Observando el mar te recordaba deseando siempre que estuvieras junto a mi, Deseando que a mi lado adoraras el paisaje hermoso que había ante mis ojos, Que mientras tu miraras las olas, Yo pudiera mirarte a ti y que mi corazón saltara sintiéndose entonces muy feliz. Tus ojos negros, Mejores que el azul del mar, Que llenaban mi alma y la hacían volar. Tus grandes manos, Mejores que el agua del mar, Para llenarme de calma y amarme así sin más. ¿Para que hablar de tus brazos que me rodeaban sin parar? Me hacían sentir en casa y muy segura en cualquier lugar, Ahora quien sabrá dónde diablos estarás, Te llevaste mi corazón y no volviste nunca más.
Escrito por: Michell Tique