A veces sales de ti y haces un paseo
Y puedes ver tus rededores y sigues un poco más y más pero de repente te encuentras con alguien en tu camino y todo cambia, sientes la diferencia en tu corazón miras y no sabes que hacer.
Regresas una vez que la noche termina y piensas que tus sueños ya no son sueños son pesadillas, de esas pesadillas que a veces te brinda la vida y que te desconciertan causándote un sabor amargo y un temor oculto que carcome tus sentidos.
De madrugada te encontré, de madrugada te vi y fue tan grande lo que sentí que me quedé sin palabra y no pude decirte como mi alma se estremeció y lo que mi mente imaginó.
Volé y volé para verte y disfrutar de tus besos y hacer de tu cuerpo un santuario sagrado donde lo competiría con el mío, pero te esfumaste.
Te llevó el viento hacia un lugar distante donde no pude encontrarte ni retenerte antes de la partida.
Desapareciste porque fuiste un vapor de fantasía que me sorprendió intempestivamente en un momento que estaba sola y triste, y por lo cual en esos minutos fui feliz, aunque efímeramente.
Me sorprendiste con tus palabras y tus mimos, con tu visión mágica de lo que nos rodea, con el abrazo cálido que me quitó el frio que sentía en ese momento.
Pero te fuiste y te espero, ahora sigo caminando en la madrugada, a ver si de nuevo te encuentro, y el destino dirá si el universo te encadena a los deseos de mi corazón o te aleja definitivamente, devolviéndome las pesadillas que atormentan mi mente.