Nunca deja de sorprendernos el darnos cuenta que existen vínculos que se van creando y tejiendo de manera casi invisible, son como una especie de hilos transparentes que nos permite conectar con personas con las cuales compartimos nuestro día a día y muchas de las coincidencias como una parte de nuestro corazón.
Son lazos que no provienen de un vínculo sanguíneo, pero que se van fortaleciendo por medio de la empatía, el apoyo, conversaciones largas y profundas y no podemos olvidar las risas inesperadas que se dan en medio de la cotidianidad.
Muchas veces nos resulta sorprendente cómo podemos conectar con alguien que es inicialmente un total desconocido, pero que con el paso de los días y el tiempo se convierte en alguien sumamente valioso como parte de una gran familia. Son justamente esos vínculos los que nos permiten recordar que la vida es una caja de sorpresas envuelta de grandes oportunidades para amar, acompañar y aprender en conjunto de otros.
Les he compartido en varias oportunidades que desde hace 3 años mi vida dio un gran cambio me han pasado cosas maravillosas como lo es ser parte de esta gran familia virtual de Encuentro de Talentos, pero también a ellos se le ha sumado un grupo de personas a quienes hoy considero una extensión de mi familia.
No tenemos un apellido en común, no crecimos en un mismo círculo social, pero coexistimos y hemos aprendido a ser parte de la vida. Juntos hemos vivido una serie de anécdotas sobre algo que ha sido crucial en mi crecimiento, les hablo del estilo de crianza y estrategias didácticas para hacer unos mejores padres, esto resulta una experiencia que puede variar desde lo más sencillo hasta lo más desafiante.
Soy de las personas que piensa que cada historia tiene un gran aprendizaje y por lo tanto le suma valor a nuestras vidas que cada consejo es una semilla que puede florecer en el hogar de otros y sobre todo que ninguno de nosotros está solo en esta gran montaña rusa de educar y criar con amor a nuestros hijos.
Durante los diferentes procesos que hemos vivido hemos celebrado logros y momentos importantes, pero también hemos llorado de alegría al ver el logro alcanzado por alguno de ellos y de igual manera nos hemos fortalecido en esos momentos de angustia y adversidad y cuando esas preguntas difíciles donde las respuestas pueden estar a la mano pero pueden ser complicado digerir nos visitan.
Siempre un oído dispuesto a escuchar y unos brazos que te cobijen y te hagan sentir un apoyo mutuo y si lo acompañamos de palabras de aliento quizás no un parlamento un simple “Yo estoy aquí” no estás solo esto puede ser curitas o bálsamos para un alma cansada.
Justamente el día de ayer tuvimos una reunión muy cálida en medio de un compartir cotidiano y sencillo pudimos poner en práctica todo esto que les estoy narrando y sobre todo recordar que en la vida no tienen por qué caminar solo que siempre es una mejor elección cuando decides buscar un gran apoyo. Allí pudimos comprobar una vez más que las cargas se hacen más ligeras cuando se comparten y siempre hemos tenido hombros dispuestos a sostenernos.
Muchas veces pensamos que nuestra Cruz es tan grande y pesada pero cuando nos atrevemos a abrir el corazón nos damos cuenta de que siempre hay alguien que nos puede ayudar a equilibrarla por medio de un oído, un abrazo o hasta una sonrisa en ese momento justo y necesario.
Por ello es sumamente importante hacer una pausa y reconocer cuán valiosa son esas conexiones que vamos creando en nuestro transitar como esas personas que se convierten en compañeros de batallas, en cómplice de sueños, en nuestro gran refugio en medio de una gran tormenta. Muchas veces no lo encontramos en un vínculo sanguíneo y sí en ese vínculo de cariño, de lealtad y de la gran disposición a caminar junto a nosotros.
Estoy segura de que cada encuentro en este mundo tiene una gran razón y un gran propósito nada ocurre por casualidad la vida y Dios se encarga de hacernos conectar de tropezar con esas personas que necesitamos por ello querido amigo la invitación a través de este escrito es que aprendamos a valorar y a cuidar de esos vínculos que nos siguen fortaleciendo y alimentando nuestra alma.
Siempre debemos estar acompañados de una gran gratitud, pero no en silencio debemos expresarlo, hacerles saber a esa persona cuán importante es para nuestras vidas y cómo nos hace bien. Así que hoy quiero invitarte a que reflexiones
Creo que cada encuentro humano tiene un propósito. Nada ocurre por casualidad. La vida misma se encarga de acercarnos a quienes necesitamos y a quienes nos necesitan. Por eso es tan importante aprender a valorar y a cuidar de esos vínculos que nos enriquecen el alma. No basta con sentir gratitud en silencio: hay que expresarla, decir con claridad “tú eres importante para mí, tu vida hace la mía más plena”.
