Impresión, sol naciente, Claude Monet
Francia, siglo XIX, un crítico de arte llamado Louis Leroy publica un artículo despectivo en burla hacia un grupo de jóvenes artistas titulado «la exposición de los impresionistas», esto salido del título de un cuadro de un tal Claude Manet llamado «Impresión, sol naciente». Leroy no sabría que había dado el nombre de uno de los movimientos artísticos que tomarían a los avances científicos para que los artistas puedan pintar sus cuadros, alejándose completamente de los cuadros y técnicas renacentistas y de toda la elevación del ser humano y del conocimiento que ya había reemplazado al arte clásico con los mitos y con los dioses.

>Claude Monet
Tocaba entonces para el espectador de arte tener que alejarse del cuadro para poder apreciar sus detalles y sus colores de la misma forma que debemos tomar cierta distancia de los bosques o de la playa para poder apreciarla. No sólo eran paisajes, eran también callejones y bodegones de la ciudad. Así el espacio cotidiano comenzó a ser reinterpretado por el ojo artístico.
El impresionismo sería un movimiento artístico marcado por los avances científicos, en específico para los pintores con la pintura en tubos de aluminio que permitía que los impresionistas pudieran pintar en dónde deseen, algo imposible para artistas renacentistas y clásicos pues sus técnicas de pintura no lo permitían.
El tubo de aluminio para pintura fue inventado en 1841, cuando Manet aún era un niño. Si vemos una escena en una película con, por ejemplo, un Da Vinci pintando una «Última cena» al aire libre sólo tenemos licencias del director y en otras palabras fantasía.
>Los cuadros impresionistas se construyen técnicamente a partir de manchas bastas de colores, las cuales actúan como puntos de una policromía más amplia, que es la obra en sí. Por ello, al observar los lienzos es necesario tomar cierta distancia, para que aparezcan las luces sombras y figuras.
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Los artistas impresionistas dejaron de pintar mitología y dioses como en la época clásica, o toda la elevación del espíritu humano y del renacimiento para pasar a cuadros vaporosos con situaciones más personales y humanas. Además de no pintar lo que no podían ver como el color negro el cual no existe en la naturaleza pues nuestros ojos no lo pueden ver; las sombras son grises o son de color violeta u azul obscuro pero nunca negras; los impresionistas sabían que el ojo humano sólo puede ver en tres espectros: rojo, azul y amarillo y que todo lo que no estuviera en el rango de estos espectros era sólo ilusión, asimismo sucede con la escala musical.

>Baile en el Moulin de la Galette, Renoir
También en el siglo XIX, un genio pero de la física de Alemania llamado Hermann von Helmholtz, quien habló y publicó muchos trabajos sobre las teorías de la visión y de la óptica; sobre los espectros del color, la luz; sobre cómo funciona el ojo humano y cómo este interpreta la luz y que esta está en nuestros ojos y no en la naturaleza. Sus trabajos científicos fueron leídos y estudiados por Manet.

>Hermann von Helmholtz
A partir de la segunda mitad del siglo XIX, se empezaron a producir unos rápidos cambios en Europa en cuanto a tendencias artísticas logrando así que estas tendencia tales como el nacionalismo, el postromanticismo, el expresionismo y el impresionismo coexistieran en el tiempo y en los mismos momentos.
Si bien ya entendemos que el impresionismo nace de la pintura y esta tiene en su núcleo el ímpetu y la libertad de los artistas de la época por pintar sólo aquello que pueden ver, a su vez tienen a los avances científicos de la época, esto se lograría extrapolar a su vez hacia la música.

Si en la pintura el color y la luz son lo más importante, en la música lo serían el color del timbre, la utilización de instrumentos, de sordinas y de registros extremos que hasta la fecha no habían sido utilizados. Para los compositores impresionistas, el instrumento musical y su sonido debían salir de la masa de instrumentos de la orquesta y destacar por su individualidad. Por ello se rompió con las formas clásicas y románticas y se optó por motivos musicales más pequeños y melodías no delimitadas. En los cuadros impresionistas lo realmente importante no era el contorno sino la luz y las pinceladas sueltas, en la música impresionista sería que no hubiera un control establecido la hora de diseñar una pieza. Los pintores utilizaban diferentes tipos de pinceles, los músicos diferentes escalas, variación de ritmo y de tiempo e incluso influencias orientales. Esto bajo el contexto de que en 1889 se produce en París la exposición universal la cual asisten músicos de países orientales cuyos usos interválicos y de escalas tan distintas a Europa despierta el interés de los músicos del viejo continente como Ravel y Debussy.
Como el avance científico permitió a los pintores salir pintar al aire libre y obtener su inspiración en la naturaleza, la música también hizo lo propio teniendo como inspiración a la naturaleza, el mar, el mundo onírico, la luz del sol, los bosques; fue gracias a esto que Claude Debussy compondría «Preludio la siesta de un fauno», un poema musical de diez minutos de duración estrenado en París el 22 de diciembre de 1894. Esta pieza musical inspirada a su vez en un poema del mismo nombre utilizó un solo de flauta, instrumento que se sabe que tocan los faunos según podemos apreciar en representaciones pictóricas.
https://www.youtube.com/watch?v=imMAAn1nsuY Debussy, preludio para la siesta de un fauno.
Referencias: