Perdidas distanciales
La perdida irrefutable es, dejar a Alexa deambular intentando conseguir o seguir una dirección por primera vez... es tan difícil saber si la brújula funciona bien ese día, o, si se lleno de agua otra vez y el norte da hacia el sur y el sur al este.
Cierto es, que perder es encontrarse y esto lo explico de un encuentro no conmigo misma, sino con mi frustración, es encontrarse con las ganas de llorar, de mandar todo al fin del mundo, si es que lo hay en este mundo esférico que parece cuadrado... es conseguir la sensación de ahogo al no distinguir nada en una calle y ya más de una hora rodando.
Cuando algo parece sencillo podría significar una travesía a Marte, un planeta del color de los cheetos pero menos crocante.
Y cierto es, que a Alexa deberían de darle un descuento en los buses porque cuando quiere llegar a un lado, llega al contrario, estos cambios de polos afectan en la dirección.
La verdad termina siendo que ella va a llegar, Alexa consigue eventualmente la ruta y aborda el destino, no a la hora indicada posiblemente, a lo mejor varias horas retrasadas, cansada y disgustada, pero al contar la historia, burbujea como una gaseosa la risa incontrolable de las desgracias que pasan cuando no sabe que hacer ni a donde ir, donde por poco rompe a llorar en un árbol y cuenta diez dinosaurios respirando por las orejas, haciendo que su pulso se calme y empiece a leer avisos en vez de mentes.
Estas fotos son de ayer cuando tardé cuatro horas en llegar a mi destino final
Gracias por pasar y observar, espero hayas disfrutado. Mucha magia.
Un abrazo <3
Todas las fotos son de mi autoria.