Miguel de Unamuno: La tradición eterna

@santiago-yocoy · 2025-05-06 14:46 · Hive Book Club

Introducción

[p27-28]“Escribe claro el que concibe o imagina claro; con vigor, quien con vigor piensa, por ser la lengua un vestido transparente del pensamiento; y hasta cuando uno, preocupado con el deseo de hacerse estilo, se lo forma artificioso y pegadizo, delata un espíritu de artificio y pega, pudiendo decirse de él lo que de las autobiografías, que aun mintiendo revelan el alma de su autor”

https://es.wikipedia.org/wiki/Miguel_de_Unamuno

Unamuno nació en Bilbao en 1864 y en 1880 fue a Madrid, en cuya universidad hizo la carrera de Filosofía y Letras. Falló en sus intentos de convertirse en profesor de filosofía, metafísica o latín, pero consiguió ser profesor de griego en la Universidad de Salamanca, de la que también llegaría a ser rector muchos años. Fue exiliado a una isla de las Canarias por el dictador Primo de Rivera por criticar su gobierno, escapó a Francia y regresó a España tras la caída del dictador pero, al criticar también al siguiente dictador de unos años después, Franco, fue puesto bajo arresto domiciliario, donde moriría a los dos meses, en 1936. Fue el creador de la palabra “hispanidad”.

Tengo dos tomos de sus ensayos, ambos de la Editorial Aguilar, de 1945, en papel biblia con letra algo apretada... 20250506_113804.jpg

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(Las tres fotos son mías)

En torno al casticismo. Cinco ensayos Como él mismo dirá en los último párrafos del quinto ensayo, sus reflexiones son algo deshilvanadas, que le salieron una serie de notas sueltas que casi ninguna se acaba y teme que si intentara mejorarlas volvería a perderse en digresiones y le entrega al lector el poner método y rellenar huecos, pero él estará contento si logra sugerir al menos una idea a un solo lector.

Vayamos entonces al primero, publicado en 1895...

La tradición eterna

Introducción

En tiempos en que resurgen con fuerza los discursos nacionalistas, identitarios y proteccionistas, también llamados soberanistas o patrióticos, puede resultar iluminador leer los 5 ensayos agrupados bajo el nombre En torno al casticismo de Miguel de Unamuno.

En el primero, La tradición eterna, escrito hace más de un siglo, ya desenmascaraba los peligros del casticismo en sus distintos nombres: esa obsesión por una pureza cultural que nunca existió y que, al tratar de preservarse sin mezcla, termina ahogando el alma viva de los pueblos. Frente al repliegue en lo local, lo autóctono y lo homogéneo, Unamuno defendía una tradición fértil y dinámica que se nutra del contacto, de la crítica y del cruce de culturas, y que apunte hacia lo eterno y comúnmente humano.

Leerlo hoy puede ser una vacuna contra ciertos estrechos provincialismos ideológicos del presente.

Nota: las siguientes subdivisiones son mías, no del texto de Unamuno

Tradición y casticismo

“Castizo” viene de “casta”, que viene de “casto”, que significa “puro”, sin mezcla, sin mestizajes, algo que tendría connotación positiva, como cuando se habla positivamente de que un animal es de buena casta. Ahora bien, Unamuno define el casticismo como una obsesión por preservar la pureza de las tradiciones y costumbres de una comunidad, lo que a menudo conduce al estancamiento y a la incapacidad de adaptarse a los cambios.

Dance outside a country https://commons.wikimedia.org/wiki/Category:Joaqu%C3%ADn_Dom%C3%ADnguez_B%C3%A9cquer

Este apego exagerado a lo "castizo" puede ser un freno para el desarrollo cultural y social. Aunque valora la tradición como base de la identidad cultural, Unamuno insiste en que esta debe renovarse constantemente para mantenerse viva y prosperar. La tradición que no evoluciona se convierte en una carga que impide el progreso y la condena a una especie de provincialismo cultural que se niega a aceptar la universalidad del espíritu humano o lo que hay de común a toda la humanidad. La autenticidad no está en la supuesta pureza, sino en la mezcla original. Usa como analogía del mundo natural que:

[p27] es cosa probada, por ensayos en castas de animales domésticos y por la historia además, que si bien es dañoso y hasta infecundo a la larga todo cruzamiento de razas muy diferentes, es, sin embargo, fuente de nuevo vigor y de progreso todo cruce de castas donde las diferencias no preponderen demasiado sobre el fondo de común analogía

Para Unamuno, la esencia de una comunidad radica en su alma, entendida como el conjunto de valores, creencias y aspiraciones compartidas. Esta alma debe ser cultivada y fortalecida mediante la apertura al mundo y la reflexión crítica sobre sus propias tradiciones.