Hoy quiero invitarte a reflexionar: ¿quiénes son esas personas que se han vuelto familia para ti sin llevar tu sangre? ¿Les has dicho lo mucho que significan en tu vida? No dejes para mañana el ser agradecido y seguir alimentando esos lazos que nos permiten tener presente que no estamos solos, que podemos apoyarnos y crecer juntos.
Y es que al final, lo que realmente nos sostiene no son las cosas materiales, ni los títulos logrados, sino esos vínculos invisibles y poderosos que nos abrazan en el alma.
De ante mano agradezco el que dediques parte de tu valioso tiempo para leer mi trabajo y que Dios te multiplique el apoyo que le aportes a mi publicación. Bendiciones
Todas las fotos aquí utilizadas son de mi propiedad y fueron tomadas con la cámara de mi teléfono Redmi Note 9T. El diseño fue realizado con la aplicación GridArt.
VERSIÓN EN INGLÉS
Bonds that transcend blood
It never ceases to amaze us to realize that there are bonds that are created and woven almost invisibly. They are like a kind of transparent thread that allows us to connect with people with whom we share our daily lives and many of the coincidences, like a part of our hearts.
These are bonds that don't come from blood, but are strengthened through empathy, support, long, in-depth conversations, and we can't forget the unexpected laughs that occur in the midst of everyday life.
We're often surprised by how we can connect with someone who is initially a complete stranger, but who, over time, becomes an invaluable part of a larger family. It's precisely these bonds that remind us that life is a treasure trove of surprises wrapped in great opportunities to love, support, and learn from others.
I've shared with you on several occasions that my life has undergone a major change three years ago. Wonderful things have happened to me, such as being part of this great virtual family of Talent Gathering, but also a group of people have joined them whom I now consider an extension of my family.
We don't share a last name, we didn't grow up in the same social circle, but we coexist and have learned to be part of life. Together, we've shared a series of anecdotes about something that has been crucial to my growth. I talk to them about parenting styles and teaching strategies to become better parents. This is an experience that can range from the simplest to the most challenging.
I'm one of those people who believes that every story offers a great lesson and therefore adds value to our lives. Every piece of advice is a seed that can blossom in someone else's home. Above all, none of us are alone on this great roller coaster of educating and raising our children with love.
Throughout the various processes we've experienced, we've celebrated achievements and important moments, but we've also cried with joy at seeing someone achieve their goals. We've also grown stronger in those moments of anguish and adversity, and when those difficult questions—the answers may be readily available but difficult to digest—visit us.
Always an ear ready to listen and arms that shelter you and make you feel mutual support, and if we accompany it with words of encouragement, perhaps not just a speech, a simple "I am here," you are not alone, this can be a band-aid or a balm for a weary soul.
Just yesterday, we had a very warm meeting, amidst a simple, everyday sharing. We were able to put into practice everything I'm telling you, and above all, to remember that in life, you don't have to walk alone; it's always a better choice when you decide to seek out a great deal of support. There, we were able to see once again that burdens are lighter when shared, and we've always had shoulders willing to hold us.
We often think our cross is so big and heavy, but when we dare to open our hearts, we realize there's always someone who can help us balance it with a listening ear, a hug, or even a smile at that precise and necessary moment.
That's why it's extremely important to pause and recognize how valuable the connections we create along the way are, as those people who become our companions in battle, accomplices in our dreams, our greatest refuge in the midst of a great storm. Often, we don't find this in a blood relationship, but rather in that bond of affection, loyalty, and the great willingness to walk alongside us.
I am sure that every encounter in this world has a great reason and a great purpose. Nothing happens by chance in life and God is responsible for making us connect, for stumbling upon those people we need. Therefore, dear friend, the invitation through this writing is for us to learn to value and take care of those bonds that continue to strengthen us and nourish our soul.
We should always be accompanied by great gratitude, but we should not express it in silence, letting that person know how important they are to our lives and how they benefit us. So today I want to invite you to reflect.
I believe every human encounter has a purpose. Nothing happens by chance. Life itself brings us closer to those we need and those who need us. That's why it's so important to learn to value and nurture those bonds that enrich our souls. It's not enough to feel gratitude in silence: we must express it, clearly say, "You are important to me; your life makes mine more fulfilling.".
Today I want to invite you to reflect: Who are those people who have become family to you without being related to you? Have you told them how much they mean to you? Don't put off until tomorrow being grateful and continuing to nurture those bonds that allow us to remember that we are not alone, that we can support each other and grow together.
And in the end, what really sustains us are not material things, nor the titles we have achieved, but rather those invisible and powerful bonds that embrace us in the soul.
I thank you in advance for dedicating part of your valuable time to read my work and may God multiply the support you give to my publication. Blessings.
All photos used here are my property and were taken with the camera of my Redmi Note 9T phone. The design was made with the GridArt application.
