Muchas veces tendemos a generalizar la realidad a una sola, forma parte de ese discurso de la realidad 'objetiva' que todos percibimos, de esa supuesta realidad tangible, pero si algo he podido aprender en estos años, es que no hay nada más personal que la realidad, no quiero profundizar en nociones filosóficas, sino desde la cotidianidad, que me parece tan importante.
La realidad puede variar tanto de una persona a otra, desde una posición, desde la percepción individual de los colores, desde la manera de denominar y categorizar mentalmente lo que se percibe, pero también de cómo se interpreta lo que se percibe, y más aún, lo que se vive. En este sentido, una misma realidad puede variar tanto para cada persona, para cada grupo, son muchos los factores diferenciales que influyen en nuestra percepción.
La analogía con los edificios la tomo precisamente de la costumbre de pensar en la realidad como bloques generalizados a todos -basándonos en aspectos a veces muy superficiales-, sí, hay puntos en común, pero en cada apartamento se viven situaciones muy distintas, existen necesidades desiguales, se hace frente a problemas de diversas maneras. En Caracas las realidades contrastan, son contradictorias, se difuminan pero también se evidencian, cada realidad se vive de manera distinta.
Cada ventana es la entrada a una realidad diferente.
No te dejes llevar por las apariencias, las realidades van más allá de eso.
A su vez, cada persona puede percibir distinto.
Realidades que se construyen sobre su propio pasado, realidades que hacen historias.
Todas las fotos tomadas con una Samsung DV150F.
¡Muchas gracias por leer, por ver!