Redención (Redemption) [ES/EN]

Las gotas de sangre caían de las muñecas abiertas que colgaban de la bañera blanca, mientras el cuerpo desnudo había cobrado un color blancuzco, casi fantasmal. Los ojos abiertos mostraban un vacío, un cascarón sin el alma. El reloj seguía marcando un tic tac lúgubre ante la escena sombría y melancólica. «¿Dónde estoy? ¿Quién me trajo hasta aquí?». Trent abría los ojos y frente a él se presentaba un panorama aterrador, apocalíptico. El horizonte rojo dominaba el cielo y a su alrededor pedazos de cuerpos formaban montañas. Lamentos iban y venían en un sinfín de ondas sonoras. El aire estaba cargado con un pestilente aroma a azufre, que penetraba las fosas nasales y revolvía el estómago. Trent siguió caminando por aquel lúgubre y terrorífico paisaje, al fondo miró como una cúpula se elevaba a unos cuantos metros, era una estructura irregular, parecida a un volcán y a su cráter entraban espíritus y alrededor de este volaban unos monstruos alados, con garras enormes en las cuatro patas, alas parecidas a las de los murciélagos y en lugar de cabeza un pico enorme como el de un tucán. El hombre perdió la cuenta de cuántos monstruos alados volaban danzando en aquel firmamento rojo como la sangre. Trent no sabía a donde ir, así que caminó hacia el único lugar donde podía, el volcán. Los pasos tímidos iban acortando la distancia entre el hombre y aquella imponente mole siniestra con sus guardianes oscuros. Los lamentos seguían bailando en aquel aire tóxico con sabor a podredumbre. No tenía más opción que seguir hacia adelante, aún si opusiera resistencia, aquel volcán deforme lo atraía. Cuando estuvo tan cerca, el hombre sintió una fuerza que lo llevaba en otra dirección. Trent no opuso resistencia y se dejó llevar por aquel jalón. Se vio dentro de una cueva y salió de su trance. «¿Quién eres?», preguntaba estupefacto Trent. «Me llamo Mark. Cómo tú, aparecí aquí y no recuerdo más». Aquel hombre de la cueva se movía de un lado a otro. «¿Qué haces aquí?». Trent miraba a Mark de un lado a otro. «Alguien que estuvo aquí antes que yo, me dijo que no debía ir hacia el volcán o sería el fin». «Pero debemos ir a algún lado. No pensarás quedarte toda una eternidad aquí». Trent se colocaba la mano en la barbilla. «No sé, pero creo que aquí estamos mejor que allá». Mark se sentaba en una piedra plana. «Yo pienso salir de aquí y encontrar el camino de regreso, lejos de aquel volcán». Trent miraba fijamente al hombre. «Piénsalo, Mark, Es una locura quedarse aquí». En ese momento, Trent salía corriendo hacia la nada, pero uno de los monstruos alados fue tras él y se escuchó una serie de gritos del hombre condenado. El monstruo tenía agarrado a Trent de los hombros y las garras se penetraban en la carne haciéndolo sangrar. El monstruo llevo a Trent hasta la cima mientras el hombre se movía violentamente para liberarse, pero todo era inútil, su destino estaba sellado y estaba a instantes de ser devorado por aquel cráter putrefacto. Una vez en la cima el monstruo alado soltó a Trent, quien caía soltando gritos desesperados. Mark miraba desde el hueco de la cueva como el infeliz caía hacia el cráter, y luego los gritos fueron reemplazados por lamentos. Mark solo movía la cabeza y se internaba en la cueva, con los hombros bajos y una expresión melancólica. Mientras caía, Trent logró sostenerse de una especie de rama que sobresalía de las paredes del cráter, quedó colgado y empezó a gritar pidiendo ayuda, pero todo era cuestión de tiempo para ser devorado por el cráter del infierno. Trent sin fuerzas y sin esperanzas se dejaba caer y cerró los ojos esperando su final. Cuando caía sintió que lo agarraban del brazo. «No, amigo, aún no es tu tiempo». La voz de Mark inundaba aquel cráter. «¡Mark!». Los ojos con las pupilas dilatadas se fijaban en el hombre. «Vamos, amigo, ayúdame. Vamos a sacarte de esa oscuridad sin fin». «No puedo, no puedo, estoy muy cansado, las fuerzas me abandonan». Trent desesperado miraba impotente a Mark. «No digas eso, amigo. Vamos revive, aún no es tu hora. Lucha por tu vida». Trent miraba sorprendido a Mark, «No puedo, esto es más fuerte». «Vuelve, vuelve. Aún no es tu tiempo». Luego un grito más intenso escuchó Trent. «¡Vuelve!». Trent gritó cerrando los ojos con sus últimas fuerzas y sintió que algo en él volvía. La electricidad recorría su cuerpo y una tos le dio la bienvenida, abrió los ojos y vio a los paramédicos en su casa. La sorpresa de Trent fue enorme cuando vio a Mark reanimándolo. «¿Mark?». Pronunció débilmente. El hombre sonrió con una gran gentileza, «No, soy Stuart. Bienvenido de vuelta». Luego el paramédico ordenó a su gente. «Llévenlo a la ambulancia». «Gracias, Stuart», Trent decía débilmente. «Vive, amigo. Aún no es tu tiempo».  English #### Redemption  Fuentes de la imagen de portada: [Fuente 1](https://pixabay.com/es/illustrations/infierno-demonio-fuego-fantas%C3%ADa-9125346) [Fuente 2](https://pixabay.com/es/illustrations/ai-generado-hombre-villano-infierno-9125337) #### Edición Rincón Poético #### La traducción del texto fue hecha con la herramienta #### gratuita [DeepL](https://www.deepl.com) ### Contenido original  Visita nuestras redes sociales ^{  ¡Gracias por leer nuestro post!  #### @rinconpoetico7 Posted Using [INLEO](https://inleo.io/@rinconpoetico7/redencin-redemption-esen-67o)}