La vivencia de lo trascendente (iniciativa) | The experience of the transcendent (initiative)

Muchas veces las personas vivimos el día a día a un ritmo bastante acelerado, aunque es algo bastante justificado porque existen muchas cosas que hacer como: atender a los hijos, a la pareja, trabajar, solucionar alguna eventualidad, entre otros. Con todas estas cosas en mente, se nos olvida tomarnos un tiempo para tener una charla interna, se nos olvida tomarnos un respiro. A pesar de todo, siempre es bueno hacer una pausa para conectar con nosotros mismos, con la vida y todo lo que está a nuestro alrededor.

No es necesario todo un protocolo para eso, basta con un ejercicio tan simple, pero poderoso como el que nos comparte nuestra amiga @miriannalis en su iniciativa: “La vivencia de lo trascendente”. Esta consiste en mirar el cielo por unos 3 minutos y anotar lo que observamos. Ella propone hacerlo en la mañana y en la noche. Yo hice este ejercicio hace algunos días, debo decir que me tomé más de 3 minutos mirando el cielo porque me trajo una calma bastante grande, aunque cuando iba a escribir sobre ello, recibí varios pedidos de dibujos y no me dio tiempo de hacerlo.

Estuve varios días trabajando sin descansar y no me había dado tiempo de sentarme un momento a pensar en algo más que en eso. Yo a veces tengo experiencias trascendentes, pero cuando estoy muy ocupada, dejo todo eso de lado y solo me concentro en trabajar. Sin embargo, la vida siempre busca la manera de darnos lecciones cuando menos lo esperamos, por eso, en medio de mi estresado día, tuve un maravilloso momento de templanza.

En uno de los días de entrega, estuvo lloviendo sin parar y me mojé mucho. Estaba muy estresada porque estaba mojada, tenía frío y debía hacer lo posible para que nada se mojara, pero mientras esperaba el autobús en medio de la llovizna para irme a casa, miré el paisaje en mi espalda y me relajé casi al instante. Detrás de mí estaba la playa increíblemente quieta y serena, el paisaje era tan hermoso que olvidé todas las penurias de ese día.

En ese momento me reí mientras recordaba las palabras de @miriannalis, porque ella cuenta en su post que tuvo su momento de templanza en medio de la lluvia y yo estaba en una situación similar, incluso pensé algo similar: “incluso bajo la lluvia, existe calma y paz”. Me acerqué un poco y vi a varias personas en la playa pasando un gran momento. Recuerdo que pensé que ellos estaban en su propio mundo disfrutando del momento, mientras muchos otros se estaban quejando de la lluvia.

Mientras volví a mi lugar en la parada, quise inmortalizar el momento con una foto. No pude tomar mejores porque no quería que mi teléfono se mojara; sin embargo, creo que capturo bastante bien la belleza del paisaje. Me hubiese gustado tomar una foto en la que se viera más la playa, porque transmitía un sentimiento de paz demasiado lindo. Para mí, era como si me dijera que todo iba a estar bien, que había hecho un buen trabajo y era momento de estar tranquila.

Ese fue un día muy estresante para mí, tenía sueño, frío, me dolía la espalda al igual que la cabeza y lo único que quería era terminar todo e irme, sin embargo, ese simple momento me llenó de una gran energía positiva. Al poco tiempo llegó un autobús y pude irme con una gran sonrisa. Puedo decir que ese fue un agradable e inesperado momento de experiencia trascendente.

Many times, we live our daily lives at a fairly fast pace, although this is quite justified because there are many things to do, such as taking care of our children, our partner, working, solving any eventualities, among other things. With all these things in mind, we forget to take time to have an internal conversation, we forget to take a break. Despite everything, it is always good to pause to connect with ourselves, with life, and with everything around us.

You don't need a whole protocol for that, just a simple but powerful exercise like the one our friend @miriannalis shares with us in her initiative: “The experience of the transcendent.” This consists of looking at the sky for about 3 minutes and writing down what we observe. She suggests doing it in the morning and at night. I did this exercise a few days ago, and I must say that I spent more than three minutes looking at the sky because it brought me such a sense of calm. However, when I was about to write about it, I received several requests for drawings and didn't have time to do so.

I had been working for several days without rest and hadn't had time to sit down for a moment and think about anything else. I sometimes have transcendental experiences, but when I'm very busy, I put all that aside and just focus on work. However, life always finds a way to teach us lessons when we least expect it, so in the midst of my stressful day, I had a wonderful moment of tranquility.

On one of the delivery days, it was raining nonstop and I got very wet. I was very stressed because I was wet, cold, and had to do everything possible to keep everything from getting wet, but as I waited for the bus in the drizzle to go home, I looked at the landscape behind me and relaxed almost instantly. Behind me was the incredibly quiet and serene beach. The scenery was so beautiful that I forgot all the hardships of that day.

At that moment, I laughed as I remembered @miriannalis' words, because she says in her post that she had her moment of tranquility in the rain, and I was in a similar situation. I even thought something similar: “Even in the rain, there is calm and peace.” I moved a little closer and saw several people on the beach having a great time. I remember thinking that they were in their own world enjoying the moment, while many others were complaining about the rain.

As I returned to my spot at the bus stop, I wanted to capture the moment with a photo. I couldn't take better ones because I didn't want my phone to get wet, but I think it captures the beauty of the landscape quite well. I would have liked to take a photo that showed more of the beach, because it conveyed such a beautiful sense of peace. For me, it was as if it was telling me that everything was going to be okay, that I had done a good job and it was time to relax.

That was a very stressful day for me. I was sleepy, cold, my back hurt, as did my head, and all I wanted was to finish everything and leave. However, that simple moment filled me with great positive energy. Shortly after, a bus arrived, and I was able to leave with a big smile on my face. I can say that it was a pleasant and unexpected moment of transcendent experience.