El aroma de café le encantaba su silueta sensual atraía, moviendo sus caderas se escapaba volteando un poco por si alguien la veía.
Pero los años hicieron mito su dorado cabello y su rostro que fue bello con suerte palidecia.
Más yo la seguía viendo hermosa tan blanca y dulce como la rosa, que hace años le ofrecia.
Poesía y fotografía @ saulos