Si este día es una dadiva A quien le debo el gran honor Que me lance desde el cielo A ver si cumplo con sus planes.
Por ahora, soy un niño. Sigo creyendo en el azar Persiguiendo un alma ajena En la cornisa del descuido.
El miedo a la metamorfosis Ya sintetizado Por la insolencia del yo Ansioso y desesperado.
Arraigado sin querer A la imagen y al sonido De la plantilla, y el uniforme Que inconsciente nos invade.
Esperando la llegada De un futuro tan ambiguo Donde miras a distintos Universos infinitos.
Mi certeza Un tragaperras Guía todos mis pensamientos A tu ineludible forma.
Y se ha convertido en norma Ver el humo entre los ases Ya tornado en geometría Al madrugarme sin motivo.
Cuantos días habrá vivido Lo que yo andaba buscando Hoy me espera levitando... Entre lo estudiado, y lo desconocido.
Para mostrarme el origen Del que fluían tus encantos Ahogado en café y en antros Concebí, que me había perdido.
En mis sueños, al borde del abismo Busco una escafandra Y así, sumergirme por instinto Más dentro, de ti.
Para fundir esa brecha Que dividía ambas partes Al trascender de este estado De ser inerte a vibrante.
Que la vida cale en tí O un suspiro a lo distante Para así cerrar el ciclo De algún joven anhelante.