¡Hola mis apreciados steemians!
No sé ustedes, pero desde que tengo uso de razón, conozco parejas casadas en las cuales el hombre es abiertamente infiel, es como un secreto a voces, mientras la mujer es la esposa ideal que cuida la casa y los hijos, de conducta intachable… Sí, me estoy refiriendo a la infidelidad que NO ES, en lo absoluto, lo mismo que promiscuidad, pero parten del mismo hecho.
Asimismo, desde muy jóvenes se les inculca a los niños que pueden tener “noviecitas” en el colegio, dos o tres esta bien, mientras que las niñas deben comportarse, no pueden usar ropa insinuante y tienen una edad “aceptada” para tener novio, novio que, por cierto, será víctima de tortura por toda la familia para ver si “pasa la prueba”.
Lo cierto es, que los patrones de crianza son distintos, los hombres son criados para ser promiscuos y las mujeres para ser monógamas o “monopenes” (lo contrario a monocuco), por cierto, esa expresión “monocuco” referida a los hombres monógamos, suele ser usada despectivamente, como si esos hombres fuesen menos hombres que los promiscuos.
Ahora bien, para darme a entender de forma más sencilla, tengo que definir lo que es promiscuidad y diferenciarlo de lo que es infidelidad:
*Se entiende por **promiscuidad**, la situación en la que una persona tiene relaciones con más de 2 personas en un período de 6 meses*, es decir, si cambias de pareja cada 3 meses o tienes dos parejas sexuales en un año, eres una persona promiscua.
Ahora bien, partiendo de lo anterior, se puede ser promiscuo sin ser infiel, pero no se puede ser infiel sin ser promiscuo. Por lo tanto, una persona puede perfectamente, ser soltera y tener diversas parejas sexuales a lo largo de su vida sin que ello perjudique a un tercero.
Sin distingo de género, todos somos potencialmente promiscuos y potencialmente infieles, lo que varía es la aceptación y justificación social que se le dá a esa conducta, dependiendo de quien la ejerza. Por ejemplo, si revisan esta página, verán que el sujeto afirma que *“Las mujeres promiscuas no son buenas esposas”*, porque según él y las estadísticas que presenta, la probabilidad de que un matrimonio sea exitoso es del 80% si la esposa no tuvo parejas anteriores.
Desde mi punto de vista, eso se explica fácilmente, y tiene que ver con lo que empecé afirmando en esta publicación, para que un matrimonio sea “exitoso”, o tenga mayores probabilidades de exito, la mujer debe “ignorar” que existen otras cosas en el mundo, dedicarse a su casa y a su familia mientras el hombre tiene completa libertad de ser promiscuo/infiel, ese es el secreto de la felicidad en nuestra cultura.
Mientras qué, una mujer que tuvo otras parejas sexuales y/o sentimentales, probablemente tenga menor capacidad de tolerancia a la hora de sobrellevar distintas conductas, lo mismo pasa con el hombre al que puede no resultarle cómodo estar con una mujer que tuvo otras pareja, sin embargo, esto tiene más que ver con inseguridades y falta de comunicación que por casos de infidelidad durante la relación.
Por poner otro ejemplo, una mujer que ha tenido más de seis parejas sexuales a lo largo de su vida, es mal vista por un importante sector de la sociedad que considera que “es puta”, “ya está usada”, “perdió la dignidad”, “es fácil” y un sinfín de connotaciones negativas que se presentan como juicios innecesarios, mientras que a un hombre no se le pregunta con cuantas mujeres ha estado, y en caso de que surja la pregunta... Mientras más, mejor.
Este fenómeno, producto de la cultura machista, ha sido más o menos superado en algunos países más desarrollados que el nuestro, donde la libertad sexual de la mujer va abriéndose paso, por ejemplo, España, Holanda, Gran Bretaña o Estados Unidos… Sin embargo, en América Latina estamos lejos de superar esos patrones.
Las mujeres promiscuas o que alguna vez lo fueron, suelen ser marginadas y tachadas como potenciales parejas sentimentales; como si el ser promiscuas fuese sinónimo de infidelidad o carencia de valores morales, sin pensar qué, todos y cada uno de nosotros como seres humanos, tenemos libertad de elegir sobre nuestros cuerpos, de vivir las experiencias que queramos vivir y tomar las decisiones que queramos tomar, esto es parte del desarrollo y de la vida.
Además, tanto hombres como mujeres, al enfrentarse a la madurez (35 - 45 años), sienten la necesidad de hallar estabilidad física y emocional pero, cuando existen frustraciones y/o deseos reprimidos, es más factible que se den, no sólo casos de infidelidad, sino de rechazo y monotonía a lo largo de la relación.
Como siempre reitero, una persona solo puede alcanzar la plenitud interna, al conocerse a sí misma y conocer las diferentes emociones que es capaz de sentir, solo así puede lograr satisfacerse, exigir satisfacción y satisfacer las necesidades de otra persona de forma efectiva, de esta manera, podrían abordarse los problemas en las parejas, de formas más creativa y eficiente.
Por eso, mi mensaje para las mujeres es simple, si eres o fuiste promiscua, esa fue tu decisión, son tus vivencias, no te arrepientas, asúmelo con madurez, responsabilidad y disfruta la experiencia; a los hombres y a la sociedad en general, les diría que es necesario ser más ecuánimes a la hora de evaluar la moralidad de una mujer con respecto a la suya propia.
> **POSTDATA:** El problema de la promiscuidad (Que es el mismo para hombres y mujeres), son las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS), la mayoría de ellas se pueden evitar a través del uso del anticonceptivo, así que es necesario cuidarse, y si son infieles, hay que cuidarse aún más, su pareja no tiene por qué sufrir las consecuencias de sus acciones.
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