
Guión de la obra "Cundiamor" Segunda Parte
Hola, Familia de la Comunidad de Teatro Theater-Inside ( #hive-22222 ). Hoy les comparto la segunda parte de este Libreto. Para quienes no han leído su primer texto, les comento que es una obra de Fransisco Garzón Céspedes.
Y os dejo el primer post en este enlace:
https://ecency.com/hive-22222/@tiolucioviajero/guion-de-la-obra-cundiamor
Culto y respetable público, dispuestos los sentidos más agudos de la imaginación se alza la magia de la poesía.
Pues, venga ya, a disfrutar esta segunda parte, donde veremos qué le suceden a estos personajes en un giro dramático de la historia.
Narrador: Y por primera vez en su vida, esa noche, Pedro no durmió. Se levantó bien temprano y se fue al monte. (T) Camina que te camina… Y en el monte, ¿saben a quién se encontró? (Espera a que respondan) ¡Al búho!
Búho: Buenos días, ¿tú quién eres?
Pedro: Yo me llamo Pedro y quiero que me digas dónde está el Valle.
Búho: Yo no sé donde está el valle, pero mi amigo el Loro se sabe todos los caminos.
Pedro: Pues llévame con ese perico.
Búho: No sin antes resolver un refrán…
Pedro: ¡Ay, qué refrán ni refrán! Lo único que quiero es que me lleves al valle.
Búho: Aunque supiera no respondo a maleducados sin modales como tú. Adiós. (Marchándose). Arréglatelas como puedas.
Pedro: ¡Lárgate, avechucho! Bahh. ¡Qué estúpido eres! No me quiso decir dónde estaba el valle?
Búho: (Marchándose). Bicho feo. Arréglatelas como puedas.
Pedro: No me quiso decir dónde estaba el valle. Bah. Yo lo buscaré solo, no necesito de nadie.
Narrador: De esta manera el maleducado de Pedro continuó andando por el monte, en busca del camino… ¿Y saben con quien se encontró?
Pedro: Ja, ese debe ser el pajarraco que me dijo mi hermano. Oye tú, perico.
Loro: Oah, oah, oah. ¿Tú quién eres, quién eres, quién eres?
Pedro: Bah, que loco está este pájaro. Yo soy Pedro y vine para que me lleves al valle.
Loro: Para llevarte tienes que resolver trabalenguas y adivinanzas, adivinanzas, adivinanzas.
Pedro: Qué adivinanzas, ni adivinanzas. Yo no estoy para esas estupideces.
Loro: Eh, Que bicho tan feo y bruto este. Que bruto, que bruto, que bruto.
Pedro: Bah, me largo, no te necesito, pajarraco.
Narrador: ¡Qué feo! ¿Verdad? Así, Pedro, por su falta de modales, se encontraba una vez más solo por el monte.
Pedro camina por el público.
Pedro: ¿Quien de ustedes sabe donde está el valle? (Señalando a quien le parezca mejor) ¿Tú me llevas? Ven, móntame a caballito.
Se mueven por el espacio de regreso al escenario, pero lo más distante posible del retablo o mochila.
Pedro: ¡Sí! ¡Muévete, caballito! ¡Dale, caballo! ¡Dale! Por fin hemos llegado al valle. Espérate, antes de sentarte déjame darte las gracias.
Pedro de malagradecido golpea a quien le cargó hasta el valle y continúa su camino protestando.
Pedro: Uf, me sofoco de andar por estos parajes tan feos. Déjame ver si encuentro a las brujas esas. (Mientras vuelve al retablo o mochila, de espaldas al público) ¿Dónde estarán? Deben tener una facha horrorosa. Ajá, allá están danzando. Mira qué bailadera tienen. Juh. Déjame acercarme.
Mientras Pedro se acerca de espaldas al público, se escucha a bajo volumen el canto de las brujas.
Brujas: Lunes y martes y miércoles, tres. Jueves y viernes y sábado, seis. (in crecendo) Lunes y martes y miércoles, tres. Jueves y viernes y sábado, seis…
Pedro: ¡Domingo 7!
Brujas: (Grito estridente). ¿Cómoooohhh? ¿Quién ha estropeado nuestra canción?
Pedro: Yo. Yo la he mejorado.
Bruja: A quien echó a perder nuestra canción, lo cocinaremos en nuestra cazuela. Ay, feo, ¿Tú has estropeado nuestra canción?
Pedro: Yo les mejoré la canción fea esa. A cambio quiero que me quiten la fiebre…
Bruja: (Le interrumpen) Qué le quitemos la fiebre, dice. (Ríen estridente) ¿Quieres que te quitemos la fiebre?
Pedro: Sí, sí… Bueno, si no pueden quitarme la fiebre, me la dejan. Pero lo que si quiero es que me den la bolsa de oro. Bueno, una no. 10, 100, 1000 bolsas de oro. Sí, oro, mucho oro.
Brujas: (Enfadadas) Así que oro. Oro te vamos a dar a ti. Ven, acércate, que te vamos a dar tu premio.
Cuando Pedro se acerca, las brujas le entran a ramajazos.
Brujas: Toma, toma, por indeseable. Que te vamos a dar chucho hasta la entrada de Cartagena. Toma, toma…
Narrador: Bien que le dieron su merecido las brujas… ¿Y llegó? Claro que sí, pero mírenlo cómo llegó. (Muestra al títere cachicambiado) ¡Ay, mamá! Tremenda paliza.
Eso le pasó por ser tan vago, maleducado y ambicioso. (T) Y cuentan que desde entonces, a quien le sucede algo similar, dicen que tuvo: un ¡Domingo Siete!
Fin.
Si el camino de nuestras obras es angosto... La alegría de los niños lo compensa todo.
Firma: Yo. Quiero derecho de autor.
Abrazos teatrales,