En la carga del capuccino largo existen 11.5 seg. , en la descarga del café de la máquina a la taza del capuccino corto son 24 seg. aproximadamente.
Al día existen un promedio de 50 a 60 cafés por mínimo hechos, sin hablar de los submarinos, para los cuales espumar la leche dan medio minuto y cuando helada está, un minuto completo.
Mientras espero que el grano atraviese el molinillo y caiga en el filtro, pasan memorias y pensamientos por la mía mente. Me doy cuenta de la insignificancia de la vida y me pregunto si realmente desperté del sueño.
El café de grano grueso pasa más rápido. casi como un vomito expresso, mientras que el grano más fino genera un lento hilillo de nylon de chocolate que deja una pequeña piscina con un cuerpo de flan derretido y una estela color canela, que divina de interrumpir es con lácteos cremados y vaporizados, descremados, claro está.
La vista gira al rededor, tratando de hilar pensamientos y que no se escapen, pensando la posibilidad de que pudiese ocurrir en ese momento sino estuviese yo allí.
Podría entrenar, podrías correr, podría jugar, podría crear, escribir, pintar, esculpir, tallar, tornear, fotografiar, ilustrar o... llorar.
Llorar por la añoranza del ocio, por la revalides del "¿Qué haces en la tarde? y el responder, no sé, ahí veo.", debido a la falta de la adultez, la divinidad de la ausencia de responsabilidades laborales.
El desear tocar el piso y doblar, columna y piernas, hacer una reguera de recortes por todo de redor, y crear una pieza nueva, luego transformada en bosquejos para que empiece luego a tantear la realidad. Añoranza de procesos que la soledad brindará.
Le abro las puertas a la creación de las "i", las incesantes ideas, los inminentes ratos, la incertidumbre del funcionamiento de lo creado, la inmensidad de la plenitud al acabar... la obra digo yo.
https://youtu.be/g6FfvoMq20M
Gracias por pasar y observar, espero hayas disfrutado. Mucha magia.