Europa y la regeneración

https://es.wikipedia.org/wiki/La_Libertad_guiando_al_pueblo

Dice que España desde hace tiempo se europeiza, a pesar de las quejas diarias de que la cultura extraña los invade y ahoga lo castizo, señalando Unamuno la abundancia de traducciones y de popularidad de autores extranjeros entre los críticos locales, así como de incremento del habla de otras lenguas. En relación a esto, Unamuno critica tanto a los que quieren cerrar España a las otras culturas (serían unos del estilo del “vivir con lo nuestro”) como a los que para Unamuno casi claman que sería mejor ser conquistados por otras culturas. Ni muralla ni conquista, dice Unamuno.

[p31]...no hace falta conquista, ni la conquista purifica, porque, a su pesar y no por ella, se civilizan los pueblos

Identifica el Levantamiento del 2 de mayo (1808, contra la ocupación napoleónica) como el día simbólico de la regeneración de España porque ideas de la Revolución Francesa se mezclaron con las de España.

https://es.wikipedia.org/wiki/Levantamiento_del_2_de_Mayo

Por otro lado, dice cosas muy interesantes del liberalismo manchesteriano, cuyo principal escritor fue Herbert Spencer, defendiendo al original y atacando a quienes se claman sus herederos, e iguala o considera parte de la ley natural del manchesterismo a la ley social de solidaridad y subordinación, pues no considera incompatibles individualidad y subordinación [p32]:

Ha llegado la ceguera al punto de que se suele llamar individualismo a un conjunto de doctrinas conducentes á la ruina de la individualidad, al manchesterismo tomado en bruto. Por fortuna, la esencia de éste cuando nació potente fué el soplo de la libertad y la desaparición de las trabas artificiales, de las cadenas tradicionales; aquel « dejad hacer y dejad pasar » que predicaron los economistas ortodoxos traerá la ley natural que ellos buscaban, la verdadera y honda ley natural social, la que ha producido la sociedad misma, su ley de vida, la ley de solidaridad y subordinación. Más que ley natural es ésta sobrenatural, porque eleva la naturaleza al ideal naturalizándola más y más. Pero así como los que hoy se creen legítimos herederos del manchesterismo porque guardan su cadáver, se alían a los herederos de los que le combatieron, y se alían á éstos para ahogar el alma de la libertad que el manchesterismo desencadenó, así conspiran a un fin los que piden muralla y los que piden conquista.

¿Referirá esta crítica a los supuestos herederos a algo que había pasado en el liberalismo en España, cuya historia desconozco, o acaso había leído la denuncia de Herbert Spencer contra los liberales ingleses de partido político que traicionaron el ideal que se suponía defenderían, denuncia escrita en el libro El individuo contra el Estado, publicado no muchos años antes?

Ciencia

También habla Unamuno sobre la ciencia, la literatura y el arte en relación a su casticidad.

No caía en la trampa de cuando los periódicos llaman ciencia a lo que dice un hombre en ellos (el “la ciencia dice”, cuando en realidad dice una persona concreta), descarta que exista algo como ciencia nacional en sentido estricto así como señala que la ciencia se ve influida políticamente, incluyendo para encubrir o justificar injusticias:

[p34]siempre se hará ciencia para cohonestar actos de salvajismo e injusticia. ¡Cuánto no ha influido la suerte de la Alsacia y la Lorena en el cultivo de la sociología en Francia y Alemania! La obra de Malthus, ¿no tuvo como razón de ser el propinar un bálsamo a la conciencia turbada de los ricos? El proceso económico o el político explican el proceso de sus ciencias respectivas.

Ya distinguía Unamuno también que en la ciencia hay principios metafísicos o no científicos, por los cuales sí tiene alguna importancia secundaria el lugar en que se haga ciencia:

[p34]...la ciencia no se da nunca pura, porque la geometría, y más que ella la química, y muchísimo más la filosofía, llevan algo en sí de precientífico y de subcientífico, de sobrecientífico, como se quiera, de intra-científico en realidad y este algo va teñido de materia nacional. Esto en la filosofía es enorme, es el alma de esa conjunción de la ciencia con el arte, y por ello tiene tanta vida, por estar preñada de intra-filosofía.

https://en.wikipedia.org/wiki/The_Alchemist_Discovering_Phosphorus

Además, utiliza como criterio de demarcación entre el conocimiento científico y el no científico que el conocimiento se vuelva más preciso y organizado pasando de hacer sólo predicciones cualitativas a cuantitativas, dando así prioridad a la matematización del conocimiento, y ejemplificando con que la física pasó a ser realmente ciencia al adoptar la matemática para la mecánica racional, así como la alquimia pasó a la química al incrementar su precisión en cuanto a peso, número y medida, señalando que William Whewell y Herbert Spencer han descrito ese proceso “a las mil maravillas [p35]”; y con ejemplos concretos de la química toma, entre otros, la diferencia entre el nombre “agua fuerte” y el nombre “ácido nítrico”, y el aún más preciso HNO3.

