Este es uno de esos posts que no se si mirar con alegría… o con miedo Hace unos días me levanté de mi cama como cualquier otro día, era un día perfectamente normal, simplemente llegó el momento de sentarme en mi PC y hacer lo que correspondiera, entrar a Discord, hablar con mis amigos, intentar trabajar, lo típico, pero entonces abro Steam y cual anillo para gobernarlos a todos, cual abismo cuyo fondo, vacío y oscuro, algo me devuelve la mirada, me llama, me estremece, y no tengo otra opción que sucumbir a su llamado, el llamado el Cookie Clicker. Pensé que me había librado de sus cadenas, ya hablé de ello hace más de un par de años, de como gracias a un error de mi PC el juego había perdido todo su poder sobre mi, ya era libre de seguir con mi vida, de ser alguien productiva, de ser una adulta funcional, pero así como el dichoso anillo, esta entidad con mente propia siempre encuentra la manera de volver a su usuario, siempre volverá a ti cuando menos te lo esperes. Lo recordaba con cariño, con nostalgia, algo simple y divertido, haces un click, obtienes una galleta, compras cosas para que las galletas se generen automáticamente, cada vez necesitando menos influencia tuya, siendo casi un juego de automatización, eventualmente te sientas y observas como tu imperio de galletas ha crecido a escala mundial, por algún motivo también puedes ver familias preocupadas, llorando, buscando desesperadamente a sus abuelas, que parecen haber desaparecido por algún motivo, ¿pero a quién le importa? el contador de galletas por segundo cada vez está más alto y definitivamente todas las abuelas que he tenido que contratar han influído. Por suerte para mi, gracias a todo el tiempo que estuve sin jugar al Cookie Clicker, se generaron terrones de azúcar que usé para mejorar varios de mis sistemas de producción de galletas, por lo que volver a lo que alguna vez tuve no tomó tanto tiempo, sin embargo, nunca puedes conformarte con lo que tienes, siempre necesitas más, y ese era mi objetivo. Eventualmente llegué a la conclusión de que las abuelas podían servirme de aún más utilidad, así que decidí financiar (con galletas) un centro de bingo que además funcionaría como central de investigaciones, donde las abuelas se encargarían de encontrar formas más eficientes de aumentar la producción de galletas, poco importa que tengan que trabajar 23 horas al día, el descanso para el bingo las dejará como nuevas para la siguiente jornada, y los resultados no mienten, los números de las galletas son simplemente impresionantes. Todo iba sobre ruedas, maravillosamente, las abuelas hacen muy bien su trabajo, pero debí haber medido un poco más mi ambición, solo tal vez debí darles dos horas de descanso en lugar de una, quizá 2 trillones de galletas por segundo eran suficientes, pues mi ambición no me dejó ver lo que las abuelas estaban fraguando a mis espaldas y a su vez bajo mis narices. Me convencieron de que un dispositivo de su invención sería capaz de optimizar enormemente su trabajo, al combinar todas sus mentes en una sola podrían eliminar aún más los tiempos muertos durante la producción y generar aún más galletas en menos tiempo, era demasiado tentador como para negarme… pero debí hacerlo. En principio cumplieron su palabra, todo era más eficiente y para optimizar aún más la producción llegaron más y más dispositivos un tanto extraños, pero las abuelas no eran las de siempre, estaban especialmente irritables, con los ojos rojos y mirada desagradable, como si sus ojos se estuvieran descomponiendo, su piel se veía más roja de lo usual, pero no le di importancia, total, podrían simplemente ser los achaques de la edad. Decidí ignorarlas y seguir con mi trabajo, pues sin mi las galletas no nos habrían llevado a donde estamos, pero no era lo único extraño, el cielo no estaba como siempre, había luces extrañas, como los rayos a través de las nubes, con la excepción de que no había una sola nube en el cielo y era como si el cielo literalmente brillara intermitentemente en “cúmulos”, las autoridades competentes pidieron calma, no era nada, así que simplemente volví al trabajo. De ahí las cosas no hicieron más que acelerar, tanto la producción de galletas, como algo mucho más grande, cuando llegué a la sala de las abuelas todo era un desastre, las abuelas no estaban y en cambio la sala estaba llena de materia orgánica, una especie de trozos de carne derretida que olía y se veía horrible, había ropa entre algunos de los trozos, reconocí que era la ropa de algunas de las abuelas, pero ninguna estaba a la vista, perpleja, salgo de la sala en dirección a ninguna parte, una especie de ruido gutural se escuchaba de fondo, retumbaba en mis oídos y a través de todo mi cuerpo, no venía de ningún lugar y a su vez de todas partes, y fue cuando entendí que provenía de arriba, del cielo o incluso más allá, reviso las noticias y no hay más que caos, las abuelas estaban allí afuera esparcidas por todos lados, pero eran irreconocibles, más comparables a criaturas de los libros de HP Lovecraft que otra cosa, masas de carne con ojos con una identificable expresión de ira y enojo en su rostro, yo estaba horrorizada, no sabía como reaccionar y simplemente me desvanecí. Y eso nos trae acá, más pronto que tarde entendí que todo era mi culpa, que las abuelas habían traído a “esa cosa” que causa los destellos en el cielo, que las galletas no eran más que una forma de alimentarla, y que yo simplemente era parte de su plan, mi obsesión por hacer más y más galletas nos trajo a un destino desafortunado, nos trajo al fin del mundo. Pero al final del día nada de esto es tan malo, todo esto se hubiera resolvido si no hubiera causado la furia de las ancianas, simplemente debo empezar de nuevo con todo lo que ya se y darles esa hora extra de descanso entre las jornadas de 22 horas, así la reducción de la productividad será mínima y a largo plazo aumentarán las galletas… galletas… galletasgalletasgalletasgalletasgalletasgalletasgalletasgalletasgalletasgalletasgalletasgalletasgalletasgalletasGALLETASGALLETASGALLETASGALLETASGALLETASGALLETASGALLETASGALLETASGALLETASGALLETASGALLETASGALLETASGALLETASGALLETASGALLETASGALLETASGALLETASGALLETASGALLETASGALLETASGALLETASGALLETASGALLETASGALLETAS- Perdona mis modales, ¿quieres una galleta? Dejando a un lado todo lo que acabas de leer, llevo desde la semana pasada viciada al Cookie Clicker y se me ocurrió comentarlo, de verdad que el juego me atrapó y logré conseguir 500 de sus 622 logros, tengo un problema serio con los Idle games, pero siento que ya he jugado lo suficiente y por eso quería recomendar el juego una vez más, realmente creo que es el mejor Idle que he visto y lo mejor de todo es que si no quieres comprarlo en Steam está GRATIS en el navegador, te dejo la página por si quieres probarlo, pero te advierto, quizás termines como en mi historia, yo aprendí la lección, pero aún siento esos ojos en descomposición mirándome desde el vacío de la oscuridad… así que solo te recomendaría una cosa. *No trates mal a las abuelas.* [Cookie Clicker WEB](https://orteil.dashnet.org/cookieclicker/)