Hoy les comparto otra de las sesiones que me hizo mi amiga Stephanie, esta vez en un rincón muy especial de La Habana Vieja: la Plaza de Armas. Desde que llegamos, sabíamos que sería una jornada diferente. Las miradas curiosas no faltaron, pero eso solo sumó a la vivencia momentánea y posteriormente al bonito recuerdo que guardo de ese día.
Nos divertimos muchísimo entre libros, adoquines y árboles centenarios. Esta sesión tiene un significado especial para mí, porque conecta con algo que amo profundamente: la lectura. Y sí, El Principito estuvo presente puesto que indudablemente ese pequeño gran libro deja huellas en el alma del que lo lee y te acompaña para siempre.
El resultado me encantó, no solo por las fotos, sino por lo que vivimos juntas. Gracias infinitas a Stephanie por su dedicación, por su paciencia y por regalarme esta experiencia tan genial.
Lindo día para todos🤍
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