Como les comenté en un post anterior Cuando la inspiración se encuentra con la amistad visité la Bodeguilla para tener una actividad creativa con algunas amigas 🎨☕ y aunque la pasamos chévere, me quedó una espinita amarga, por eso hoy les traigo el cuento.
Al llegar nos atendió un muchacho que al principio estaba pendiente 👍, pero pasado un rato mientras llegaban las otras chicas y decidíamos qué ordenar, literalmente se desapareció. Para el momento en el que ya estábamos listas para ordenar, llegó otro mesero y no sé si fui yo la única que lo notó, pero se veía súper cansado y, por ende, las ganas de no trabajar se le notaban.
Mientras le preguntábamos los precios de los cafés, estaba distraído y teníamos que repetirle la pregunta hasta dos veces ☹️. Incluso tuvo que ir y venir de la barra varias veces para indicarnos que el café que queríamos no estaba disponible.
Lo otro que no nos pareció fue que cada mesero nos daba un precio distinto, lo cual era confuso. Y lo que tampoco me gustó es que por ninguna parte del menú había precios marcados; las únicas referencias que teníamos eran de las historias viejas en los destacados de su cuenta de Instagram.
Quiero aclarar que con este post no busco malponer al lugar ni desanimar a nadie de visitarlo 🙅🏻♀️. Solo quise compartir una experiencia que no fue tan grata para mí y mis amigas, porque siento que estos pequeños detalles también forman parte de la realidad cuando salimos a disfrutar. Al final, cada sitio tiene sus altos y bajos, y contar estas vivencias también nos ayuda a valorar más cuando encontramos un lugar que logra enamorarnos con su atención y ambiente 💖🌸.
**English ver**
As I mentioned in a previous post (linking the moodboard one) 🎨☕, I visited *La Bodeguilla* to have a creative activity with some friends, and while we did have a nice time together, there was also a bit of a bittersweet feeling left behind — and that’s the story I want to share today.
When we first arrived, a waiter greeted us and was attentive, but after a while, while we were waiting for the rest of the girls to arrive and deciding what to order, he literally disappeared. By the time we were finally ready, another waiter came over, and I don’t know if it was just me, but he seemed extremely tired, which honestly showed in the lack of enthusiasm while helping us.
When we asked about the coffee prices, he seemed distracted, and we had to repeat our questions two or even three times ☹️. He also had to go back and forth to the counter several times just to tell us that the coffee we wanted wasn’t available.
What also didn’t sit well with us was that each waiter gave us a different price for the same items. To make things more confusing, the menu had no prices listed anywhere, so the only reference we had was from old Instagram stories they had saved on their highlights.
I want to make it clear that with this post I’m not trying to put down the place or discourage anyone from visiting 🙅🏻♀️. I simply wanted to share a personal experience that wasn’t so great, because I believe these little details are also part of reality when we go out to enjoy ourselves. In the end, every place has its ups and downs, and sharing these moments also helps us appreciate more those places that win us over with their service and atmosphere 💖🌸.
**Créditos**
- La traducción del texto fue hecho a través Cambridge
- Los diseños fueron hechos en Canva