El día de hoy les platicaré acerca de una tierra perdida bajo las aguas, pero no, no estoy hablando de Atlantis y chorradas afines.
Imágen tomada de National Geographic
Hubo un tiempo en el que las partes más boreales de Norteamérica y Asia fueron una sola masa de tierra. Durante la famosa edad del Pleistoceno, hace unos 40 000 años, ocurrían periodos fluctuantes de glaciación global, que provocaban periódicamente la disminución en el nivel del mar; así, en diferentes momentos emergió la Beringia, una tierra de llanuras y coronada por montañas que hoy son las Islas Diomenes.
Esta lugar maravilloso fue el paso para mamíferos gigantes y culturas perdidas hace mucho, los paleo-americanos. Primero la tierra se “sembró”, posiblemente con pastizales y otra vegetación oriunda a ambos lados, y con las plantas llegaron las mega-bestias de aquel entonces. Una vez que esa tierra se volvió un paraíso natural la humanidad se adentró en sus dominios, hace entre 13 000 a 12 000 años, o quizá aún antes (recordemos que la Beringia se sumergió y emergió en distintas ocasiones por las glaciaciones).
Imagen tomada de Science
Al estar sumergida en la actualidad, la manera en que podemos reconstruir la flora y fauna locales es estudiando los yacimientos fósiles en lo que hoy nos queda de Beringia: Alaska y Siberia, así como las actuales islas que antaño fueran montañas. A ambos lados se tienen yacimientos de mamut, caballo, caribú, rinocerontes lanudos, bisontes, leones y demás megabestias. Así mismo, el estudio de polen fosilizado muestra que las llanuras resplandecían con hierbas florales, pinos y árboles pequeños, de géneros como Populus, Betula, Pinus, Larix, Picea, entre otros.
REFERENCIAS: https://cutt.ly/nriIR6G https://cutt.ly/0riIOi0
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