Algunas veces todo parece caminar muy rápido, el café de la mañana, leer apenas unas cuantas notas y encaminarse a trabajar. Después de esto de 8 a 10 horas de trabajo y finalmente regresar a casa. Ya no hay tiempo para detenerse a pensar y menos con tantas distracciones. Recuerdo casi como si fuera un cuento los días en que tenía varias horas para leer. Llevo varias semanas paseando un libro sobre procesos. He leído varias veces la portada, pero nada más. Tengo que decidir a veces entre leer o escribir una buena historia y la mayor parte de las veces prefiero escribir. Como si tuviera una necesidad enorme de ser escuchado, pero quién quiere escuchar en estos días, ese es un arte del que mucha gente se ha olvidado. Esta mañana, sin embargo, me decidí a escuchar Atentamente a mi esposa. Su voz es hermosa y su manera de contar las cosas es fascinante. De cuánto me estaré perdiendo por estarme escuchando a mí mismo todo el tiempo. Seguramente a más de uno esta historia les parecerá familiar. Por otro lado, leer un buen libro, es como tener la oportunidad de conversar con alguien que le ha dedicado mucho tiempo a un tema determinado. Hoy en día casi todos nuestros esfuerzos están destinados a obtener un beneficio o a disfrutar de él. Sin dejar de lado ese pensamiento aún se puede disfrutar de un buen libro. Hace varios años que cambió mi enfoque frente a la lectura. Solo leer que me traiga un beneficio económico, pero si lo pensamos bien. Todo beneficio tiene un valor ya sea económico o no, Pues nos hará tener mejores habilidades o por lo menos distraerá por un momento del consumismo que nos inunda. Se muy bien que ese pequeño post si parece la introducción a un pensamiento, pero bueno, la intención.
Que tengan todos un hermoso sábado.
Redaccion y fotografía
@saulos