40 immigrant." I sent out resumes daily, took training courses, and attended interviews where, subtly, I perceived my age and origins as a burden. The frustration was constant. I felt out of place, going from being a seasoned professional to feeling like a beginner no one wanted to give a chance to.

source

The financial pressure intensified with each passing week of unemployment. Especially for someone like me, accustomed to working every day of my life.

Then there was the weather. I've always hated the cold. We come from a place where sunshine is the norm. My Cuba is eternal summer. Here, however, I experienced snow for the first time. The winters seemed endless. The short, gray days affected my mood. Leaving the house required a logistical effort of coats, scarves, and gloves that I found exhausting. It was a constant physical discomfort that sapped my energy.

source

The third point was the most surprising: the people. Where I grew up, it's normal to greet acquaintances warmly, to talk to people in the elevator or in line at the supermarket. Human warmth is an everyday social fabric. Here, the dynamic is different. People are reserved, don't smile out of habit, and maintain a social distance I wasn't used to. At first, I interpreted this as coldness. I tried to strike up conversations, but they didn't prosper. I felt isolated, even in the middle of the city. Missing that ease of connecting with people became an added loneliness to the one I already felt from the distance.

For many months, I saw all of this as a series of insurmountable problems. But one day, I realized that this perspective was dragging me down. I consciously decided to stop seeing it as an obstacle and start seeing it as a way to evolve. It was my personal redefinition: to move forward, I had to replace "problem" with "evolution."

source

Facing job rejection forced me to reinvent myself professionally, to be more humble, and to develop a resilience I didn't know I had. I finally found a job, not the one I dreamed of, but one that has allowed me to prove my worth and grow. Accepting the cold led me to learn to appreciate the beauty of the seasons and to seek out indoor activities with my family that strengthened our bonds. Understanding the local way of life, rather than judging it, taught me to value sincerity and respect for others' spaces. I made friendships, fewer but deeper and more authentic.

In the end, this experience didn't break me. On the contrary, each difficulty was a forced stepping stone to growth. It made me stronger, more adaptable, and with a much richer perspective on life.

I stopped being the person I was and became someone with more resources, more patience, and an ability to adapt that I now consider my greatest strength. What seemed like an obstacle was actually the path.


En español


Hola, amigos de Holos & Lotus:

Quisiera participar en la iniciativa de @apineda con una reflexión muy personal sobre la resignificación.

Hace cinco años tomé la decisión más difícil de mi vida: dejar mi país y mudarme a Pamplona con mi mujer y nuestros dos hijos. Fue una elección racional, buscando estabilidad y un futuro mejor, pero la realidad práctica resultó ser una de las pruebas más duras que he enfrentado.

fuente

El primer obstáculo, y el más abrumador, fue encontrar trabajo. Tenía más de cuarenta años y una carrera profesional sólida en mi país. Aquí, sin embargo, ese currículum parecía perder valor. Me convertí en "un emigrante de más de cuarenta". Enviaba currículums a diario, pasaba cursos de capacitación y asistía a entrevistas donde, sutilmente, percibía que mi edad y mi origen eran una carga. La frustración era constante. Me sentía desubicado, pasando de ser un profesional experimentado a sentirme un principiante al que nadie quería dar una oportunidad.

fuente

La presión económica se intensificaba cada semana que pasaba sin empleo. Sobre todo para alguien como yo, acostumbrado a trabajar cada día de mi vida.

Luego estaba el clima. Siempre he detestado el frío. Provenimos de un lugar donde el sol es la norma. Mi Cuba es un eterno verano. Aquí, en cambio, conocí la nieve por primera vez. Los inviernos se me hacían interminables. Los días cortos y grises afectaban mi estado de ánimo. Salir de casa requería un esfuerzo logístico de abrigos, bufandas y guantes que me resultaba agotador. Era una incomodidad física constante que minaba mi energía.

fuente

El tercer punto fue el más sorprendente: las personas. Donde yo crecí, es normal saludar efusivamente a los conocidos, hablar con la gente en el ascensor o en la cola del supermercado. La calidez humana es un tejido social cotidiano. Aquí, la dinámica es diferente. La gente es reservada, no sonríe por inercia y mantiene una distancia social a la que no estaba acostumbrado. Al principio, lo interpreté como frialdad. Intenté entablar conversaciones que no prosperaban. Me sentí aislado, incluso en medio de la ciudad. Echar de menos esa facilidad para conectar con la gente se convirtió en una soledad añadida a la que ya sentía por la distancia.

Durante muchos meses, vi todo esto como una serie de problemas insuperables. Pero un día, comprendí que esa perspectiva me estaba hundiendo. Decidí, de forma consciente, dejar de verlo como una traba y empezar a verlo como una manera de evolucionar. Fue mi resignificación personal: para avanzar debía cambiar "problema" por "evolución".

fuente

Enfrentar el rechazo laboral me obligó a reinventarme profesionalmente, a ser más humilde y a desarrollar una resiliencia que no sabía que tenía. Finalmente, encontré un trabajo, no el que soñaba, pero desde el que he podido demostrar mi valía y crecer. Aceptar el frío me llevó a aprender a apreciar la belleza de las estaciones, a buscar actividades de interior con mi familia que fortalecieron nuestros lazos. Entender la forma de ser local, en lugar de juzgarla, me enseñó a valorar la sinceridad y el respeto por el espacio ajeno. Hice amistades, menos numerosas pero más profundas y auténticas.

Al final, esta experiencia no me rompió. Todo lo contrario, cada dificultad fue un escalón forzado para crecer. Me hizo más fuerte, más adaptable y con una perspectiva mucho más rica de la vida.

Dejé de ser la persona que era y me convertí en alguien con más recursos, más paciencia y una capacidad de adaptación que ahora considero mi mayor fortaleza. Lo que parecía un obstáculo, en realidad, era el camino.

#hive-131951 #spanish #ecency #neoxian #waivio #archon #cent #bbh #ocd #pob
Payout: 3.413 HBD
Votes: 212
More interactions (upvote, reblog, reply) coming soon.