EL NIÑO DE ANICACIO, Cuento.

@silher · 2018-04-23 18:15 · spanish

El niño de Anicacio

Fuente

Le vio sonreír, vio su diente grueso y blanco, era su primera sonrisa y mostró su gran alegría a todos, él mismo no podía describirla. Hoy el cerro le era tan pequeño y los perros salían para saltar con él. Ella en cambio seguía escuchando las palabras que siempre la habían enternecido: ¿por qué no tienes un hijo con alas? ¿por qué no tienes un hijo que mire a través de las estrellas, caiga como el rocío y su llanto sea una cascada? ¿por qué no tienes un hijo que la gente nunca olvide?

Fue como una quemazón ver esa sonrisa de pájaro, ver su diente brillando. El estómago le ardió, sintió su pecho endurecer. Tal vez estaba soñando y despertó en medio de otro sueño, cuando el médico la miró, notó una alegría diferente.

—¡La felicito señora, su criatura está muy bien, es de lo más normal que puede nacer un ser humano! —¿Por qué de lo más normal? —¡La felicito su niño es una gran sonrisa!

“Algo sucede, tengo que estar a su lado, ¿y Anicacio?, llamen a Anicacio, él tiene la culpa, mi hijo no puede ser así, son los delirios de Anicacio, es un hombre extraño, ¡por favor traigan a mi hijo!” Sintió que el mundo se le iba, sus piernas se quemaban.

− ¡Cálmese señora, no pasa nada, cálmese! La hemorragia era casi imposible pararla.

− ¡Pero... no se desespere señor Anicacio, le salvaremos la vida, fueron los nervios, subió la presión! − ¡Carajo! ¿Y mi muchachito está bien?... −Sí, no se preocupe.

“Ya viene, será el mejor, ¡claro que sí! Siempre intuyo las cosas, lo vi en el vientre de su madre con el llanto pintado de mermelada y sus pómulos de carmín, chiquito vestido de pájaro, porque dentro del vientre ya correteaba.”

—Pero no te muevas mujer, la cosa no es para tanto y ahora no tengo la mejorana, ni la manzanilla y la botellita de coneciervo, no sé dónde la dejaste y nunca se sabe cuándo te van a dar las pataletas.

¡Ah! parece que va a llover, el niño tendrá frío, ¡anda despierta! Aquí hay guarapo de canela, ¡anda rompe el sueño! ¿oyes? Está llorando, las sábanas huelen a orines, la noche se hace corta con su llanto. Te duelen los párpados, está bien, yo lo atenderé. ¡Mira qué claridad! Debe ser su sonrisa de luceros. La gente envidia nuestra suerte, te lo dije: ¿por qué no tienes un hijo?...

—Anicacio te has vuelto loco, despierta, por tus ojos sólo se ve la noche, saca tus días y muéstralos a todos, dale en las narices, ciérrales la boca con la alegría de tus días. Anicacio, mi hijo va a nacer, llévame al médico.

“Mujer te lo dije, oí su vuelo, cascadas, riachuelos, oí viento en tu vientre, te lo dije mujer, mis palabras son, sino no son. ¡Al carajo! La gente tiene la cabeza hecha un rollo y tú ya le andas metiendo al chisme. Sabes muy bien que la vieja Lucila sólo tiene tripas para andar averiguándole la vida a los demás, debería mirarse el rabo primero; pero mi hijo los verá con noche de luceros.”

—¡Ya viene, escucha! Anicacio llévame al médico, me duele el vientre”.

—¿Qué sucede doctor? —No se preocupe, los dos están bien, ya pasó el peligro. ¡Mire, su niño es hermoso! —¡Caramba, ahí está mi hijo!

“Su sonrisa, su diente. ¿Estará Anicacio loco, o soy yo? Pero en mi pecho ha quedado una sonrisa de luceros. Anicacio, todos dicen que has enloquecido, me aconsejan la separación para que el niño no vaya a tener malas influencias.”

“Mujer, lo verás volando por los cuartos, oiremos el ruido de cascadas cada vez que nos sonría, la gente jamás lo olvidará, es mi hijo. ¡Bah! Chismes, chismes ¿Tú crees que estoy loco? Si estuviera loco, no habría querido un hijo con alas, un hijo con mirada de luceros. Loco estaría, si lo quisiera igual al de ellos, ¡eso no! Mi hijo es y será diferente porque fue hecho con el sueño de mis días. ¿Por qué entonces vi a través de tu vientre su primera sonrisa?”

“Ya mis sueños se acaban, no puedo dormir, siento que me voy, que todo termina y no podré acompañarlos. La gente dice que me separe y vaya con mi familia, pero... Mi niño dice papá... Dice mamá, baila de alegría, y yo no puedo entender, no puedo Anicacio, por qué te la pasas soñando.”

¿Por qué no tienes un hijo que pueda mirar desde el infinito y arroparlos a todos como una tormenta?”

“Anicacio, por favor, no sigas soñando de esa manera, tengo miedo de que mi vientre vuelva a crecer, no sueñes Anicacio.” “Le gusta jugar con el rocío y la escarcha, míralo como viene su alegría; al diablo con la gente, es mi niño, no importa que me miren con desgano, es que no entienden mi alegría ante su sonrisa.”

“Lo oculto entre mi pecho, me duele su llanto. He tenido tu niño, mi niño. El niño de Anicacio. Me ha ofrecido sus alas para que aprenda a volar. Voy a intentarlo...”

—¡Anda mujer! ¡hazlo! A mi hijo nunca lo olvidará la gente. ¡Míralo! Ya levanta su sonrisa, sus alas, sus ojos.

Apoyemos el trabajo de: @cervantes, @mosqueteros, @babelproyect, @engranate, @celf, @codebyte , @salvadordali, @reveur, @larepublica, @rutablockchain, @amigos, @cooperacion, @provenezuela.

#spanish #literatura #mosqueteros #babelproyect #proconocimiento
Payout: 0.000 HBD
Votes: 100
More interactions (upvote, reblog, reply) coming soon.