El día de ayer me sentía realmente cansado, la sola idea de empezar la rutina me deprimía al punto que quería volver a la cama, el suave dolor de cabeza acompaña las mañanas antes del café, tenía la vocación de migraña, sin embargo sabía también que no podía darme el lujo de faltar al trabajo. Saqué mis auriculares de los oídos los puse a recargar y me dispuse a planear el día mientras tomaba el primer café. El empaque de cartón de lo último que había pedido en línea estaba aún sobre el escritorio, tomé una escuadra a una navaja y le corté una tira como de 5 mm, luego enrollé cuidadosamente la apreté un poco de los lados y la dejé caer sobre el cartón, la figura que apareció junto a mí fue la de un ojo, tan solo hizo falta dibujarle el círculo del centro. Si la observo detenidamente no podría decir si es un ojo izquierdo o un ojo derecho o si podría interpretarse como algo más. Lo cierto es que este ejercicio acabó con mi idea de procrastinar. Los zapatos, almorcé algo ligero y me fui a trabajar.
Historia corta y pintura
@saulos