Y elogia a Hegel, llamándolo “el último titán”, quien realizó un hermoso trabajo hercúleo para escribir el álgebra del universo, Quijote de la filosofía que falló por tener que utilizar su idioma nacional, pero a quien le reconoce que de las ruinas de su intento “se han sacado cimientos para la ciencia positiva y sólida”.

Lengua, barbarismos y arte

https://en.wikipedia.org/wiki/The_Tower_of_Babel_(Bruegel)

Así como de las ciencias, también habla de las artes. En particular, hace una breve pero contundente defensa de los barbarismos linguísticos ya que en es en la literatura donde estima que el proteccionismo de sus coetáneos españoles es mayor. Usa como metáfora que las invasiones de los bárbaros regeneraron al senil y decadente Imperio Romano, pero en lo concreto de la lengua, señala que el progreso de la lengua debe gran parte de este a los barbarismos, que estos nos protegen del salvajismo, y que así como se llaman barbarismos los galicismos y germanismos de su tiempo, también lo eran en sus tiempos los italianismos de Cervantes y los latinismos de los clásicos españoles. Concluye este alegato diciendo:

[p39]El mal no está en la invasión del barbarismo, sino en lo poco asimilativo de nuestra lengua, defecto que envanece a muchos.

Del arte dice que este no puede separarse tanto de la lengua nacional como la ciencia, que por fuerza ha de ser más castizo, pero, no obstante, hay un arte universal, clásico en cuanto se eleva por sobre los artes locales o nacionales, para lo que el aquí y ahora son puntos de apoyo y sobrevivirá a las obras más costumbristas, y a ese nivel llegó el Quijote de Cervantes. O sea, interpreto de Unamuno, no es que esa sea, al menos meramente, una maravillosa obra española, sino que un español hizo una maravillosa obra universal.

La tradición común universal

[p40-41] Tradición, de tradere, equivale á « entrega », es lo que pasa de uno a otro, trans, un concepto hermano de los de trasmisión, traslado, traspaso. Pero lo que pasa queda, porque hay algo que sirve de sustento al perpetuo flujo de las cosas. ... Hay una tradición eterna, legado de los siglos, la de la ciencia y el arte universales y eternos; he aquí una verdad que hemos dejado morir en nosotros repitiéndola como el padrenuestro.

https://es.wikipedia.org/wiki/La_escuela_de_Atenas

Esa tradición eterna es lo que hacen los millones de hombres todos los días sin recibir atención de ningún periódico; en esa vida silenciosa está la mayor parte de la tradición eterna más que en los libros. Es lo que hacen todas las personas lo mismo hoy que antes de ayer cuando ayer hubo una revolución, es la profundidad oceánica sobre la que se levantan las olas turbulentas del presente.

Y la tradición eterna de cada nación, al ser eterna, es más humana que nacional. Error, dice Unamuno, enfatizar las distinciones cuando lo más original es la humanidad misma compartida por todos, que hace que seamos prójimos: [p44]“Damos más valor a la acuñación que al oro”, dice críticamente.

Así, critica a los tradicionalistas por escarbar en el pasado buscando legitimaciones, por buscar en la casta del pasado porque haya sido el equivalente de la casta antigua, negando así las fuerzas vivas de la actualidad, incapaces ante las turbulencias del presente de distinguir la tradición eterna; el presente los aturde porque no está en letras estáticas letras de molde para que lo analicen tranquilamente sin miedo. De los mejores libros de historia dice Unamuno que son aquellos en que el historiador anima los siglos muertos con vida del presente, por lo que suelen ser mejor para hablar de historia, en vez de los historiadores, los artistas y los filósofos. Y, como los tradicionalistas terminan adaptando el pasado a sus deseos, ni siquiera llegan a conocer el pasado.

La historia, que debía ser un riguroso examen de conciencia, se usa para buscarle excusas y apologías que le permitan no culparse a sí misma y no regenerarse tras admitir errores. El progreso es posible buscando la tradición eterna de la humanidad en nosotros mismos, no buscando lo castizo local del pasado, sino lo universal humano.

[p48-49]...la tradición eterna es tradición universal, cosmopolita. Es combatir contra ella, es querer destruir la humanidad en nosotros, es ir a la muerte, empeñarnos en distinguirnos de los demás, en evitar o retardar nuestra absorción en el espíritu general europeo moderno.

La humanidad es la casta eterna, sustancia de las castas históricas que se hacen y deshacen como las olas del mar; sólo lo humano es eternamente castizo. Mas para hallar lo humano eterno hay que romper lo castizo temporal y ver cómo se hacen y deshacen las castas, cómo se ha hecho la nuestra, y qué indicios nos da de su porvenir su presente.

Conclusiones

Como puntos principales de este ensayo podemos señalar los siguientes: • La tradición verdadera no es conservación estática, sino renovación constante. • La cultura no progresa por aislamiento ni por conquista, sino por mezcla y asimilación. • Lo verdaderamente castizo está en lo humano universal, no lo provinciano, local o nacional. • La ciencia y el arte participan de esa tradición eterna, más allá de la nación.

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