Interstellar (Interestelar) [EN/ES]

“Dr. Wick, there's something in sector K-109. It looks like a comet, but it's moving at an incredible speed.” The assistant reported to the doctor as he continued to look through the telescope. “Were you able to calculate the object's trajectory, Smith?” Dr. Wick took off his glasses. “Not very well, that body is moving too fast. What I can tell you is that it's coming from deep space.” Smith turned to the doctor. “That's not very common. I think we should follow its trajectory very closely. 24 hours a day. Understood, Smith.” Dr. Wick left the room. “Good morning, Mr. President. I'm reporting that we have a suspicious object. It doesn't appear to be a space object, as it's traveling at an astonishing speed.” “Good morning, Doctor. We need to be sure what that object is. We need to monitor it very closely.” “Understood, Mr. President. I will notify you of any developments.” Dr. Wick hung up the red phone. The scientist turned on the computer and, while he was writing the report, his assistant entered, alarmed, and said urgently, “Doctor, we have determined that the object is metallic and is entering our solar system.” “Are you sure, Smith?” The doctor stared at him. “Completely sure. We must sound the alarm to activate the space defense system, just in case.” “I'll talk to the president and let him decide. Keep watching, Smith.” The assistant hurried out to the telescope room, and Dr. Wick picked up the phone. “Mr. President, I am informed that the interstellar object appears to be metallic.” The doctor felt the tension. “What should we do?” “Send me everything you have recorded of the sighting. I will call an emergency meeting.” The president hung up the phone. “Miss Sara, set up a virtual meeting with the European leaders. Immediately!” The assistant left the office with the president's order. After a few hours, the meeting was ready. “Gentlemen, our telescopes have detected an interstellar object moving at a speed never seen before. We have ruled out that it is an asteroid or some space rock.” The president stood up. "We must deploy the space defense system. We have to prepare ourselves for whatever that thing is." The leaders voted to approve the president's proposal. For several days, the satellites prepared to defend the planet, and it was calculated that in three days it would be close to Earth. The governments agreed not to inform the population until the interstellar object touched Earth's atmosphere; they did not want to cause panic and chaos in their countries. The third day had arrived, and the interstellar object was close to Earth. “Dr. Wick, you have to see this.” Surprised, Smith called the doctor. “What happened to the object?” the doctor asked his assistant. “See for yourself.” Smith stepped aside. Dr. Wick's mouth fell open and his heart began to beat faster. “My God, the president has to know about this.” He ran to the presidential office. “Mr. President, look at what we were able to capture with the telescope.” Dr. Wick showed him some photos. The president's eyes widened to their fullest extent. The object was metallic, measuring 20 kilometers wide by 40 kilometers long, with a structure resembling a mountain range and flashing lights around it. “This is inconceivable. If I don't see it, I won't believe it.” The president ran his hand across his forehead. "What shall we do, sir? The ship will enter Earth's atmosphere in 12 hours." Dr. Wick looked tense. “I'm going to order the defense system to be deployed. We don't know what their intentions are. If we see any sign of hostility, we will attack.” The president stood up. “Dr. Wick, keep a close eye on the ship's movements and report any strange movements to me.” “Understood, Mr. President.” Dr. Wick rushed out of the presidential office. A few hours later, a large comet could be seen crossing the atmosphere in the sky above the cities. Dr. Wick closely monitored the ship's movements, his finger on the button, ready to report to the president. Suddenly, the ship stopped. Dr. Wick's nerves made him sweat profusely; the attack depended on his interpretation. “Doctor, there's a glow coming from the ship. It's getting more and more incandescent.” Smith warned with great concern. “We must inform the president.” “Let's wait, just a few more minutes.” Dr. Wick began to tremble. “There's no time. Report now.” Smith raised his voice in desperation. “Doctor, doctor...” “Just a moment...” The light grew brighter. “Doctor, doctor...” Dr. Wick pressed the button, and at that moment the ship disappeared in a blinding flash, leaving the scientists stunned. A sigh of relief escaped from their mouths. “Dr. Wick, what happened?” the president could be heard asking. “The ship has disappeared, everything is back to normal.” Dr. Wick let out a sigh of relief and then hung up the phone. “Smith, all those people didn't know how close they came to destruction.” Dr. Wick looked out the window at the city, which continued its routine as if nothing had happened.

