Fueron 6 años y medio –aproximadamente– los que estuve ausente. Fui al futuro, 62 000 milenios adelante para recoger información, llevar bombas de sabiduría para no cometer los mismos errores y recetas veganas de cada planeta abandonado que encontré. Viajaba a la velocidad de la luz, y por tanto; la nave tenía condiciones especiales para que mi cuerpo no se convirtiera en fotones. Era una misión especial, y debía llegar íntegra a mi destino.
Como emprendedora intergaláctica y Gurú del bienestar cósmico, tuve la oportunidad de decorar mi cápsula como la terraza de mi casa. Con las Yoga mat, los tambores de mi esposo, mis plantas y las ventanas con imágenes holográficas de todo el barrio. Con la vecina dando gritos porque se fue el agua. El carretillero vendiendo ajo y cebolla y la basura en la esquina con tres días sin recoger. Todo esto me aliviaba el estrés del intenso viaje atravesando túneles de gusano y tormentas de neutrinos.
Salí de un puerto espacial oculto en el Malecón habanero, cerca de la avenida del Puerto. Eso permitía el despegue perfecto para ir recogiendo entidades perdidas, las pequeñas pero numerosas bombas de sabiduría y las recetas veganas para los habaneros del futuro. Para ello me acompañaba un robot cubano-nipon llamado Yoyibot que bailaba guaguancó, inspiraba décimas a lo Justo Vega y Adolfo Alfonso, y cocinaba arroz congrís con precisión molecular...
Además, iba conmigo un pulpo masajista con poderes telepáticos que hablaba en proverbios y una nube consciente que me guiaba por las constelaciones como si fuera por las calles de Centro Habana. Gracias a su ayuda pude fundar el Prana Nodo, imprescindible en el despertar de la conciencia intergaláctica, y llegar a mi destino con las herramientas necesarias para el cambio de paradigma.
Al pasar 6 años y medio aproximadamente, había recorrido 62 milenios en el tiempo, al fin podría aterrizar en este planeta con seres evolucionados. Pero, para mi sorpresa; encuentro una versión hipertecnológica de mi propio barrio...
Lo solares flotan y las vecinas que me saludan, son hologramas con inteligencia artificial. En la guarapera venden un guarapo con antioxidantes cuánticos y péptidos antienvejecimiento en burbujas.
Nadie me recibe como una visitante, y descubro que soy famosa por ser la mítica Creadora de la civilización modulada por los Prana-Nodos.
Un niño se me acerca y me pregunta —¿Vienes de la Habana del pasado?
Yo le sonrío y bebo un sorbito del burbujeante guarapo
—No mi niño, yo nunca me fui.
📷 | ✍️ @saraleo
" Me hace feliz ver a todos relajados, sonriendo, emprendiendo y jugando. Por eso trabajaría sin descanso "