
¡Hoy fue una sesión clave para el Maratón CAF! Elegí el imponente Paseo Los Próceres como escenario, consciente de su reputación como pista de fondo con carácter. A pesar de que la longitud oficial es de unos 1.5 km, el reto reside en su configuración y elevación, que exige un esfuerzo constante y focalizado. Para mi preparación, he enfocado estos 16 kilómetros en mantener la Zona 2, asegurando un desarrollo aeróbico robusto, vital para los 42 km que vienen. El asfalto y la majestuosidad de los monumentos sirven de recordatorio constante de la resistencia histórica venezolana, inspirándome a empujar mis propios límites. El desnivel del paseo, aunque moderado en comparación con grandes montañas, obliga a una activación muscular diferente en cada tramo, lo cual es excelente para simular las variaciones de terreno de un maratón urbano. Cada repetición en Los Próceres es un paso firme hacia la meta, fortaleciendo la mente y el motor. El trabajo de hoy es base pura, la promesa de cruzar la meta con energía intacta. Con toda la actitud para todo lo que se acerca pues vamos con toda, emocionada por cada logro y amor al asfalto en cada pisada puesto que me siento demasiado bien lograndolo en 1h:43m. Gracias a Dios por darme fortaleza en cada paso.
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