«Doctor Wick, hay algo en el sector K-109. Parece un cometa, pero se mueve a una velocidad increíble». El asistente informaba a doctor mientras seguía mirando por el telescopio. «¿Pudo calcular la trayectoria del objeto, Smith?». El doctor Wick se sacaba las gafas. «No muy bien, aquel cuerpo se mueve demasiado rápido. Lo que le puedo decirle es que viene del espacio profundo». Smith se daba vuelta hacia el doctor. «No es muy común eso. Me parece que debemos seguirlo muy de cerca su trayectoria. Las 24 horas. Entendido, Smith». El doctor Wick salía del cuarto. «Buenos días, señor presidente. Le informo que tenemos un objeto sospechoso. Al parecer no es un cuerpo espacial, ya que viaja a una velocidad sorprendente». «Buenos días, doctor. Debemos estar seguros de lo que es ese objeto. Hay que hacerle una vigilancia muy exhaustiva». «Entendido, señor presidente. Le estaré notificando cualquier novedad». El doctor Wick colgaba el teléfono rojo. El científico encendió el computador y mientras hacía el informe, entró su ayudante alarmado y con un tono de urgencia le decía. «Doctor, hemos logrado ver que aquel objeto es metálico y esta ingresando a nuestro sistema solar». «¿Esta seguro, Smith?». El doctor lo miraba fijamente. «Completamente seguro. Debemos dar la alarma para activar el sistema de defensa espacial, por si acaso». «Voy a hablar con el presidente y que él decida. Siga vigilando, Smith». El asistente salía presuroso hacia el cuarto del telescopio y el doctor Wick tomaba el teléfono. «Señor presidente, me informan que el objeto interestelar parece ser metálico». El doctor siente la tensión. «¿Qué debemos hacer?». «Envíame todo lo que hayan grabado del avistamiento. Citaré a una reunión de urgencia». El presidente colgaba el teléfono. «Señorita, Sara. Prepare una reunión virtual con los líderes europeos. ¡De inmediato!». La asistente salía del despacho con la orden del presidente. Luego de unas horas, la reunión estaba lista. «Señores, nuestros telescopios han detectado un objeto interestelar que se mueve a una velocidad nunca antes vista. Hemos descartado que se trate de un asteroide o alguna roca espacial». El presidente se levantaba. «Debemos desplegar el sistema espacial de defensa. Hay que prepararnos para lo que sea esa cosa». Los líderes votaban aprobando la propuesta del presidente. Durante varios días los satélites se prepararon para la defensa del planeta y se calculaba que en tres días estará cerca de la tierra. Los gobiernos acordaron no informar a la población sino hasta que el objeto interestelar toque la atmósfera de la tierra, no querían sembrar el pánico y el caos en los países. El tercer día había llegado, y el objeto interestelar estaba cerca de la tierra. «Doctor Wick, tiene que ver esto». Sorprendido Smith llamaba a doctor. «¿Qué pasó con el objeto?» el doctor preguntaba a su asistente. «Mire usted mismo». Smith se hacia a un lado. El doctor Wick quedaba con la boca abierta y el corazón le latía más fuerte. «Dios mío, el presidente tiene que saber esto». Salió corriendo hacia el despacho presidencial. «Señor presidente, mire lo que pudimos captar con el telescopio». El doctor Wick mostraba unas fotos. El presidente abría los ojos al máximo de sus cuencas. El objeto era metálico, con una dimensión de 20 kilómetros de ancho por 40 de largo, tenía una estructura con relieves como una cordillera y luces destellantes alrededor. «Esto es inconcebible. Si no lo veo, no lo creo». El presidente se pasaba el brazo por la frente. «¿Qué haremos, señor? La nave ingresara en 12 horas a la atmósfera terrestre». El doctor Wick mostraba un gesto de tensión. «Voy a ordenar que se despliegue el sistema de defensa. No sabemos con qué intenciones vengan. Si notamos un indicio de hostilidad atacaremos». El presidente se levantaba. «Doctor Wick, siga de cerca los movimientos de la nave y me informa cualquier movimiento extraño». «Entendido, señor presidente». El doctor Wick salía corriendo del despacho presidencial. Luego de unas horas, en el cielo de las ciudades se miraba un gran cometa atravesando la atmósfera. El doctor Wick seguía muy de cerca los movimientos de la nave, tenía un dedo en el botón, listo para informar al presidente. De pronto, la nave se detuvo. Los nervios del doctor Wick lo hacían sudar profusamente de su interpretación dependía el ataque o no. «Doctor, de la nave sale un resplandor. Cada vez se hace más incandescente». Smith advertía con gran preocupación. «Debemos informar al señor presidente». «Esperemos, solo unos minutos más». El doctor Wick empezó a temblar. «No hay tiempo. Informe de una vez». Smith levantaba la voz con desespero. «Doctor, doctor...». «Un momento más...». La luz se hacía más resplandeciente. «Doctor, doctor...». El doctor Wick presionaba el botón y en ese momento la nave desapareció en un brillo incandescente, y los científicos quedaron atónitos. Un respiro de alivio salió de las bocas. «Doctor Wick, ¿qué paso?», se escuchaba al presidente. «La nave ha desaparecido, todo vuelve a la normalidad». El doctor Wick soltaba un suspiro de alivio y luego colgaba el teléfono «Smith, toda esa gente no supo lo cerca que estuvo de su destrucción». El doctor Wick miraba por la ventana a la ciudad que seguía en su rutina como si nada.