Intento hacer las cosas que me gustan; intento pasar tiempo con mi esposa; intento hablar con amigos, ¿por qué nada de esto puede llegar a hacerme sentir bien? Preguntas que hasta el día de hoy no logra hallar respuesta. Un día amanezco con buenas energías, y al otro día amanezco como si me hubiesen sacudido y mis huesos me duelen. Uno de los enemigos más grandes del ser humano son los pensamientos y si uno no lo mantiene controlado, puede que uno no sobreviva. Es difícil hacer las cosas de la vida diaria cuando tienes estos sentimientos en tu corazón, tratas de querer mantenerte despierto pero sientes mucho sueño a la vez. Y cuando vas a dormir, tampoco puedes dormir por el constante pensar.
A veces es necesario tener estos sentimientos, porque de alguna forma empiezas a ver las cosas con más claridad como por ejemplo: Quienes nos valoran realmente, el tiempo que pasas con otras personas, gustos personales. Pero a veces se pueden tornar en tu contra y es difícil llegar a sentirme bien después de pasar por eso. Cada vez tienes más sueño; te cuesta quedarte en hacer las cosas que te gustan; no te dan ganas de comer; piensas demasiado en que quieres comer, estas cosas me pasan a mí y de seguro más a uno le debe estar pasando en este momento.
No importa en lo que hagas, te sentirás solo de alguna manera porque es lo que el ser humano necesita en un determinado tiempo, para pensar con claridad las cosas y que hacer próximamente. Pero es malo cuando realmente tu corazón te hace sentir que no tienes a nadie, y que tampoco te deja dormir por ello. Hasta ahora sigo diciendo que tener depresión no es del todo malo, pero si que te puede causar mucho daño si lo dejas estar en tu día a día. Recuerden, siempre habrá cosas por hacer; siempre con quien hablar y siempre con que disfrutar, solo es tener fuerza de voluntad para actuar ante ello.