
Hoy martes he enfrentado la Ruta Baden Powell, un desafío diseñado para poner a prueba nuestra resistencia y técnica sobre una distancia de 7 kilómetros. Este recorrido promete no solo un esfuerzo físico notable sino también una conexión con la naturaleza y el espíritu de superación. La sesión comenzó con un calentamiento dinámico, preparando cada músculo para el esfuerzo sostenido que requiere cubrir los 7 km sin flaquear. Al iniciar la ruta, el objetivo principal no fue solo la velocidad, sino mantener un ritmo constante y eficiente. Recordando la importancia de una zancada fluida y una respiración coordinada para gestionar la energía a lo largo del recorrido. Los primeros kilómetros sirvieron para establecer ese ritmo base, encontrando la cadencia ideal. A mitad de camino, no iba con los corredores habituales sino esta vez liderando el recorrido en zona 3, es en ese momento en el que la concentración mental se vuelve tan crucial como la fortaleza física. Visualizando la meta y recordando el propósito de este entrenamiento me ayuda a superar esos tramos más exigentes. Completar los 7 kilómetros es una victoria en sí misma. Cada zancada en la Ruta Baden Powell me acerca a mis objetivos de forma más sólida. Tras finalizar, dedicamos tiempo a la vuelta a la calma y a los estiramientos, asegurando que la recuperación comience de inmediato. ¡vamos con toda la actitud y por mucho mas!
For the best experience view this post on Liketu