A simple vista desde la fachada esta se ve como una cafetería en la que vale la pena entrar, desde lejos te dicen de que se trata el lugar con esta super llamativa jarra de café en acción, es un momento, el momento de llenar la taza de café. No necesita decirte nada en pablaras, sino que con esa imagen ya te invita a pasar y quedarte disfrutando de un buen café.
Así fue como ingresé a Café Rosé en Lechería, Venezuela. Tenía muchos planes ese día que lo descubrí, así que busqué por las redes y me planifiqué para ir el día siguiente después de almuerzo. Solo quería vivir la experiencia, y puedo decir que valió la pena.
Mi café estaba perfecto, la atención estuvo genial, el ambiente muy agradable; este lugar cumple la promesa visual de una experiencia estética, cálida y pensada para disfrutarse.
En el mundo del branding estas cosas para mi no pasan desapercibidas, no soy una juez andante, solo me gusta inspirarme y aprender.
¡Deseo feliz miércoles para ti!
Sam.
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